Tras
haberlo suspendido meses atrás por su operación de hernia, el rey por fin ha
podido realizar su esperado viaje a Marruecos. Sus estancias en el reino
alauita siempre tienen un carácter especial, puesto que mezclan un componente
comercial con otro familiar. A fin de cuentas y como bien se ha encargado hoy
de indicar la televisión del régimen (TVE), el Borbón es para Mohamed VI
prácticamente su tío, pues su padre Hassan II le consideraba un hermano. Qué
menos, teniendo en cuenta que Juan Carlos le regaló por la cara el Sáhara
Occidental y a un puñado de ciudadanos españoles… Algo así, para los iletrados,
como si un buen día llega el Borbón y le da por regalarle a su “sobrino” Ceuta
y Melilla, con sus ceutíes y melillenses incluidos.
Así que a
efectos prácticos, para Mohamed VI llega el tito viajante de comercio… y lo
hace acompañado por sus pajes y casi una treintena de empresarios que todavía
no han experimentado (o sí) en carnes propias lo que puede llegar a suponer
montar un negocio en Marruecos: desprotección legal por parte del Gobierno
marroquí y un absoluto desentendimiento por parte de la embajada española… sin
olvidar, del lado marroquí, cómo ‘empresarios modelo’ explotan en talleres de
corte y confección a jovencitas que sueñan con una vida mejor.
Un viaje el
del Borbón que, como en todos los anteriores, ha excluido de su agenda el
conflicto del Sáhara Occidental. No sorprende, pues, que la televisión del
régimen hable de “excelentes relaciones” con Marruecos. ¿De qué otro modo
podría ser si las cuestiones más conflictivas, sencillamente, se obvian? Es
decir, una extensión de la filosofía Rajoy en política interior aplicada a la
política exterior.
Lo curioso
de este viaje es que los pajes del Borbón son nada menos que cinco ministros
del Gobierno de Rajoy y otros nueve titulares de Exteriores de nuestra
democracia; sin duda, una manera de simbolizar la sintonía entre los dos
reinos. Sin embargo y a falta de los presidentes, lo que esta cuadrilla
representa no es más que el desprecio más absoluto al Derecho Internacional que
ampara el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Nueve ministros
mercenarios y un rey mentiroso que, una vez más, anteponen los intereses
económicos a los humanos y humanitarios… distingamos.
El Borbón y
sus pajes nos ofrecen hoy una estampa sin igual reuniendo a los cómplices de
una de las mayores injusticias internacionales de los últimos 40 años. Sin
habérselo propuesto, esta cuadrilla de la vergüenza le ha facilitado el trabajo
a ese padre saharaui, aún con un DNI español en el bolsillo, al que su hijo le
pregunta “Papá, papá, ¿quién tiene la culpa de que yo no conozca más hogar que
el desierto, de que mamá se muriera este año porque ya casi no llegan
medicamentos y de que tú estés medio ciego por el sol de la hamada?”
Y
entonces, ese padre no tendrá que contar una larga historia, bastará con que
señale con su dedo a la cuadrilla de