domingo, 17 de abril de 2011

Un hecho digno de mencionar





Estos días han pasado muchas cosas, muchas malas y solo unas pocas buenas. La que voy a contar, aunque tiene su raíz en un hecho deleznable como es la ocupación por la fuerza de parte del Sáhara Occidental, tiene un punto de romanticismo que creo debo comentar. Recientemente Acnur, la Agencia de Ayuda al Refugiado de la ONU, puso en marcha un programa por el cual muchas familias saharauis que viven en los campamentos de refugiados pueden ir a visitar a sus familiares que viven en la parte ocupada por Marruecos.

Mohamed Hallab, nuestro hombre, era una de esas personas que estaba dispuesto a viajar hasta el Aaiun, beneficiándose así del programa de Acnur, pero cuál fue su sorpresa cuando pocas horas antes de tomar el vuelo que le conduciría al Aaiun, se le comunica que no puede embarcarse, pues tiene una orden de detención pendiente por parte de la Policía marroquí, según parece por formar parte de la asociación de presos y desaparecidos saharauis. Ante la imposibilidad de ver a sus familiares, y totalmente desesperado por lo inesperado de la comunicación, decide, como antes han tenido que hacer otros saharauis cuando no se les han respetado sus derechos, ponerse en huelga de hambre indefinida. Los días pasan y la angustia entre los familiares crece vertiginosamente, más cuando su estado empeora y es tenido que ser trasladado al hospital. Mientras tanto, la gente en la calle y a través de Internet se va organizando, pues la televisión deja el tema de lado y son escasísimos los periódicos que se ocupan del caso.

Cuando está a punto de cumplirse el mes de ayuno, pone fin a su huelga de hambre, pues Acnur le asegura que podrá ver a sus familiares. Hechos de este tipo, en un mundo donde más que nada se prima lo material frente a lo espiritual, tienen, según mi entender, mucho mérito. Solo quiero terminar diciendo que aunque el relato ha tenido un final feliz, ya es hora de alzar nuestras voces en pro de los Derechos Humanos, más que nada para que ninguna familia más tenga que soportar un trance similar. Es tiempo de elecciones y las redes sociales tienen un peso que no hay que desdeñar.

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