Texto íntegro de la Intervención de Ahmed
Bujari, Representante del F. Polisario
Sr
Presidente, Honorables delegados y participantes en el Seminario,
Vayan mis primeras palabras al Honorable
Gobierno de la República de Nicaragua para expresarle el agradecimiento por
esta nueva demostración de generosidad y cooperación con los esfuerzos
descolonizadores de la ONU al albergar por segunda vez este Seminario en Managua,
en la patria de Sandino. También, me gustaría aprovechar esta ocasión para
felicitar al Embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Sr. Rafael
Ramírez, por su brillante elección a la Presidencia del Comité Especial de los
24. También felicitar al Buro que lo acompaña en la noble tarea de los
objetivos asignados por la Comunidad internacional al Comité de los 24.
Mi intervención está escrita. Hare un
resumen de la misma para no llevarme mucho de su tiempo en la confianza de que
el texto íntegro se incorpore en la documentación de este seminario.
Como es sabido, Sr. Presidente, fuimos
colonia española desde 1884 hasta 1975. España se fue sin descolonizar y en su
reemplazo nuestro país fue invadido por Marruecos y Mauritania en violación de la
Carta y de las resoluciones de la ONU.
Han pasado más de 50 años desde la adopción
de la resolución 1514(XV). Permítanme decir que no debe ser motivo de orgullo
para las Naciones Unidas que el Sahara occidental siga siendo la última colonia
africana en la agenda de este Comité cuyo proceso de descolonización sigue
siendo frustrado hasta hoy.
Hubo tres momentos clave para una
descolonización efectiva y debemos aprender de ello para asegurar mejor el
proceso de descolonización del Sahara occidental. El primero, si la antigua
Potencia colonial, España, hubiera cumplido con sus obligaciones
descolonizadoras. No lo hizo. Si lo hubiera hecho se habría evitado al pueblo
saharaui el sufrimiento y la destrucción de la que fue y sigue siendo víctima y
se habría ahorrado al conjunto de la región norte africana el vivir pendientes
de una peligrosa tensión, muchas veces rayana en una confrontación de
proporciones inconmensurables. Deseo expresar nuestra confianza en que la
democracia española, ya restaurada y fortalecida, asuma algún día la
responsabilidad derivada del abandono de 1975.
El segundo momento, fue cuando Mauritania
firma la paz con el Frente Polisario en agosto de 1979 y se retira del
conflicto. Se invitó a Marruecos a sumarse a la dinámica de paz, pero decidió
invadir y ocupar la parte del Territorio saharaui evacuado por Mauritania. La
Asamblea general adopta ese mismo año la célebre resolución 3437 (1979) en la
que condena explícitamente “la extensión de la ocupación militar marroquí del
Sahara Occidental, le pide que ponga fin a la ocupación del Territorio y le
urge entablar negociaciones de paz con el Frente Polisario en su calidad de
representante legítimo del pueblo saharaui con vistas a alcanzar un alto el
fuego y la celebración de un referéndum de autodeterminación”. Marruecos dio la
espalda al llamamiento y optó por intentar la solución militar.
El tercer momento, derivado de 16 años de
guerra cruenta fue cuando Marruecos aceptó en 1988 el veredicto de los hechos y
el mensaje inequívoco de la Comunidad
internacional, mediante su adhesión al
Plan de arreglo elaborado conjuntamente por la ONU y la OUA, que fue endosado
por el Consejo de seguridad en sus
resoluciones 658(1990) y 680(1991) por las que creó una Misión, la MINURSO , con el explícito
mandato de organizar el referéndum de autodeterminación que permita al pueblo
del Sahara occidental elegir entre la independencia o la integración en la
potencia ocupante.
Una esperanza de paz había nacido para la
última colonia africana inscrita en la agenda de este Comité. El referéndum
debería haberse celebrado seis meses a partir de la entrada en vigor el 6 de
septiembre 1991 del alto el fuego entre las dos partes beligerantes. Es decir,
en febrero de 1992.
El referéndum no se ha celebrado hasta
ahora. ¿Por qué? La respuesta es simple. Tras finalizar la ONU la operación de
identificación de votantes en el referéndum, Marruecos decidió poner fin al
proceso. El enviado de la OU, James Baker, hizo esfuerzos complementarios
concretizados en su Plan que preveía un referéndum al cabo de un periodo de
transición de 5 años. El Consejo de seguridad lo aprobó y el F. Polisario lo
aceptó. No obstante, en una carta dirigida al SG de la ONU, de abril 2004,
Marruecos anunciaría que declaraba
unilateralmente su soberanía sobre el Sahara occidental, considerando, y cito
“que un referéndum que incluya la opción de independencia constituye una puesta
en tela de juicio de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara”. Esta
pretensión de soberanía, que se camufla desde 2006 con la llamada propuesta de
autonomía, no es reconocida por la Comunidad internacional y su inconsistencia
fue subrayada por el entonces Secretario general de la ONU, Kofi Annan en su informe
de Octubre 2004, y cito" Marruecos había aceptado ya la opción de la
independencia como unas de las opciones en el Plan de arreglo”.
A partir de su carta de abril 2004,
Marruecos decidió minar el proceso de paz y oponerse a los esfuerzos
descolonizadores de las Naciones Unidas. Prueba de ello la encontramos en el
discurso de 6 de noviembre 2015, con motivo del 40 aniversario de la invasión
al Sahara occidental, cuando el rey de Marruecos dijo, y cito: “El Sahara
permanecerá en Marruecos y Marruecos en el Sahara hasta el fin de los tiempos”.
Evidentemente, potencias más fuertes habían dicho más o menos lo mismo acerca
de sus colonias. Constituyen, sin embargo hoy, en pleno siglo XXI, un
desafortunado e inútil desafío a la Comunidad internacional y a los principios
y resoluciones de la ONU sobre el Saha Occidental.
Los últimos desarrollos acaecidos
corroboran que este tercer momento está corriendo un grave peligro. Marruecos impidió en marzo pasado la visita
del SG de la ONU a El Aaiún donde se encuentra la sede de la MINURSO. Aun así, Ban Ki Moon pudo realizar las otras
fases de su visita. Vio con sus propios ojos la realidad del pueblo saharaui
tanto en los campamentos de refugiados como en las zonas liberadas y declaró
públicamente que esa realidad le había conmovido de manera profunda. Marruecos
decidió sin embargo desencadenar una campana denigrante contra la Institución
del Secretario general de la ONU, y expulsar a la componente civil y política
de la MINURSO del Territorio no autónomo del Sahara occidental. Marruecos ha
optado por desafiar al Consejo de seguridad. En su reciente resolución 2285
(2016), de abril pasado el Consejo le ha dado un plazo de 90 días para que los
contingentes de la MINURSO vuelvan a Sahara occidental urgiendo a las dos
partes a reanudar las negociaciones directas. Hasta hora, los contingentes
expulsados no han podido regresar, ni las negociaciones se han reanudado.
Marruecos sigue dando la espalda a la voluntad unánime del Consejo. Y los
plazos de tiempo se acortan.
Estos son los hechos resumidos de forma muy
breve, Sr. Presidente.
Permítanme decir, a modo de conclusión, que
estamos ante un posible fracaso de la Comunidad internacional, y de manera
particular, del Consejo de seguridad de proteger el proceso de descolonización
de la última colonia africana en la agenda de este Comité. La Unión Africana no
ha dejado de llamar al Consejo a que asuma sus responsabilidades y que se fije
ya una fecha para el referéndum de autodeterminación.
Debemos ser claros y ser conscientes de lo
que ello implicaría un eventual fracaso de las naciones Unidas. Si la ONU, y de
manera particular el Consejo de seguridad, adopta la política de Poncio Pilatos
ante lo que es un claro desafío marroquí, el colapso probable del proceso de paz
no puede desembocar sino en un escenario bélico, al retorno del punto de
partida de 1975. Es decir, al conflicto abierto en una región que conoce ya
amenazas directas a su seguridad por el flanco del Sahel y por las
consecuencias de lo que se vino en llamar”primavera árabe”. El Frente Polisario
no desea el retorno del conflicto armado y considera que hay margen todavía
para que la ONU intensifique los esfuerzos para ahorrar a la región la espiral de
la confrontación. Es en este contexto fundamental que la ONU determine ya una
fecha para la aplicación integra del Plan de arreglo y fechas precisas para la
celebración del referéndum que las dos partes, el Polisario y Marruecos
aceptaron. No hay alternativa al plan de arreglo. Es la única solución
pacifica, justa, conforme al principio de autodeterminación, y viable que las
dos partes aceptaron y la única endosada por el Consejo de seguridad y por la
Asamblea general. Si el escenario de la confrontación se revela inevitable
porque aquellos que pueden y deben desplegar esos esfuerzos deciden no hacerlo,
en ese caso, asumiremos nuestras obligaciones en defensa del derecho de nuestro
pueblo a la independencia. Esta es la situación resumida brevemente.
Ante ella, el Comité especial esta llamado más
que nunca a asumir su responsabilidad. La tarea que inicio en los años 60 con
vistas a la descolonización del Sahara occidental no ha concluido. A nuestro
entender, el Comité ha sido creado para asegurar la descolonización y no debe
ser empujado por vía activa o pasiva o intimidado por amenazas o neutralizado
por la estrategia del ruido y de la confusión para desviarse de esta noble
responsabilidad contraída respecto la última
colonia africana en su agenda. En el
tema específico del Sahara Occidental su posición es clara. En otras palabras, está
ante una cuestión de descolonización que debe resolverse mediante la aplicación
del principio de autodeterminación en los términos definidos por la resolución
1514 (XIX) y que dieron vida y razón de ser al Plan de arreglo que motivó el
envío de la MINURSO. Esta posición debe ser mantenida y reiterada. De otro
lado, el Comité ha enviado una Misión al Sahara occidental en mayo de 1975. Han
pasado más de 40 años. Es simplemente difícil de comprender que no haya enviado
hasta ahora otra misión y es difícil de comprender que sus informes y papeles
de trabajo sobre el Sahara occidental se limiten a hacer un resumen insípido,
inodoro e incoloro de los informes del Secretario general al Consejo de
seguridad. La Asamblea general le pide cada año que siga estrechamente los
desarrollos de la cuestión del Sahara occidental y presente su informe a la
misma. ¿Cómo puede cumplir con este mandato sin ir al terreno? Es la hora Sr.
Presidente, Honorables Miembros del Comité de poner fin a esta anomalía.
Finalmente, el Frente Polisario desea solicitar a este Comité una sesión
especial dedicada al Sahara occidental.
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