Bujari Ahmed, en 2004. JESÚS URIARTE EL PAÍS |
El Frente Polisario celebró este domingo el
funeral de Bujari Ahmed, su representante ante la ONU y uno de sus más
destacados miembros. Bujari falleció el miércoles 3 de abril en Bilbao a los 65
años, después de padecer un cáncer de pulmón durante varios meses. Nadie como
él conocía dentro de su organización las relaciones de fuerza entre los grupos
de presión que intentan influir sobre el Secretario General de la ONU y el
Consejo de Seguridad.
La ceremonia del funeral se celebró en el
cementerio de Smara, uno de los campamentos de refugiados saharauis cercanos a
la localidad argelina de Tinduf. Un asistente al acto indicó a este diario que
los oradores que intervinieron resaltaron “su trayectoria y también su faceta
como intelectual”. “Tenía una gran capacidad de análisis para readaptar las
propuestas del Frente Polisario al contexto internacional sin perder la esencia
de nuestras reivindicaciones. Mostraba mucha serenidad para librar las batallas
diplomáticas”, indicó la citada fuente que prefiere mantenerse en el anonimato.
Bujari nació en Dajla, la antigua Villa
Cisneros del Sáhara español. Su padre había sido traductor y él estudió derecho
en la universidad de La Laguna (Tenerife) y después Ciencias Políticas en
Madrid. Durante varios años mantuvo un trato fluido con el equipo diplomático
del expresidente socialista Felipe González, sobre todo con el exministro de
Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos (2004-2010).
En 2015, al cumplirse 40 años de la retirada
de España del Sáhara Occidental Ahmed Bujari escribió una tribuna en este
diario que comenzaba así: “El 14 de noviembre de 1975 la España de aquel
fatídico momento escribió una de las páginas más tristes, a 40 años vista, de
su historia moderna. La entrega a toda prisa de un pueblo al matadero en las
circunstancias que describe con profusos detalles el profesor José Luis
Rodríguez Jiménez en su bien documentando libro (Agonía, Traición, Huida) deja
un sentimiento de indignación que fuerza al lector a un largo silencio y a una
profunda inhalación de oxígeno”.
Los últimos días antes de su muerte Bujari
se encontraba mejor en la evolución de su enfermedad. Tanto es así que un día
antes de morir Bujari envió una misiva al Consejo de Seguridad. En ella negaba
las acusaciones efectuadas por Marruecos el domingo 1 de abril sobre una
supuesta incursión de fuerzas del Polisario en el municipio de Mahbes, en el
noreste del Sáhara Occidental, con lo que se habría violado los acuerdos de
alto el fuego de 1991 que establecían una zona tapón entre ambas partes. El
portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, señaló que los efectivos de la Misión de
Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (Minurso) no habían
observado ningún “movimiento de elementos militares en el Nordeste del
territorio”.
Para sus compañeros del Frente Polisario
una de las batallas diplomáticas más relevantes de Bujari consistió en combatir
la propuesta de la ONU de conceder un régimen autonómico dentro de Marruecos
para el Sáhara Occidental. “Cuando Marruecos presentó su plan a principios de
la década de 2000”, indica una fuente del Frente Polisario, “había muchos
países que no veían con malos ojos la autonomía. Bujari se encargó de
convencerles para que desecharan esa iniciativa”
La línea roja para Marruecos en el
conflicto del Sáhara Occidental sigue siendo su propuesta de autonomía. Más
allá no pretende ceder. Y para el Frente Polisario, su condición indispensable
es el referéndum.
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