EDITORIAL
Los días más difíciles
que España estaba atravesando por la agresividad de la pandemia Covid 19 en su
primera y crítica fase, cuando el número de muertos en la psicosis social ha
superado a la imaginación de los españoles. Y el gobierno de turno con la
avanzadilla de los socialistas libraba como pueda su primera batalla en un
escenario nunca dado de magnitud en los últimos tiempos, y cuando la vecindad
europea reacia en su apoyo y solidaridad con los pueblos de España, y los
aliados se optaron por la acción del proverbio “sálvese quien pueda”. Muy lejos
estaba el pueblo saharaui, sin embargo a través de sus niños y poetas desde su
exilio, los campos de refugiados y desde sus propios territorios liberados, se
levantó en campaña con una sola voz en apoyo y solidaridad con los pueblos de
España: "Tenéis mi verso y mi solidaridad", del poeta nacional
Bachir Ali y de los niños saharauis que protagonizaron un video de grito
solidario que puedo llegar a las casas españolas: “España estamos con vosotros, ánimo”
El eco de esta
gesta de solidaridad de los saharauis rompió tabúes en la política socialista y
casualmente tuvo su hueco en el ente público RTVE, en su telediario del 8 de abril de 2020. Sin embargo a cambio de este gesto de agradecimiento ayer la
Ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya en su cuenta de Tuit
felicitaba a África por su aniversario que fue el 25 de mayo. Una áfrica compuesta por 54 Estados soberanos en los que
figura la República Saharaui, RASD, como el Estado Nº 39 de sus fundadores y
reconocido por su carta constitutiva.
Ante esta
realidad empírica, el ingenio de la jefa de la diplomacia española tuvo su
punto álgido, al ilustrar su mensaje con el mapa de la Unión Africana, donde
cada país figura con su bandera y mapa identificados. La Teyba española se les ocurrió
borrar el nombre de la República Saharaui mutilando el mapa y el nombre del
Sahara Occidental. Como jefa de la diplomacia española violó la carta constitutiva
de la Unión Africana desdibujándolo a su antojo de interés y mezquindad política.
Acto al que probablemente llegará a la ministra una formal queja de los órganos
de la Unión Africana. Resulta que la huida a cualquier precio del enfado de su “gharram”[1],
el sultán y su majzén marroquíes la ministra no se va a librar, y el teléfono
de M-VI o Boureta sonará pronto en el Palacio de Santa Cruz, y a ver esta vez
qué dirá la ministra que posiblemente en su francés se justificará “J'ai laissé la carte du Sahara vierge”.
Cuando se trata de librar con dignidad una batalla es mejor morir en ella de
pie que vivir arrodillado. Señora Laya su mezquindad supera en la imaginación saharaui
a las infortunas decisiones de la tan querida leyenda, Teyba[2].
DRLS
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