El Primer
Ministro saharaui ha declarado públicamente en el Círculo de Bellas Artes de
Madrid que los autores del secuestro de los tres cooperantes en los campamentos
de Tinduf han sido las bandas de traficantes que colaboran habitualmente con
Marruecos en el tráfico de hachís y que los traficantes habían llevado a cabo
el secuestro por encargo de Marruecos.
El
secuestro de los tres cooperantes sólo beneficia a Marruecos en su intento por
acabar con la ayuda internacional que reciben los refugiados saharauis.
Marruecos, al crear una atmósfera ficticia de inseguridad en los campamentos,
ha conseguido que se retraiga la ayuda internacional y ha obligado a las
autoridades saharauis a adoptar medidas de seguridad incómodas que dificultan
la llegada de esa ayuda que tanto necesitan.
Los
campamentos de refugiados están en una zona fuertemente vigilada por el
POLISARIO. A ninguna banda de delincuentes comunes se le ocurre ir a realizar
un secuestro de cooperantes a una zona militarizada que en principio ofrece
serias dificultades para conseguir sus fines. Para secuestrar cooperantes
europeos las bandas de delincuentes tienen lugares mucho más sencillos y más
próximos donde operar. Si se han desplazado hasta los campamentos de Tinduf ha
sido por encargo de Marruecos, para causar inseguridad y conseguir el fin de
dificultar la ayuda a los refugiados saharauis.
El
embajador de Marruecos en España, a los pocos días de su toma de posesión,
manifestó que el conflicto del Sáhara terminará cuando Argelia deje de prestar
ayuda a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf.
Para
Marruecos, la solución al conflicto del Sáhara pasa por la desaparición de los
campamentos de refugiados y nada mejor para conseguir estos propósitos que
crear un clima de inseguridad en la zona.
Esta
política “humanitaria” por parte de Marruecos, no es nueva. Hace años que
utilizando a su lobby en España viene poniendo todo tipo de trabas a los vuelos
chárter que se llevan a cabo desde numerosas ciudades españolas con destino a
Tinduf.
Una de las
tácticas utilizadas por el lobby marroquí para incomodar a los cooperantes que
viajan a Tinduf consiste en que de forma aleatoria, el Control de Tráfico Aéreo
español no autoriza el vuelo directo de Tinduf en el vuelo de regreso a las
ciudades españolas, lo que obliga a aterrizar a los aviones en Orán o Argel
antes de seguir viaje a España.
En estas
escalas improvisadas no se cambia de tripulación, ni se suben o bajan pasajeros
o carga, ni se reposta combustible, únicas razones válidas para justificar la
escala no programada que tanto incomoda a los pasajeros, sobre todo de
madrugada.
Para los
que conocemos el mundo de la aviación, obligar a un avión a realizar una escala
no programada es algo absolutamente inusual e intolerable, contrario a las
normas internacionales por las que se rige la aviación civil.
Hasta ahora
estábamos acostumbrados a diversas manipulaciones encubiertas de la
Administración española por parte del lobby marroquí, a lo que nunca pensábamos
que podríamos llegar es al extremo de que el Gobierno español repatríe a los
cooperantes españoles siguiendo instrucciones directas del Gobierno de
Marruecos, alegando una inseguridad inexistente.
Si
realmente se va a producir una intervención armada internacional en Mali,
conviene recordar al Gobierno que la distancia que separa a Tinduf de la
frontera con Mali es considerable y en nada tiene que afectar a la seguridad de
los campamentos saharauis.
Sería
recomendable que el Gobierno español siga guardando mínimamente las formas en
su pleitesía a Marruecos y que no adopte medidas de subordinación tan
descaradas como la de repatriar a los cooperantes.
José Ignacio Domínguez, Teniente
Coronel de Aviación; Comandante de Iberia; Abogado del ICAM