El sevillano Pepe Oropesa es
el único español que no abandonó los campamentos de refugiados saharauis tras
recomendar el Gobierno la repatriación de los cooperantes.
Pepe Oropesa es licenciado por
la Universidad de Sevilla en Periodismo, tiene 26 años y viaja a los
campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) desde el año 2008. Sus
vínculos con los saharauis son familiares, aunque desde el 20 de julio colabora
para la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis
(Afapredesa), ofreciendo clases de español y grabando un documental sobre
desapariciones forzadas en el contencioso saharaui-marroquí. No tiene miedo,
por ello decidió firmar un documento en el que eximía al Gobierno de toda
responsabilidad y se ha quedado en los campamentos, controlados por el Frente
Polisario, a terminar su trabajo, de momento hasta finales de septiembre.
-¿Por qué ha decidido
quedarse?
-Creo que es ahora cuando
debemos mostrar nuestro apoyo al pueblo saharaui. Quien decide trabajar en la
cooperación, voluntariado o periodismo, fuera de las fronteras españolas debe
ser consciente de que ese paso no debe ser un juego y estar sólo para cuando
vengan bien dadas. Con esto no quiero criticar a los cooperantes que se han
marchado, sino a cómo está conformado y cómo se mueve el mundo de la
cooperación internacional hoy día. Soy consciente de que vine bajo mi
responsabilidad y que bajo ella me quedo. Si el Estado ve indicios de peligro
veo lícito que decida evacuar a sus trabajadores, no voy a criticar nunca del
Gobierno nada en ese sentido. Otra cosas son las formas de llevar la evacuación
y de aconsejarla.
-¿Ha explicado el Gobierno
los motivos de la evacuación?
-Yo me entero de todo lo que
está ocurriendo medio día más tarde que los cooperantes que se encuentran en
Rabuni. Yo estaba en Auserd (campamento saharaui) y me llamó el enlace de la
Aecid en los campamentos para presentarse como tal y decirme que si necesitaba
algo de ella que la visitase en la sede del Acnur. Media hora después en una
llamada de la misma persona se me indicaba que había una amenaza terrorista
sobre los europeos, especialmente los españoles, y que debía desplazarme a
Rabuni con mi pasaporte y con escolta en todo momento. No sabía lo que pasaba y
pensaba que era un ataque que se había dado en ese corto espacio de tiempo. Mi
sorpresa llega cuando el resto de cooperantes me dicen que habían estado a
punto de realizar la evacuación la noche anterior. Algo no cuadraba. Si tan
alto es el riesgo porque no se me avisa en la primera llamada. Una vez en
Tinduf se nos dice que hay riesgo de acción en la zona contra ciudadanos
europeos, especialmente españoles, pero que es una decisión desde arriba, desde
la embajada y el Gobierno, y que la Aecid sólo es una mandada en todo el
asunto.
-Tanto las ONG como el
Polisario niegan la inseguridad. ¿Cree que hay una amenaza terrorista real o
una futura intervención militar en el norte de Malí?
-No soy experto internacional
para conocer las intenciones de tantos actores políticos como están en juego en
todo este asunto, lo único que sé es que las autoridades saharauis han
asegurado que la situación no ha cambiado respecto a las últimas fechas, y que
de ser así es algo que sólo conocen los españoles, ni siquiera el Gobierno de
Argelia. Ellos aseguran la seguridad en su territorio, máxime tras las mejoras
acometidas en este aspecto después de los secuestros de octubre de 2011, es
mayor que nunca.
-¿Cree que se ha tomado una
decisión poco meditada?
-A nivel personal considero
que esta situación no debe tomarse a la ligera por ninguna de las partes. Ni
para irse, ni para quedarse, tanto cooperantes como autoridades. Probablemente
pierda a título personal más de lo que pueda ganar si pasase algo, pero, como
le digo, a mí lo que me mueve aquí no es material, sino sentimental, por lo que
me quedo con mi conciencia tranquila. Así se lo he hecho saber a mi familia. Mi
decisión no mejorará en nada la situación actual del pueblo saharaui porque soy
uno, por eso no quiero que se hable de mí y sí del pueblo saharaui. Si consigo
eso, habré conseguido mucho.
-¿El Gobierno quiere evitar
pagar un supuesto secuestro o actúa por la seguridad de los cooperantes?
-Ojalá fueran estos dos
motivos los que han llevado al Gobierno realmente a repatriar a los
cooperantes, y digo esto porque ambas tienen solución: trabajar para mejorar la
seguridad en la zona y así evitar posibles secuestros y asegurarse el no tener
que pagar y la seguridad de las personas. No estoy de acuerdo con que se paguen
rescates a los grupos terroristas, siempre lo he dicho, pero menos de acuerdo
estoy con que un Estado acuda al lado más popular de una acción "no
queremos financiar grupos terroristas" y después tome medidas como las que
toma en conflictos armados o en venta de armas que son incluso peores. Pero que
quede claro, en caso de que se diese, no quiero un pago de rescate por mi
persona. Firmé el documento para ello y vine y me quedé bajo mi
responsabilidad. Si todos fuésemos consecuentes con lo que hacemos, este mundo,
no tengo ninguna duda, sería mejor de lo que es.
-La repatriación se ha
hecho nueve meses después del secuestro de los cooperantes en Rabuni. ¿Por qué
no se hizo antes?
-La respuesta más fácil y que
probablemente tenga más peso sea la de que una vez los secuestradores no tienen
a rehenes van en busca de otros. Hay otras opiniones que dicen que se debe a un
gesto de Estado a no se sabe bien a quién o qué, es decir, que todo está
orquestado desde hace mucho tiempo para que se viese claro que España decide
evacuar a sus cooperantes ante el riesgo alto de acción sobre ellos.
-Con esta medida, ¿está en
peligro la cooperación en los campamentos?
-Que los cooperantes se vayan
no es motivo para poner en peligro los proyectos, sobre todo porque gran parte
de ellos entraban en periodo vacacional e iban a dejar por un tiempo los
campamentos. Lo negativo de esta evacuación puede venir porque organismos,
entidades o privados decidan recortar aún más las ayudas en la zona.