La activista saharaui relata
la lucha de las mujeres contra la represión que ejerce contra ellas y sus
familias el régimen de Marruecos.
Ghalia Djimi [NOTA POEMARIO:
ese es el nombre impuesto por el ocupante marroquí, el verdadero nombre es El
Ghalia Mint Abdallahi Uld Mohamed], activista saharaui y vicepresidenta de la
Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos (ASDVH), ha
visitado recientemente el Estado español y relatado a DIAGONAL la situación de
represión que sufren las mujeres en el
Sáhara ocupado.
Explica que las mujeres que
viven los territorios ocupados por Marruecos salen las primeras a la calle para
exigir su derecho a la autodeterminación. “Las mujeres sufrimos la violencia
del Gobierno de Marruecos. En las manifestaciones, las mujeres son golpeadas,
son violentadas", afirma Djimi.
Además señala que las
saharauis que trabajan para la administración marroquí "si participan en
las manifestaciones se les congela el sueldo".
Djimi intervino en febrero
ante el Comité de Derechos Humanos en Ginebra donde relató la situación que
sufre el pueblo saharaui. En Ginebra se presentaron dos informes "uno del
relator especial contra las torturas de Marruecos que habla de la tortura
sistemática contra la población civil en el Sáhara ocupado. Otro informe sobre
la prohibición por parte de Marruecos a actuar a las organizaciones saharauis
para llevar a cabo sus denuncias", señala.
La vicepresidenta de las
Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos vive en El Aiún donde han crecido
también sus hijas y donde conoció a su compañero cuando fue detenida por la
policía de Marruecos en 1981 y
encarcelada con otros saharauis. Más tarde, en 1987, Ghalia Djimi participó en
las protestas contra la ocupación del Sahara en las que el Gobierno de
Marruecos detuvo a más de 500 saharauis que reivindicaban la libertad del
Sáhara, coincidiendo con la llegada de la Comisión de la ONU. Ghalia Djimi fue
encarcelada con otras mujeres activistas como Aminatou Haidar, fueron
encarceladas durante tres años.
Recuerda que durante ese
tiempo de cautiverio "hubo muchos momentos para hablar con los presos
políticos saharauis y darles ánimo". También, cuenta que “en la cárcel
celebrábamos la fiesta nacional saharaui, estudiábamos y enseñamos a leer a
otras compañeras y compañeros... Intentábamos no estar tristes, no deprimirnos
a pesar de no ver el sol, de las torturas, de no poder lavarnos, del trato
salvaje que nos daban los policías en la prisión”, declara Djimi.
Con Aminatu Haidar
Dijimi dice que su compromiso
se hizo más fuerte tras su cautiverio: “Después del 91 fuimos esas mujeres las
que llevamos la bandera de la lucha que
empezaba en las calles. Decidimos que teníamos que hablar de lo que nos había
ocurrido en nuestras propias carnes y también teníamos el deber de buscar a
nuestros desaparecidos”.
Explica que toda su familia ha
sufrido la represión marroquí. Su abuela fue acusada de convertir su casa en un
escondite de miembros del Frente Polisario.
Otra preocupación de la
activista saharaui es la falta de libertad de expresión y la situación de
represión que vive la juventud saharaui en los territorios ocupados por
Marruecos. Christopher Ross, enviado especial de la ONU al Sahara Occidental,
hizo una visita al territorio en noviembre de 2012 precedida por protestas que
querían mostrar la situación del Sahara.
“Nosotros en el Sáhara no podemos salir a la calle, este es el problema.
Lo intentamos durante la visita de Christopher Ross y hubo una represión brutal
contra los manifestantes”.
Además explica que la
violencia que se vive en el Sáhara podría llevar a los jóvenes a escoger
también la vía violenta. “Cualquier grupo terrorista o cualquier movimiento
violento puede atraer a esta juventud que está desesperada, bajo la ocupación.
También del otro lado, en el exilio, sin encontrar trabajo, viviendo de la
ayuda humanitaria...” explica Djimi.
Explica también que además no
se informa de la situación real que sufren los saharauis en Marruecos:
"Existe una gran manipulación de los medios de comunicación sobre el tema
saharaui", afirma Djimi. Varias organizaciones de derechos humanos han
denunciado que Mohamed VI ha impedido a la prensa hacer del seguimiento juicio
contra varios saharauis por el desalojo del campamento Gdeim Izik, en noviembre
del 2010.