Fuente: El Mundo LUCAS DE LA CAL,
Corresponsal Marruecos. 29 de noviembre de 2017
Es una imagen histórica. Una "foto de
familia" hasta hoy imposible de ver. Un momento buscado por los de abajo y
temido por los de arriba. El rey de Marruecos, Mohamed VI y el Secretario
General del Frente Polisario, Brahim Gali, compartiendo escena durante la
quinta cumbre Unión Europea-Unión Africana que se celebra esta semana en la
ciudad de Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil. Gali no le quita la
mirada mientras que Mohamed VI charla distendidamente con su colega Macron.
Para encontrar una situación parecida hay que retroceder hasta 2012 y viajar hasta
Argel, la capital de Argelia. Lo recuerda bien el periodista marroquí Ali
Lmrabet. "Al funeral del antiguo presidente argelino, Ahmed Ben Bella,
acudió el que entonces era jefe de gobierno marroquí, Abdelilah Benkiran. Le
tuvieron que llamar desde Rabat para que se fuera de allí porque estaba
compartiendo espacio con una delegación del Frente Polisario que había acudido
a la ceremonia. Desde entonces, una imagen como esta no se había vuelto a
repetir", cuenta Lmrabet.
En Costa de Marfil, 83 jefes de Estado y de
Gobierno, que representan a 55 países africanos y a los 28 socios de la UE,
debaten el miércoles y el jueves de asuntos que afectan a ambos continentes
como la inmigración y la seguridad. Lo más destacado es la participación en
esta cumbre de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que recibió una
invitación oficial de la Comisión de la Unión Africana (UA), de la que es
miembro. Aunque su presencia estuvo varias semanas en el aire por la
desaprobación de Marruecos y de sus aliados de la UA. El ministro de Asuntos
Exteriores marroquí, Naser Burita, concedió una entrevista a Isaac J. Martín de
la Agencia EFE en la que aseguraba que los los países africanos comenzarán un
proceso para retirar el reconocimiento a la República Árabe Saharaui
Democrática (RASD). El ministro añadió que no es un problema la presencia de la
RASD porque para Marruecos es "invisible y no existe ni existirá nunca
para nosotros". En 1984, el entonces rey de Marruecos, Hassan II, decidió
abandonar la antigua Organización para la Unidad Africana en protesta por la
admisión de la RASD. El pasado 30 de enero el reino fue admitido en la UA con
el apoyo de 39 de los 55 países que la integran. "Marruecos ha regresado a
la Unión Africana con el fin de no dejar que el Frente Polisario siga
cometiendo aberraciones", explicó a EFE Burita.
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