CEAS-SAHARA, 12 febrero, 2019
Don Felipe, como Rey de España y Jefe del
Estado nos dirigimos a Ud., una vez más, con la esperanza de que, en la medida
de sus posibilidades, contribuya a la búsqueda de una solución definitiva de un
conflicto que el Estado español creó y que, por responsabilidad histórica y
obligación legal, debe contribuir a solucionar: la descolonización del Sahara
Occidental.
Hace 44 años, ante la “Marcha Verde”
marroquí sobre el Sáhara Occidental se vivió algo inesperado en El Aaiún: la
visita del príncipe Juan Carlos, Jefe de Estado en funciones ante la grave
enfermedad del dictador Franco. Dijo entonces a los mandos militares que el
Ejército español iba a conservar intacto su prestigio y honor, que cumplirían
con las promesas hechas a los saharauis para que decidieran libremente su
destino, y que como ciudadanos españoles que eran, con representación en las
Cortes, no estaban solos. Pero sus palabras duraron poco, casi dos semanas después
les encerramos en sus barrios entre alambradas y les entregamos al invasor
marroquí.
La vergüenza por la traición y abandono a
un pueblo que tenía DNI español continúa, que vivían en la 53 provincia
española. Es hora ya de que el Jefe del Estado repare el daño que España ha
causado a un pueblo que habla nuestro idioma, que quiere a nuestro país y al
que nosotros también queremos. El drama del Sahara Occidental, la última
colonia de África, es cosa nuestra, son nuestros refugiados y tenemos con ellos
una gran responsabilidad. El conflicto saharaui encontrará una vía de solución
si el Estado español y Europa no cierran los ojos a la ocupación, a la
intransigencia y a la impunidad marroquí. Hay que exigir el respeto de los
derechos humanos; respetar las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea y el Derecho internacional se debe anteponer a los intereses
económicos.
En su viaja a Marruecos con un gran número
de empresarios españoles, es una gran ocasión para defender ante el Rey Mohamed
VI los derechos humanos de activistas saharauis que están presos en cárceles
marroquíes, como los condenados de Gdeim Izik, con penas de hasta cadena
perpetua. Ud, que ha aludido en numerosas ocasiones a la defensa de los
derechos humanos, tiene ahora la oportunidad de referirse al Sahara Occidental,
donde se violan sistemáticamente con el silencio cómplice de España.
Exigimos que no se utilicen los derechos
del pueblo saharaui como “moneda de cambio” para llevarnos bien con Marruecos.
Los intereses de las empresas españolas no pueden ser una excusa ante esta
grave e injusta realidad. Se debe cumplir la sentencia firme del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea de 21 de diciembre de 2016 y las dos posteriores
del 2018, donde se establece “habida cuenta del estatuto separado y distinto
reconocido al territorio del Sáhara Occidental en virtud de la Carta de
Naciones Unidas y del principio de autodeterminación de los pueblos…” que los
Acuerdos de Asociación y Liberalización entre Marruecos y cualquier otro país
no se pueden aplicar al territorio del Sahara Occidental, en referencia a la
explotación de sus recursos naturales, sin consentimiento de su pueblo,
convertido de esta forma en mero expolio, ilegal y tremendamente cruel,
atendiendo a la situación humanitaria del Pueblo Saharaui.
El derecho internacional respalda al Pueblo
Saharaui, que en 1991 relegó su legítimo derecho a la lucha armada y confió en
las promesas de las Naciones Unidas para hacer un referéndum y decidir
libremente su futuro, referéndum acordado que aun no se ha celebrado por la
oposición e intransigencia de Marruecos. Mientras, la Misión de NNUU en el
territorio, establecida para la organización del referéndum, sigue sin tener
entre sus competencias la vigilancia de los derechos humanos.
En su anterior viaje a Marruecos, no hizo
referencia alguna a los derechos humanos del Pueblo Saharaui, que sufre la
represión del régimen marroquí y está dividido por un muro de más de 2.700
kilómetros plagado de minas.
¿Tendrá el valor de hacerlo en esta nueva
ocasión y reparar la promesa incumplida de don Juan Carlos hace 43 años? Se lo
debemos a la justicia, pero, sobre todo, a nuestra propia dignidad y al Pueblo
Saharaui.
Madrid, 11 de febrero de 2019. CEAS Sahara
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