sábado, 18 de mayo de 2019

Esta vez se dio la ocasión con Ngugi Wa Thiong´o

Diario La Realidad Saharaui/DLRS 18/05/2019.
Para hablar sobre el pensador africano Ngugi Wa Thiong´o debo remitirme al mes de abril del año 2007 cuando la profesora Michelle Hamilton del Department Of Spanish And Portuguese University Irvine (California) me invitó junto la escritora Zahra Hasnaui para realizar conferencias en varias universidades californianas. Fue allí cuando estuve muy cerca de conocer al eterno candidato al Premio Nobel de Literatura, el keniata Ngugi Wa Thiong´o, puesto que es profesor de la Universidad de Irvine. Por un cambio de agenda aquella vez no pudimos encontrarnos con el referente pensador africano que tanto deseábamos conocer. Y como decimos los saharaui ante los imprevistos كل استخير فيهى خير kil stajira fiha jeira, “Cada paso imprevisiblemente interrumpido será para bien”. Recuerdo que dejamos para él, a la secretaria de su departamento y como rastro de nuestro paso por allí, una antología de poesía de resistencia de varios autores saharauis.
Ngugi Wa Thiong´o es por su trayectoria un guía intelectual africano y su obra es vital para los pueblos subalternos. A la vez es una referencia para el caso del Sahara Occidental, teniendo en cuenta que nuestro territorio es la última colonia de África. El propósito era llevar nuestro proceso al conocimiento de un autor con claros planteamientos anticoloniales, que ha vertido durante todos estos años en sus más destacadas obras, desde “Descolonizar la mente”, “El diablo en la cruz”, “El brujo del cuervo”, “Un grano de trigo” o su última obra “Desplazar el centro”, que se trata de una reflexión en la que nos insta a revisar la bibliografía colonial y a escribir desde lo euroafricano para que uno sea dueño e imagen de su propia cultura africana. Hace años comencé a pensar en el carácter oral de nuestra cultura africana saharaui y la falta de su registro escrito, y pensé en ir introduciendo en mis libros pensamientos, frases, nombres, citas, proverbios, gestas y mucha poesía en nuestra lengua hasania. Mi propósito es que cuando un investigador saharaui busque en la red información sobre el Sahara y su cultura en hasania, el investigador pueda encontrar en mis trabajos lo que busca, en el sentido de la afirmación de Ngugi Wa Thiong´o “Cuando añades lenguas a tu propia lengua, eso es empoderamiento”.
En mayo de 2017 leí en la agencia EFE una noticia que titulaba “El escritor Ngugi wa Thiong'o hablará en Barcelona sobre África y literatura”.  Pero no me fue posible ir a verle y otra vez recurro a un dicho saharaui, المكتوب Elmactuba, lo ya escrito es ineludible. Pensando en los grandes que abrazaron la causa saharaui y que se nos han ido en estos últimos años, como Jorge Guillén, Mario Benedetti, José Saramago o Eduardo Galeano, siempre he sentido que nuestro mundo necesita una retroalimentación de figuras como Ngugi para resetearnos y resituarnos en cómo debemos desplazar ese centro hegemónico a través del que el colonialismo sometió a los que fueron sus subalternos, les desdibujó y les sigue imaginando desde su distorsionado orientalismo.
Y por fin este mes de mayo Ngugi recalaba en Madrid para presentar su novela “La revolución vertical”, libro en el que homenajea la tradición de la cultura oral africana, en el que el caso del Sahara Occidental es uno de los notables ejemplos, ya que “Todas las lengua son herederas”, como afirma Ngugi. Esta vez iba a ser posible mi encuentro con uno de los escritores, guías y pensadores más eminentes del ideario contra el imperialismo cultural y político africano.
La cita fue el martes 14 de mayo en el auditorio del Edificio Nouvel del Museo Reino Sofía, un amplio salón que desde el primer momento comenzó a llenar su aforo con la gente del mundo académico y cultural que con asiduidad sigue al pensador africano. En la pared del escenario se podía leer en una pantalla: “Desplazar el centro. Conversación con Nugui Wa Thiong´o”. Mientras la gente iban entrando me percaté que los asientos a mi derecha acababan de ser ocupados por el mismísimo Ngugi Wa Thiong'o, acompañado por el periodista Chema Caballero. Enseguida me dirigí a él y con mi pobre inglés me presenté: “Hi ,dear Ngugi, I am a native of the last colony in Africa, Western Sahara… In 2007 I visited your university in California but it was not posible to see you, but now… we are here”. Me dijo que conoce que el Sahara Occidental tiene una parte liberada y que otra está ocupada y que forma parte de la Unión Africana. Le respondí que los saharauis, como africanos en el exilio, lo llevamos como referente intelectual de nuestro continente. Me sacó una tarjeta de Radio Nacional de España y me pidió que le escribiera mi nombre y email. Al mismo tiempo, le di mi tarjeta personal y le dije que tras la conferencia quería regalarle un libro y pedirle un compromiso. A lo que me respondió con una afable expresión anglófona “Oh, that´s good”.
Tras nuestra conversación subió al escenario y comenzó su conferencia en un formato de diálogo sobre su trayectoria con el periodista Chema Caballero. Disfruté de una magistral lección, como cuando un padre africano cuenta cómo encarar los problemas y orienta a sus hijos en cómo seguir viviendo, convirtiendo lo negativo en positivo para no parar en su lucha y conquistar sus derechos. 
Al final llegó el turno del público, y fue cuando levanté la mano y le dirigí mi pregunta: “La última colonia de África, el Sahara Occidental, sufre la ocupación militar marroquí, tanto geográfica como cultural y la apropiación de ésta, que yo defino como culturicidio. Leí algunas de tus obras que hablan del colonialismo y la resistencia cultural. ¿En nuestro caso, los intelectuales saharauis qué podemos hacer desde el exilio?”. Mi cuestión fue la tercera de la primera ronda de preguntas que se plantearon. Nguigi comenzó las respuestas diciendo: “Voy a empezar respondiendo a esta última pregunta”, que era la mía. “El colonialismo, en la forma que sea, debe ser resistido”, y aclaró, “ya que se trata de un sistema económico, político y social de sometimiento a una comunidad, no hay un ser humano más humano que otro, ni hay una nación más nación que otra. El exilio es algo que ha sucedido a lo largo de la historia. Es positivo que un país acoja a gente que huye de la desolación, el exilio no se elige, fue el exilio el que me eligió a mí. Como tampoco se elige el lugar donde se es acogido. Eres un náufrago y te quedas dónde te acogen. Lo importante es ¿qué haces con el exilio? Yo he tenido la suerte de poder escribir”.
Al final de la conferencia, que duró dos horas, me acerqué a él, le regalé “Thirty one”, antología de la poesía de resistencia saharaui y le pedí: “Carry in your heart the saharawi people”. Ojeó el libro durante unos instantes entre sus manos. Se trata de una versión bilingüe español-inglés y me respondió, “It´s a good book”. Y cuando ya estaba despidiendo con la firma de algunos de sus libros, le dije que le escribiré con más información sobre la última colonia de África. A lo que Ngugi me respondió: “Te di mi tarjeta y puedes escribirme cuando quieras”. Sentí que nuestra causa estaba tocando en su conciencia anticolonial.

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