Diario La Realidad Saharaui/DLRS. Por Bahia
Mahmud Awah. 11/08/2019
“Marruecos ocupó nuestra tierra y asesinó a nuestra
gente en nombre de la religión, ¿de qué manera entonces compartiremos con él
una festividad religiosa de concordia?”, Hmad Uld Ali Uld Bachir, alias Hmad
Hammad.
Explorando este nuevo tema de la desobediencia
civil saharaui ante las leyes del régimen de ocupación marroquí, cabría
recordar a Nelson Mandela en su libro “El largo camino hacia la libertad, obra autobiográfica
en la que Madiba desgrana detalles de su lucha pacífica contra el dominio del apartheid.
Cómo los militantes del ANC diversificaron sus métodos de lucha contra el
régimen racista de la Sudáfrica apartheidiana. Uno de esos métodos fue lo que
Mandela llamó “DESOBEDIENCIA CIVIL”. Diversificación de lucha que consistió en desafiar las leyes civiles
del Apartheid, apoyadas por la iglesia anglicana que simpatizó con el régimen en
contra de los negros, una apuesta que
Nelson Mandela describió en su enfrentamiento con el apartheid: “La
Iglesia aprobaba esta política y aportó el apuntalamiento religioso del
apartheid sugiriendo que los afrikáners eran el pueblo escogido de Dios,
mientras que los negros eran una especie subordinada a ellos. En la visión del
mundo que defendía el afrikáner, apartheid y religión marchaban codo con codo.”
En el mismo sentido va esta expresión del militante saharaui Hmad Uld Hammad:
“Marruecos ocupó nuestra tierra, secuestró, asesinó y enterró vivos a nuestros
familiares y compatriotas en nombre de la religión. ¿Cómo vamos a compartir con
él una fecha religiosa de concordia que usa en contra de nosotros?”.
Hoy esta filosofía de militancia de ruptura
antirégimen reaccionario y religioso ha irrumpido en el activismo de lucha
pacífica que practican los saharauis que viven bajo ocupación militar marroquí.
Una experiencia con la que los sudafricanos del ANC pudieron avanzar en su
largo proceso de liberación contra el dominio del apartheid y la iglesia
anglicana. Los saharauis por su naturaleza son receptivos a las buenas experiencias,
como lo prevé el proverbio, اعطيني كلبك
اباش انخمم “Dame tu corazón (los saharauis lo
relacionan con la toma de conciencia) para pensar”. Finalmente los saharauis,
conscientes de diversificar sus métodos de lucha, dieron con la clave العصيان المدني
(la desobediencia civil) contra la política de la administración con
la que Marruecos gestiona los asuntos de los territorios que ocupa en el Sahara
Occidental.
Contra esa política de anexión militar
arropada desde sus inicios por el uso de la religión, los saharauis captaron el
peligro de su mensaje y declararon la
ruptura con ella. En 2010 un grupo de
universitarios saharauis se proclamó como “رافدين الجنسية المغربية” (saharauis que rechazan documentación
marroquí), condición que la administración marroquí en 1976 impuso a
la población con el propósito de su marroquinización. El elocuente caso de la
activista saharaui Aminetu Haidar en 2009 es otro ejemplo al rechazar que se pusiera en su tarjeta de
embarque que es marroquí. La activista saharaui protagonizó una epopeya de 32
días de huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, un caso que recibió el
apoyo de miles de personas en todo el mundo, personificado, entre otros por el
Premio Nobel José Saramago, el Centro Robert Kennedy para la Justicia y la Paz
y cantantes, actores e intelectuales que hicieron suya la causa de Aminetu.
Para los pueblos nada es imposible en los
métodos de lucha contra cualquier poder, sea como sea su naturaleza. Y los
ejemplos son muchos, desde los movimientos negros de los derechos civiles en
Estados Unidos, el movimiento antiglobalización, los inicios de las primaveras
árabes, la oposición civil a guerras como la de Vietnam o Irak (movimiento No a
la guerra en España), el 15M español, el mayo del 68 francés. Los ciudadanos se
declaran en desobediencia contra sistemas injustos. Posiblemente a muchos anónimos
saharauis, defensores de derechos humanos y activistas políticos contra el
régimen marroquí también pasarán a la historia por declarar esta desobediencia
y ruptura con las leyes políticas y religiosas que Marruecos ha impuesto sobre
sus aspiraciones, diferentes y opuestas a las marroquíes.
¿Cómo empezó esta ruptura y cómo se está retroalimentando
en el Sahara Occidental?, esta es la interrogante que a continuación respondo partiendo
de realidades recogidas sobre el terreno. Desde el inicio de la anexión militar
al territorio en 1976 y cuando nadie se atrevía llevarle la contraria a la
ocupación, nació la rebeldía en un joven de aquella generación testigo de los
últimos años del periodo colonial español. Se llamaba Hmad Hammad y actualmente
aún vive en “el calabozo grande” como él llama a la ciudad de El Aaiun. Me
contó que desde el principio la invasión marroquí tuvo muy claro desobedecerla
y romper con su imposición cultural, ajena y extraña para la cultura e
identidad saharaui.
Hmad no cayó en esa macabra estrategia como
muchos otros que, por necesidad de estudios, fueron deportados al interior
marroquí y acabaron hablando o introduciendo en su personalidad saharaui la dariya
marroquí y la lengua francesa. En varias ocasiones me contó que fue
represaliado por la administración por dirigirse en hasania o en español a
funcionarios marroquíes de la administración de ocupación del territorio. Y que
en muchos juicios en los tribunales de la ocupación pedía interprete en su
lengua hasania o de español. Método de resistencia que le ha costado cárcel,
agresiones y persecución. Ante el saqueo y la destrucción del patrimonio
cultural material saharaui, tanto arqueológico como de recursos naturales, Hmad
se ha postulado desafiando al régimen para denunciar este atropello, a través
de videos y testimonios expuestos en multitud de conferencias y encuentros con
los medios.
Recientemente, cuando la población saharaui en
los territorios ocupados se está preparando para celebrar la fecha religiosa de
las pascuas del Sacrificio, Id El Adha, que para la administración de ocupación
marroquí es el lunes 12 de agosto, ha surgido un interesante debate en torno a esta
fecha. Entre la población del Sahara Occidental, dividida por un muro militar, han
surgido nuevas y contundentes voces en contra de la fecha estipulada por el
ocupante para la celebración de la festividad religiosa. Y ante el debate que
si los saharauis en la parte ocupada deben ceñirse a las indicaciones de la
administración marroquí, se han declarado contrarios anteponiendo su Id para
celebrarlo hoy domingo 11 de agosto, con su compatriotas en los territorios
liberados y en los campos de refugiados en Argelia.
El viernes 9 de agosto el activista saharaui
Hmad Hammad me enviaba un audio donde un foro de saharauis arengaba a la
población a la desobediencia religiosa a Marruecos y la ruptura con su fecha del
Id. Pero también hubo opiniones discrepantes al respecto, que alegan otras
razones de interpretaciones religiosas. Hmad Hammad se dirigía a los saharauis
que no los tienen claro: “Si ellos lo van a celebrar el lunes 12, nosotros
debemos celebrarlo el domingo para no coincidir con ellos y unirnos a la fecha
de celebración de nuestra República, que a través de sus sabios y ulemas nos
guía para esa fecha y no según la agenda del ocupante”. Hmad tiene sus ideas
muy claras y ante sus correligionarios explicó
por qué los saharauis deben desobedecer las prácticas religiosas de la
administración marroquí que controla esta parte de la población y territorio
saharaui con las siguientes razones: “He escuchado vuestro debate sobre la
fecha de celebración de El Id, y veo que se esta tratando su lado religioso.
Pero quiero dejar clara una cosa, Marruecos invadió nuestro territorio en
nombre de la religión, mató nuestra gente en nombre de la religión, envenenó
nuestros pozos en nombre de la religión, secuestró nuestros hijos en nombre de
la religión, asesinó nuestra madres, hermanas, compañeros, los enterró vivos y
también les lanzó vivos desde sus helicópteros, en nombre de la religión”.
Cuando
repasamos la historia de la ocupación del territorio que Marruecos y la
prensa española llama la “Marcha Verde”, tenemos una imagen de hordas de maltrechos
ciudadanos marroquíes, ciegamente exaltados por el llamado de su rey Hasan II
para recuperar el Sahara a los españoles. Miles de personas caminaron por el
desierto hacia el Sahara Occidental, portando en sus manos el libro del Corán,
sus sudarios y la bandera marroquí junto a la americana de Henry Kissinger.
Riszard Capuscinski recordaba cómo se
justificaban los ideólogos del apartheid: “somos partidarios de que todo el
mundo viva cada vez mejor y pueda desarrollarse”. El rey de Marruecos Hasan II alegaba
en su defensa de la ocupación del Sahara Occidental que lo hacía para liberar a
los saharauis y unirlos a lo que alegaba que siempre había sido su patria,
Marruecos. Pero los líderes saharauis tenían su propia respuesta, como los
desaparecidos Mahfud Ali Beiba y Bujari Ahmed. Mahfus Uld Ali Beiba decía que “si
algún día los saharauis quieren ser «otros» yo no seré ese «otro»”. Y Bujari
Uld Ahmed Uld Barikala afirmaba que “La coyuntura internacional es como lo que
decía Bismarck, el manto de Dios pasa
una vez delante de tu puerta cada mil años. Y nosotros los saharauis estaremos
preparados para el paso del manto de Dios”. Es decir, la ocasión de este tipo
de lucha ya está servida para no perderla. Y los saharauis no deben esperar más
y redoblar la desobediencia contra las leyes tanto religiosas como
administrativas del ocupante marroquí.
El difunto poeta Beibuh Uld El Hach, llamaba
con estos clarividentes versos a cerrar filas y luchar unidos y con todos los
medios.
“Unidos, mi llamado os llega, /hombres dignos
y bravos, /no aceptéis arrodillaros, /es preciso que os rebeléis”.
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