Fuente: Agencias / La Haine. 06/12/2019
La activista saharaui Aminetu Haidar
critica la alerta terrorista falsa de Madrid para que no vayan españoles a
Tinduf
La activista saharaui Aminetu Haidar, una
de las ganadoras este año del Nobel Alternativo, alerta de que las nuevas
generaciones ya no creen en la resistencia pacífica tras décadas de conflicto y
cree que si no hay presión internacional sobre Marruecos, la guerra será
inevitable. “Es muy probable, lo lamento mucho, no espero verlo de verdad, de
corazón, por eso mando un mensaje de paz. La Unión Europea (UE) tiene que hacer
algo para evitar la guerra, para mantener una vía democrática pacífica”,
afirma.
Haidar, que ayer recogía en Estocolmo uno
de los premios de la fundación sueca Right Livelihood Award, defiende que se
obligue a Rabat a respetar los DDHH, ampliar las competencias de la Misión de
la ONU en el Sahara Occidental (Minurso) y frenar el “expolio ilegal” de los
recursos naturales del Sahara. “Los jóvenes saharauis ya no creen en la
resistencia pacífica, están ejerciendo presiones al Frente Polisario para
retomar las armas”, avisa Haidar, que habla de generación “decepcionada,
frustrada y reprimida” que no ve un futuro y solo la “complicidad” de la
comunidad internacional con la dictadura marroquí.
Marruecos y el Polisario firmaron en 1991
un acuerdo de alto el fuego que puso un punto y aparte a la guerra iniciada en
1975 después de que las tropas marroquíes ocuparan ilegalmente los territorios
de la antigua colonia española del Sahara Occidental. El acuerdo incluía la
convocatoria de un referéndum de autodeterminación que no se ha celebrado aún,
por los obstáculos que pone Marruecos respecto al censo, esperando que muera la
mayoría de los saharuis que habitaban la zona en 1975.
Rabat usa “cartas de presión” para forzar a
Europa a “cerrar los ojos hacia una situación flagrante y grave”, entre las que
menciona el terrorismo y la inmigración ilegal, un arma a la que el régimen
marroquí recurrió en 2009 para “presionar” al Gobierno español.
La fundadora y presidenta del Colectivo de
los Defensores Saharauis de DDHH (CODESA), montó entonces una huelga de hambre
de más de un mes en el aeropuerto de la isla de Lanzarote (España) para
protestar por su expulsión de El Aaiún (Sahara Occidental) y la retirada de su
pasaporte por Marruecos.
Aunque la activista saharaui señala a
Francia como el “gran obstáculo” al proceso de paz por sus lazos con Rabat,
cree que España también tiene mucha responsabilidad y cede a las presiones de
la dictadura de Marruecos, como ocurrió la semana pasada.
El régimen español lanzó una alerta, que
dijo -sin sonrojarse- sostenida en información de "servicios secretos
extranjeros", en la que sugería a los ciudadanos de su país que no
viajaran a los campamentos de refugiados saharauis, ya que según la misma eran
objetivo preferente de los grupos yihadistas que actúan en el sur de Argelia.
Haidar relaciona esa alerta falsa con la
visita ese día a Madrid del ministro de Exteriores del régimen marroquí, y cree
que el objetivo es aterrorizar a los simpatizantes españoles para que no
asistan al congreso del Polisario del día 19 en las zonas liberadas.
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