El Gobierno español insiste en
que "la amenaza para los cooperantes es real"
BILBAO. El Gobierno español
trata de disuadir a las organizaciones que están preparando un viaje a los
campamentos saharauis de su intención de trasladar cooperantes a esa zona, al
tiempo que toma medidas para aumentar el control sobre el personal que las ONG
del Estado tienen en la región del Sahel.
El ministro de Asuntos
Exteriores, que el lunes se reunió con las organizaciones que le reclamaban
explicaciones por la repatriación urgente de cooperantes desde Tinduf, insiste
en el alto riesgo de secuestro que existe para los voluntarios de las ONG. José
Manuel García-Margallo trasladó a los representantes de once ONG que trabajan
en los campamentos de refugiados saharauis en el sur de Argelia que, según los
datos que maneja el Gobierno, las organizaciones criminales que operan en el
Sahel tienen "infiltrados" en los campamentos saharauis en Tinduf
que, tras detectar debilidades en los servicios de seguridad del Frente
Polisario, tenían diseñado un plan de ejecución "inminente" para
secuestrar a cooperantes españoles. Esta certeza motivó la operación para
repatriar a los cooperantes, que ahora dudan de la existencia de verdaderos
motivos de alarma y ya están preparando el regreso al Sahara.
Al Gobierno español no le ha
gustado el anuncio de varias asociaciones de apoyo al pueblo saharaui de la
organización de un vuelo que partirá el próximo día 7 con miembros de ONG y
cooperantes. El ministro de Exteriores intentó convencer a los representantes
de las organizaciones de que no es seguro volver a Tinduf haciéndoles ver
"el riesgo real" que corren los cooperantes, pues la amenaza no
procede de terroristas o delincuentes que pensaran desplazarse de Mali a Tinduf
con el fin de secuestrarles, sino de elementos infiltrados ya en los propios
campamentos. "No son cosas hipotéticas. Es una amenaza muy
específica.", señalaron fuentes de Exteriores.
Las organizaciones de apoyo a
los saharauis se mantienen firmes en su decisión de regresar cuanto antes a los
campamentos y, además de cuestionar las verdaderas razones del Gobierno para
retirar a los cooperantes, insisten en que no se puede ceder a la presión de
los terroristas.
El lunes García-Margallo se
comprometió con las ONG a crear un grupo técnico para ver cómo evoluciona la
situación y estudiar el mantenimiento de los proyectos de cooperación.
MÁS CONTROL De forma paralela,
el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación ha puesto en marcha la
elaboración de una relación precisa de todos los cooperantes españoles
presentes en la región del Sahel. El departamento que dirige José Manuel
García-Margallo está al tanto de los movimientos de los cooperantes que
trabajan con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AECID) o con otros organismos internacionales, pero ahora quiere llevar
también un control de aquellos voluntarios o cooperantes de ONG pequeñas que
puedan viajar a la zona para llevar a cabo proyectos financiados por las
comunidades autónomas.
Con este motivo, Exteriores ha
convocado para hoy otra reunión con representantes de las comunidades autónomas
para explicarles la situación y tratar de encontrar vías para que la ayuda a
los refugiados saharauis se siga manteniendo de manera "eficaz",
aunque con "menor riesgo".
El Gobierno también está
coordinando con Naciones Unidas y otros organismos internacionales medidas
conjuntas para reforzar la seguridad de los cooperantes en el Sahel, a quienes
por el momento se les ha pedido que extremen la precaución. Este es el mensaje
que el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica,
Jesús Gracia, trasladó recientemente a una veintena de cooperantes presentes en
Níger, quienes tienen órdenes de no salir de la capital a no ser que lo hagan
escoltados por las autoridades del país.