El lunes 16 de junio se reunían en Madrid
una decena de escritores para conmemorar y recordar el viaje que, en 1981
realizaron 21 escritores españoles a los campamentos de refugiados saharauis y
a los territorios liberados del Sahara Occidental en solidaridad con este
pueblo, que entonces llevaba seis años de guerra enfrentados a la invasión
mauritano marroquí de su territorio. Seis años desde que España había consumado
la traición, entregando ilegalmente el territorio a los dos países que lo anexionaron por la
fuerza.
El encuentro comenzó con la palabra de
bienvenida del Representante saharaui para España, Bucharaya Beyún, quien
destacó su convencimiento de la importancia de las armas de combate de la
palabra y la pluma en la lucha del pueblo saharaui.
La poetisa saharaui Zahra Hasnaui dio
comienzo al acto afirmando que estaban “reunidos por una bella razón”, recordar
el viaje de aquellos escritores. Destacó la importancia que tuvo aquel viaje en
aquellos años, aparte de lo que tuvo de emotivo el gesto. También se refirió al
libro que salió de aquel viaje, el poemario 'Os doy esto desnudo que es mi
mano', en el que participaron escritores de diferentes nacionalidades, entre
ellos Jorge Guillén, Rafael Alberti, Mario Benedetti y José Agustín Goytisolo.
A continuación tomó la palabra Nafi Rais,
presidente de UPES (Unión de Periodistas y Escritores Saharauis). Le presentó
el escritor saharaui Bahia Mahmud, quien destacó que Nafi fue “un compañero de
armas durante la guerra, ahora somos compañeros en otra forma de lucha, la
intelectual, la del verso y la pluma”. En nombre de UPES agradeció su apoyo a
los escritores presentes y se mostró muy complacido por el ansiado encuentro.
Encuentro que calificó de “muy importante porque hay presentes dos miembros de
aquel grupo que visitaron los campamentos en 1981” . Nafi Rais destacó que
“la ocasión ratifica que el pueblo saharaui no se olvida de sus amigos”. Afirmó
que, a pesar del tiempo transcurrido desde aquel viaje, “el trabajo que hizo
aquel grupo con su poesía, manifiesto y apoyo al pueblo saharaui tiene un gran
lugar en el corazón del pueblo saharaui”
El presidente de UPES realizó una breve
presentación de su organización, y recordó que se encargan de “proteger los
derechos de los escritores saharauis, mantenerles organizados y velar por que
ocupen su espacio”. “Pretendemos abrir puentes con otros escritores del mundo
para transmitir nuestra causa, intercambiar ideas, programas y trabajar con
ellos a fin de apoyar al causa saharaui”, explicó Nafi Rais. Subrayó además la
importancia que le dan los escritores saharauis a la creación de una plataforma
internacional de apoyo. Consideran que la implicación de otros escritores del
mundo es muy necesaria, se compara con “el apoyo de diez partidos políticos,
porque el escritor cuando da su compromiso lo lleva a cabo con decisión,
determinación y franqueza”. Para los escritores las causas justas se consideran
un tema de principios y por eso se mantiene a lo largo del tiempo. Según Nafi
es “muy importante crear este escenario”. El viaje de aquel grupo de los 21
data de más de treinta años, han cambiado muchas cosas pero lo que no ha
cambiado en el camino del pueblo saharaui es su proceso de lucha, con la misma determinación
y principios, destacó el presidente de UPES. También destacó como “se ha creado
desarrollo político y social, dentro de la sociedad saharaui en estos años y de
forma general hay una experiencia muy rica que los saharauis han experimentado
estos años. Esto me hace solicitarles un viaje de escritores a los campos de
refugiados saharauis y territorios liberados”, finalizó.
Siguió la intervención de Emboirik Ahmed, ex
embajador saharaui en Venezuela y actual delegado en Castilla León.
Emboirik fue uno de los encargados de
acompañar a la delegación de escritores
en aquel viaje a los campamentos. “Tuve la suerte de participar en ese
importante acontecimiento, que jugó un gran papel en aquel momento y
posteriormente. El hecho de estar aquí demuestra que ese hilo aún permanece.
Fue una experiencia muy bonita. Estábamos en una situación muy delicada y
aquella llegada de importantes intelectuales fue una gran inyección de moral. La
guerra tiene una faceta muy dura y cualquier acto de solidaridad tiene un valor
incalculable. Fue una forma de saber que no estábamos solos. A partir de 1975 empezamos
a entrar en ese mundo desconocido que era la comunidad internacional. También
sentíamos un cierto rencor, no voy a ocultarlo, hacia la metrópoli. El viaje nos eliminó ese rencor y nos ayudó a
diferenciar quiénes eran los verdaderos culpables. Con parte de la delegación
el ejército saharaui nos llevó al interior de Marruecos, a Leboirat, una ciudad
tomada por los saharauis durante la guerra. Recuerdo especial a Goytisolo, por
su alegría, sus bromas y sus piropos. Pedro Lezcano dijo una frase que me
impresionó enormemente: al pueblo saharaui le robaron el mar, y que sintetiza
muy bien lo sucedido. La solidaridad sólo puede demostrarla la gente buena, es
la expresión de los mejores sentimientos de las personas. Nadie escribe si no
lo siente, no es una profesión mercenaria, si no que se escribe conducidos por
los sentimientos. Para aquellos escritores fue importante enfrentarse a la
situación del pueblo saharaui y les dio muchas ideas para sus escritos. A la
vez la solidaridad internacional dio a los saharauis enormes dosis de moral. La
situación actual está en cierta forma estancada y hoy más que nunca hay que
renovar esa dosis de moral y esas dosis de solidaridad”, concluyó.
Tras la emocionante intervención de
Emboirik, tomaron la palabra los dos escritores presentes que participaron en
el viaje: Emilio Sola y Angel Alda.
Angel Alda comenzó recordando a los amigos,
tanto escritores como saharauis, que ya no están. Como Obeid Luchaa y a Mohamed
Embarek Fakal-la; o Fernando Quiñones, de quien dijo que “era el sol, cantó
flamenco en la fiesta del 14 de noviembre”, también Paco García Navarrete, uno de
los primeros periodistas que se acercaron al territorio. Angel Alda recordó
como todos se enfrentaron a escenas de hambre, muerte y catástrofe. En palabras
de Alda, “la solidaridad en 1981 reunía a muy poca gente”, explico, destacando
como motivos el desencanto de la política, las primeras traiciones de los
dirigentes socialistas que en breve entrarían al poder, y un mal enfoque del
pequeño movimiento solidario que había entonces. El viaje de los escritores fue
el principio de una nueva etapa en la solidaridad con el pueblo saharaui,
acercándose directamente al pueblo y obviando a los políticos. Como destacó
Alda en su intervención, los escritores llegaron muy marcados por la
experiencia de aquel viaje, en especial por “los niños, ancianos, aquellas
mujeres saharauis con una inteligencia privilegiada, muchos otros saharauis que
nos ayudaron entonces”. Angel Alda recuerda el viaje como “una fiesta de la
fraternidad”. Fue un encuentro de “dos culturas distintas unidas por una
historia y una lengua comunes”. A partir de entonces se vio claro que “el
camino a la solidaridad solo se abriría con una colaboración humana directa
entre saharauis y españoles”. En ese momento empezarían a acercarse a la
solidaridad con el pueblo saharaui militares, enfermeros, maestros, médicos,
sociedad civil...
Por su parte el escritor Emilio Sola
explicó cómo conoció el asunto saharaui en la Universidad Complutense en 1975. Posteriormente
en Orán contactó con los saharauis del Buró del Polisario, y en 1977 viajó a
los primeros campamentos. Con aquellas
experiencias escribió el libro 'Sahara. Viaje al país de la esperanza' y muchos
versos. La idea del viaje surgió entre aquel grupo de escritores, ya que, como
explicó Sola, había una enorme ilusión por la lucha del Polisario, por la
liberación del territorio y que los saharauis lograran crear su propio estado.
Finalizó las intervenciones Pepe Taboada
que recordó cómo guarda mucha memoria de aquellos días. Insistió en que el viaje
fue un hito en la solidaridad con el pueblo saharaui. “Los soldados vivimos en
directo la vergüenza, la traición que realizó España a los saharauis. Eso es
tan duro y queda tan dentro que empuja a hacer algo”. El presidente de CEAS
destacó la importancia de que los escritores españoles vuelvan a realizar algo
similar a aquel viaje y se genere algún compromiso intelectual a favor de la
causa saharaui.
Zahra Hasnacui procedió a la lectura del
manifiesto de apoyo que aquellos escritores firmaron el 14 de noviembre de 1981,
y que en muchos aspectos, sigue vigente.
Entre los escritores presentes se
encontraban también Ana Rossetti, Laura Casielles, Eduardo Soto Trillo, Conchi
Moya o los profesores Juan Carlos Gimeno, Juan Ignacio Robles y José Ramón
Heredia.
Tras la lectura de algunos poemas de la
histórica antología ‘Os doy esto desnudo que es mi mano’, se pasó a debatir
propuestas para la promoción de una plataforma internacional de apoyo formada
por escritores de diferentes países y una nueva edición del viaje solidario que
se realizó en 1981, con nuevos escritores que se puedan adherir.
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