Viaje de los escritores españoles en 1981 a los territorios liberados y campamentos de refugiados saharauis |
El 14 de noviembre de 1975 comenzó para
el pueblo saharaui una triste historia de guerra, exilio, éxodo y atropello de
los más elementales derechos humanos como el de la vida, el de la libertad, y el
de la autodeterminación y la superación del colonialismo. Parece mentira que
aquellos niños que, acompañando a sus familias, recorrieron el desierto en
todas las direcciones para librarse del acoso y del fuego de napalm del
ejército marroquí sigan, convertidos ya en abuelos, huérfanos de esos mismos
derechos sin que la comunidad internacional haya movido un dedo en su auxilio y
su defensa. Más allá del reconocimiento explícito sustanciado en múltiples
resoluciones de la necesidad de promover la paz y solucionar el conflicto
mediante una consulta de autodeterminación, mil veces afirmado en los papeles y
las mismas mil veces negado en la práctica, se puede certificar que tres
generaciones de saharauis han visto una y otra vez cómo se les vuelve la
espalda y se les niega el pan y la sal de su libertad personal y la de su
pueblo.
RESPONSABILIDAD HISTÓRICA
DE ESPAÑA
Si en alguna parte del mundo se es plenamente
consciente de esta triste historia es en España. El hecho de haber abandonado
nuestro país sus responsabilidades como potencia colonial después de haber
mantenido vinculaciones políticas, humanas y culturales durante muchos años, ha
permitido, en gran medida, que el desafuero contra el pueblo saharaui pudiera
cometerse con mayor facilidad. Gobiernos españoles de distintos colores
políticos han pretendido descargarse de toda responsabilidad mediante diversos
procedimientos. Se ha pretendido que en la ecuación de las relaciones
diplomáticas con Marruecos el peso del dossier saharaui apenas cuente. Siempre
hay algún interés de estado al que subordinar nuestras obligaciones históricas
con el antiguo Sáhara Occidental Español. Ayer hoy y mañana, la pesca, la inmigración, las políticas de
orden público o cualquier otra razón sepultan la cuestión saharaui al último
lugar de nuestras preocupaciones y de la agenda bilateral España-Marruecos.
LA SOLIDARIDAD DE UN PUEBLO
Nuestro pueblo, de forma natural, ha
entendido que esas prácticas no correspondían con el interés a largo plazo de
nuestro país y, mucho menos, con el respeto que debemos a nuestra propia
historia. Y en la avanzadilla de ese sentimiento han estado, sobre todo en los
momentos más críticos del conflicto, nuestros poetas, nuestros artistas, nuestros
intelectuales, nuestros cineastas.
En 1981 se dejó prueba contundente de ese
compromiso por parte de un nutrido grupo de escritores, poetas y artistas que
acudieron a los territorios donde se encontraban las poblaciones huidas de la
masacre militar marroquí y las zonas que el pueblo saharaui estaba liberando
mediante la resistencia armada. No fue el año 1981 un buen año de nuestra
historia. El golpe del 23 de febrero significó un retorno a los peores miedos
de nuestra dictadura. En aquellas difíciles condiciones anímicas, ese grupo de
intelectuales encontró el momento de reunirse en el desierto con el pueblo
saharaui. Para escucharles, para conocer de sus penalidades y de sus ilusiones,
para llevarles el aliento de la esperanza en un futuro mejor. Caballero Bonald,
J.A. Goytisolo, Fernando Quiñones y sus demás compañeros de viaje, a los que
posteriormente se unieron con sus aportaciones- publicadas en un libro que hoy
es un pequeño tesoro bibliográfico- personas como Alberti, Benedetti y tantos
otros. Aquellos hombres y mujeres de la cultura fueron capaces, sencillamente,
de levantar el ánimo de los luchadores saharauis, de sus mujeres y de sus
niños. El viaje de noviembre de 1981 es guardado en el corazón de los
habitantes del exilio del Sáhara Occidental como un hito, un episodio magnífico,
que demostraba que su lucha tenía sentido.
UN PUEBLO QUE SIGUE A LA
ESPERA DE LA JUSTICIA INTERNACIONAL
Pasaron diez años y terminó la fase
militar y guerrera del conflicto. Miles de víctimas, de huérfanos, de inválidos
siguen a la espera del acontecimiento que les permita retornar al territorio
que vio nacer a sus mayores para encontrarse con sus antiguos vecinos, con las
familias que no quisieron o no pudieron marchar al éxodo y que desde entonces
mantienen una pelea desigual contra la opresión colonial del país del norte.
Hoy el combate que simbolizan personas como Aminetu Haidar causa el asombro de
millones de españoles y al calor de ese drama la solidaridad española crece y
es capaz de realizar gestas nunca realizadas a favor de ningún otro pueblo como
las de traer a miles de niños cada verano para descansar de las penalidades de
la vida en los campos de refugiados de la Hamada de Tinduf.
Al tiempo que el pueblo saharaui
demuestra su capacidad de resistencia, el gobierno marroquí sigue empeñado en
quebrarla por todos los medios. Destruyendo casas y requisando propiedades,
deteniendo y torturando a activistas y gentes del pueblo. Expulsando de los
territorios ocupados a los desafectos y promoviendo en los medios de
comunicación campañas de acoso y derribo contra las ideas de libertad y de
emancipación. Negándose a aceptar dar solución final al último territorio
colonial del mundo. Para ello cuenta con el aliento y la comprensión de
gobiernos como el francés o como el español. Ese obstinación en anular por la
fuerza de los hechos y de la represión el necesario pronunciamiento del pueblo
saharaui en torno a su determinación como nación y como estado libre solo puede
traer más conflicto, más sufrimiento para todos. Cabe, incluso, el retorno a
las armas como única salida practicable a un pueblo desesperado y humillado.
COMPROMISO DE LOS
ESCRITORES Y ARTISTAS ESPAÑOLES
En esa coyuntura los intelectuales
españoles, al igual que los que participaron en el viaje de 1981, debemos y
queremos demostrar una vez más nuestro compromiso y solidaridad con el pueblo
saharaui. Queremos dejar constancia de ello viajando de nuevo a los territorios
de la Hamada de Tinduf, a las regiones liberadas y también a las zonas ocupadas
para encontrarnos de nuevo con el pueblo saharaui, con sus mujeres, sus jóvenes
y niños, con sus ancianos, para renovarles nuestra fe en un próximo final de
ese ciclo de dolor iniciado en 1975. Y sumar a ese proyecto otras actividades
de difusión pública de nuestro empeño y compromiso como la edición de libros
conmemorativos del viaje de 1981. Para ello contamos en
los distintos territorios del Sáhara con la colaboración de intelectuales,
escritores, poetas y artistas saharauis con los que pretendemos relacionarnos de
forma privilegiada. Hoy el pueblo saharaui ha construido instituciones y tejido
social que convierten este proyecto nuestro en un proceso más sencillo y,
posiblemente, más sólido que entonces.
En esa condición solicitamos la adhesión
a este llamamiento que encabeza provisionalmente un grupo promotor.
El grupo promotor, que no quiere
adelantar el perfil definitivo del proyecto dejándolo abierto a la iniciativa
de muchos otros participantes, inicia este
proyecto, contando exclusivamente con la fuerza de la memoria y el sentimiento
de contribuir, mínimamente, a la consecución de una verdadera paz para los saharauis
y para los pueblos de la región. No somos enemigos de nadie ni queremos
contribuir a ninguna ceremonia de la confusión. Sólo queremos escuchar las
voces del pueblo, conocer sus inquietudes y exigir el cumplimiento de las leyes
internacionales.
Julio de 2014
FIRMAN
ESTE LLAMAMIENTO
ESPAÑA Y SAHARA OCCIDENTAL
Angel Alda, Emilio Sola, Javier Reverte,
Ana Rossetti, Inma Chacon, Eduardo Soto Trillo, Laura Casielles, Juan Carlos
Gimeno, Juan Ignacio Robles, Zahra Ahmed Hasnaui, Bahia Mahmud Awah, José Ramón
Heredia, Conchi Moya Fernandez, Emboirik Ahmed Aomar, Sukeina Ali Taleb, Carmen
Camacho, Ali Salem Iselmu, Marta A. Alonso, Mohamed Salem Abdelfatah, Limam
Boicha, Gonzalo Moure Trenor, Bachir Ahmed Aomar
OTRAS
ADHESIONES
ESTADOS UNIDOS
Stephen Zunes, Universidad de San
Francisco California; Arturo Arias, Universidad Austin Texas, Jill Robinson, Univ.
Ausitin, Texas; Debra Faszer McMahon, Universidad de Pensilvania, …
LATINOAMERICA
Javier Surasky, Norberto Consani, Jorge
Alejandro Suarez Saponaro, Luz Marina Mateo, …
Y SIGUEN LAS ADHESIONES
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