Un libro revisa la trayectoria de la
espléndida cantante, símbolo de la resistencia del pueblo saharaui
“Mariem,
la persona: la eterna sinfonía saharaui de tierna sensibilidad y refinado sentido;
Mariem, la artista: el icono, el ruiseñor de cuya dulce melodía se sirvió hasta
el último aliento como ofrenda en el santuario de la lucha por de su pueblo”.
El poeta saharaui Lamín Allal construye así para EL PAÍS el epítome de la vida
y la obra de su compatriota, la espléndida cantante Mariem Hassan (Esmara,
1958-Tinduf, Argelia, 2015), la Billie Holiday del desierto, la garganta
comprometida con su tiempo y con su pueblo.
Lamín Allal puso su poesía al servicio de
las canciones de Mariem Hassan (entre ellas, a la de su despedida): esas que
forman parte de una singular trayectoria artística y vital que ahora se cuenta
en Mariem Hassan. La voz indómita (del Sáhara Occidental), un volumen de 250
páginas, profusamente ilustrado, escrito por Manuel Domínguez, productor
musical y fundador de la discográfica NubeNegra, y Zazie Schubert-Wurr,
directora de NubeNegra Verlarg (la editorial en Alemania, Austria y Suiza),
ayudante de producción y road manager en no pocas giras de Hassan. El libro se
ha publicado en España en castellano e inglés, y se editará en Alemania (Die
Unbeugsame Stimme) antes de que finalice 2017.
El idilio de Domínguez con la lucha y las
voces del Sáhara Occidental (el llamado Sáhara español) viene de lejos: más o
menos desde 1981, cuando editó en Guimbarda (su sello discográfico dedicado a
eso que más tarde se llamaría equívocamente world music), el doble Lp
¡Polisario vencerá! Más tarde, ya con NubeNegra, grabó a Hassan y se ocupó de
su carrera. “Hemos escrito el libro porque la palabra es la forma más sencilla
y personal de expresión. Máxime cuando somos dos los autores; dos perspectivas
que se complementan para ofrecer la imagen más completa posible. Todo lo demás,
la ingente cantidad de fotografías, los vídeos y las canciones no son más que
pinceladas para ilustrar el texto”.
Pinceladas, sí, pero el CD y el DVD que
acompañan al libro, el primero con canciones inéditas en las que escuchamos a
una cantante que sin abdicar de sus raíces musicales y de sus textos combativos
se abre a territorios como el jazz y sentimientos como el amor, y el segundo
DVD con entrevistas, actuaciones en directo y escenas cotidianas completan la
historia escrita; una narración que es una crónica apasionada y minuciosa de 18
años en la vida y la obra de Hassan y, por extensión, una radiografía de la
situación del pueblo saharaui. “Ella te habría dicho que solo era una cantante
y nada más, por eso llevaba de una manera natural ser la imagen y la voz de la
resistencia saharaui, defendiendo su cultura y su identidad”, apunta Manuel
Domínguez. Y Agaila Mohamed, hija de Mariem, traza así el retrato de su madre:
“Creo que era una de esas personas que tenía habilidades especiales: dejaba
huella en las personas con las que se cruzaba; es algo que he percibido desde
pequeña. Era capaz de estar triste y al mismo tiempo vivir el aquí y el ahora”.
La carrera de Mariem fue observada en sus
inicios con curiosidad e incluso con incredulidad por algunos miembros del
Frente Polisario. Pero pronto tuvieron que rendirse a la evidencia: “En los
territorios ocupados por Marruecos se la considera una gloria nacional”, afirma
Domínguez. El cáncer segó en 2015 la vida de Hassan, y el pueblo saharaui
perdió a su “voz indómita”. Para Domínguez, “sustituirla va a ser muy difícil”;
Agaila, sin embargo, es más optimista: “En el Sáhara hay muchos artistas con
talento; veteranos y otros muchos aún por explotar. Tenemos el ejemplo de
cantantes como Aziza Brahim, con un gran talento y mucha trayectoria”.
Pero mientras llega el relevo, el eco de las
canciones de Mariem resuena desde Tinduf a Adelaida (Australia). Eso nos
cuenta, de alguna forma, el libro de Domínguez y Schubert-Wurr.
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