miércoles, 2 de mayo de 2018

Claude Mangin, esposa del preso saharaui Naama Asfari, en huelga de hambre, saca los colores a Francia

Fuente: Amis de la République Sahraouie
Fotos: http://ecrirepourlesliberer.com
Claude Mangin-Asfari, ciudadana de Ivry-Sur-Seine (Francia) y maestra en un colegio del Valle de Marne, inició el pasado 18 de abril una huelga de hambre ilimitada y se instaló, por invitación del alcalde Philippe Bouyssou, en el ayuntamiento de la localidad.
¿Por qué una huelga de hambre?
La Sra. Mangin-Asfari es esposa del preso político saharaui Naama Asfari, detenido desde hace 7 años en una prisión marroquí por haber violado públicamente un tabú en Marruecos: defender la libre determinación del pueblo saharaui y, por tanto, decir en alto que No es marroquí. Algo que dice la ONU desde el año 1966. Naama Asfari es uno de los presos del Grupo Gdeim Izik.
Claude Mangin  visitaba a su marido con regularidad en la cárcel, pero desde hace dos años el régimen marroquí le prohíbe la entrada a Marruecos y, por tanto, le prohíbe visitar a su marido.
Ha sido expulsada cuatro veces de territorio marroquí, la última el pasado 16 de abril de 2018. Decidió una huelga de hambre ilimitada para forzar lo prohibido y finalmente volver a ver a su marido.
Hay que tener en cuenta que el preso político Naama Asfari, su esposo, tiene una resolución a su favor del Comité contra la Tortura de la ONU, que reconoce que ha sufrido tortura e insta a que se le repongan sus derechos, entre ellos la visita de su familia.
Mientras continúa con su huelga de hambre Claude realiza actividades para informar sobre las violaciones de derechos humanos en el Sahara Occidental y difundir su situación y la de su marido.
Fuente: Contramutis / 27/04/2018-
Por: Cristina Martínez Benítez de Lugo.-
La ciudadana francesa Claude Mangin-Asfari está poniendo en evidencia con su huelga de hambre la connivencia de Francia con la ocupación marroquí del Sahara Occidental.
Activista por la liberación del Sahara Occidental, Claude lleva en huelga de hambre desde el 18 de abril en el Ayuntamiento de Ivry-sur-Seine. Reclama poder visitar a su marido, Naama Asfari, preso político saharaui en cárceles marroquíes, condenado a 30 años en el juicio farsa de Gdeim Izik. Lleva preso desde 2010 y fue torturado, como los demás del grupo y como los otros presos políticos saharauis.
El Comité contra la tortura de la ONU estableció en diciembre de 2016 que Marruecos había torturado a Naama y pedía expresamente que no hubiera represalias contra él o contra su familia. Marruecos se tuvo que reír mucho de esta resolución de un organismo de las NNUU, porque ha hecho todo lo contrario. Ni siquiera consintió, en el juicio de Gdeim Izik, que sus abogados franceses terminaran las frases cuando empezaban a hablar de la resolución del Comité.
Naama está en la cárcel de Kenitra (Marruecos). Claude vive en Ivry-sur-Seine, cerca de París. A Claude Mangin las autoridades marroquíes no la dejaron cruzar el aeropuerto de Rabat-Salé (Marruecos) en octubre de 2016 ni en los otros tres intentos que hizo Claude de visitar a su marido, el último el 16 de abril de este año.
Marruecos dispersa a los presos políticos saharauis y los mantiene en cárceles de Marruecos, alejados de su tierra, conculcando el artículo 76 del IV Convenio de Ginebra: “las personas protegidas (por el Convenio) inculpadas quedarán detenidas en el país ocupado y, si son condenadas, deberán cumplir allí su castigo”. Estos presos están condenados, no sólo a la cárcel sino a la lejanía de sus familias en más de 1.000 y más de 1.200 km. Las familias de los territorios ocupados no se pueden permitir el viaje por motivos económicos y por el cuidado de los hijos pequeños. A la familia francesa, directamente no la dejan pasar. Es una venganza. Ya no saben cómo castigar a estos presos irreductibles.
El activismo de Claude no viene de hoy. Ha dado un paso muy difícil. Es terrible que uno se tenga que perjudicar la salud para ser oído, pero es el tributo que hay que pagar. Claude quiere que el Gobierno francés la defienda.
Pero es que el país pseudo-defensor de los derechos humanos apoya descaradamente a Marruecos en su ocupación del Sahara Occidental. Constituye el mayor escollo para que la MINURSO controle los derechos humanos en los territorios ocupados, y de paso para que se ponga en marcha el referéndum, que para eso existe esa Misión. Recientemente Macron ha manifestado que apoyaría un ataque militar de Marruecos a los territorios liberados del Sahara Occidental.
Así es la política de Francia, que no ha considerado defender seriamente ante Marruecos tanto a Claude Mangin-Asfari como a las dos abogadas francesas -Olfa Ouled e Ingrid Metton-a las que tampoco dejaron pasar para visitar a su cliente, el propio Naama Asfari –que, por cierto, también tiene la nacionalidad francesa. Francia no defiende ni a los suyos ni a la legalidad internacional.
La huelga de Claude Mangin-Asfari está defendiendo la causa saharaui. Está dando visibilidad a la situación de los presos políticos saharauis. Y está denunciando la postura de Francia, brazo derecho de Marruecos en la ocupación.
Hay que apoyar esta huelga. Hay que darle visibilidad porque supone mucho. Se trasladan a Europa en esta causa los horribles métodos pacifistas empleados por los saharauis, en un mimetismo de su situación desesperada.
Nada más conocer la noticia, la familia de Mohamed Bani, preso político saharaui condenado a cadena perpetua, se puso en huelga de hambre de 24 horas, en El Ayún. La madre de Bani, su hermana, su mujer, su hija y su hijo mayores y los tres pequeños manifestaron su solidaridad hablando ante la cámara de vídeo, con botellitas de agua en la mano y carteles del preso y de la huelguista.
Coincide la huelga con la reunión anual del Consejo de Seguridad en la que se decide lo de siempre: no dar atribuciones a la MINURSO para la vigilancia de los derechos humanos en el Sahara Occidental ocupado.
Yo sugiero que se le envíen mensajes de cariño y de ánimo a esta luchadora. Esta es la dirección: soutien.claude@gmail.com que quiere decir Apoyo a Claude.
Y el apoyo puede ir más allá. Podemos plantarnos en París, de la misma manera que nos fuimos a Lanzarote nada más empezar Aminetu Haidar su huelga de hambre. Allí estuvo Claude. Esta puede ser una buena ocasión para manifestar nuestra solidaridad por esta mujer y por esta causa que no se acaba nunca, y para airearla en un país con mucha responsabilidad en el conflicto.
No esperemos a que tenga que sufrir muchos días. El tiempo pasa rápido. Hay que ponerse en marcha ya. Y que el Gobierno francés dé la cara.





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