Fuente: ARAINFO|18 noviembre, 2019
Un juez marroquí en El Aaiún ocupado ha
decretado la entrada en prisión de la activista saharaui y defensora de los
derechos humanos Mahfouda Bamba Lefkir quien, en la vista oral del juicio a su
familiar y preso político, Mansur Otman El Mousaoui, protestó por la falta de
un juicio con un mínimo de garantías de justicia, imparcialidad y presunción de
inocencia. La represión de Marruecos sobre la población saharaui se acentúa en
las prisiones donde medio centenar de presos y presas sobreviven a condiciones
infrahumanas.
Según informa Equipe Media, fuentes cercanas a
la activista que monitorizaban de cerca el juicio aseguran que Bamba fue
detenida en la misma sala donde se celebraba la vista, interrogada por el
propio juez y trasladada después a una sala contigua para continuar con el
interrogatorio, esta vez a manos de oficiales de la policía marroquí.
Inmediatamente después, la activista saharaui fue llevada a una celda en la
jefatura de la policía marroquí en la capital del Sáhara ocupado, El Aaiún.
Bamba entra así en un proceso judicial en el
que se le acusa de «obstaculización de la justicia y agresión a un funcionario
durante la realización de sus labores», según han subrayado las mismas fuentes.
Hasta el momento y según denuncia la familia, Mahfouda permanece en dichas
instalaciones aislada, incomunicada y sin que se le haya informado, ni a ella
ni a su defensa, de los cargos formales de los que se lo acusa.
Equipe Media recuerda que la activista ha sido
víctima de reiteradas detenciones arbitrarias, de torturas y de malos tratos
físicos y psicológicos, sin olvidar la congelación de su salario durante varios
meses como represalia a su activismo y su sobradamente conocida postura
política favorable al Frente Polisario y a la independencia de la República
Árabe Saharaui Democrática.
Medio centenar de presos y presas saharauis
sobreviven a condiciones infrahumanas en cárceles marroquíes.
La represión de Marruecos sobre la población
saharaui se acentúa en las prisiones donde medio centenar de presos y presas
sobreviven a condiciones infrahumanas. «Están presos por sus convicciones
políticas -por su defensa del derecho de autodeterminación del Sahara
Occidental ocupado por Marruecos- tras juicios farsa sin ninguna garantía»,
denuncian desde el Movimiento por las y los presos políticos saharauis.
«Les maltratan sistemáticamente. Les humillan.
El aislamiento al que les someten dura años. No se les reconoce el estatus de
preso político. La comida es insalubre. No hay higiene. Duermen sobre el suelo.
Pasan frío. No reciben atención médica. Les restringen derechos elementales.
Están dispersos. No pueden ser visitados por sus abogados que tienen vetado el
acceso a los presos. Están encerrados en cárceles en territorio marroquí a
1.200 km. de su tierra y de su familia de manera que las visitas, cuando no hay
aislamiento, son difíciles y muy escasas; en ocasiones, imposibles. Pero, sobre
todo, se les tortura», subrayan.
En este contexto, Marruecos desoye las
decisiones de la ONU para que deje a varios presos y presas en libertad. «La
única posibilidad de protesta que tienen para reclamar sus derechos es la
huelga de hambre. Ante esta medida, las autoridades marroquíes responden con
una mayor represión que ejercen contra hombres debilitados por las torturas,
los continuos castigos y las enfermedades que padecen. Y mientras, la Cruz Roja
Internacional sigue sin visitar a estos presos», denuncian.
Ante esta situación, el Movimiento por las y
los presos políticos saharauis manifiesta que «hay que dar visibilidad
permanente a una situación tan extrema ante la falta de información mediática».
Para ello han adoptado el lazo negro y verde: «colores que reflejan el
sufrimiento y la esperanza de las y los presos» e invitan a usarlo en
pancartas, en portadas de lugares públicos, en la esquina de un documento, para
«reivindicar así a estos presos y presas que son un emblema de la lucha por la
liberación del pueblo saharaui».
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