martes, 14 de septiembre de 2010

Kenán, la chispa que hizo saltar la Intifada



HA PASADO NUEVE AÑOS ENTRANDO Y SALIENDO DE LAS CÁRCELES MARROQUÍES Y EL MIÉRCOLES 15 VUELVEN A JUZGARLO

Kenán, la chispa que hizo saltar la Intifada

GUINGUINBALI J. NARANJO

Alicante 14/09/2010

Se llama Ahmed Mahmud Mohamed Ali Ahmed Salem, pero todos le conocen por Kenán. Tiene 33 años y el último tercio de su vida se la ha pasado entrando y saliendo de las cárceles marroquíes. Su traslado a una prisión de Agadir en mayo de 2005 fue la chispa que hizo saltar la Intifada saharaui. Este miércoles lo vuelven a juzgar.

Esta es la historia de un joven saharaui que se ha pasado los últimos nueve años de su vida entrando y saliendo de las cárceles marroquíes. No es el único, pero la historia de Kenán simboliza el calvario que viven muchos saharauis en estos tiempos. Además, su traslado a una prisión de Agadir en 2005 está en el origen de la Intifada saharaui.

La primera vez que entró en prisión fue en 2001, acusado de agredir a un policía. Tras cumplir un año de cárcel y poco después de salir en libertad, volvieron a detenerlo en Agadir, en esta ocasión por insultar al rey. Aunque él lo niega, la pena fue de tres años.

En 2004, mientras cumplía condena en la Cárcel Negra de El Aaiún, escribió al procurador del Rey para renunciar al pasaporte marroquí, tras lo cual el Frente Polisario le mandó un pasaporte a su casa. En mayo de 2005 fue trasladado sin previo aviso a la prisión de Inzegan, en Agadir. El día 21, sus familiares y amigos fueron hasta el juzgado de El Aaiún para interesarse por Kenán, pero fueron recibidos a palos.

A partir de ese momento, una ola de manifestaciones sacudió a los territorios ocupados del Sahara Occidental, en lo que se denominó la Intifada saharaui. Cada día se producía una protesta y cada día era reprimida con violencia. Centenares de personas fueron golpeadas, detenidas y enviadas a prisión, entre ellos destacados activistas como Brahim Dahane, Hmad Hamad, Aminatou Haidar, Ali Salem Tamek, entre otros.

De nuevo en libertad, en 2006, cuando se dirigía a Bojador junto a su hermano, Brahim Sabbar y Ahmed Sbai para crear una asociación de Derechos Humanos, Kenán fue de nuevo detenido y acusado de agresión a la policía. Le cayeron otros tres años de cárcel.

Tras salir de prisión el año pasado y estando en una cafetería de Rabat, veinte policías irrumpieron en el local, le vendaron los ojos y lo llevaron a Temara, un pueblo próximo a la capital donde existe una cárcel secreta bajo tierra del régimen marroquí. Durante 19 días lo torturaron sin parar. Su familia supo que estaba allí porque un amigo suyo, que también había sido trasladado a Temara, había oído sus gritos

Entonces se pusieron en marcha. Recorrieron juzgados y tribunales, preguntaron a las autoridades y a las organizaciones de Derechos Humanos. Durante un mes y veinte días anduvieron buscándole. En ese momento le trasladaron a la prisión de Okasha, en Casablanca, el 15 de noviembre del año pasado. Sobre él pesan acusaciones de todo tipo, venta de drogas, tráfico de armas, fabricación de dinero, pertenencia a banda criminal y falsificación de documentos.

Tras mucho insistir, su familia recibió la confirmación de que estaba en Okasha el 17 de diciembre de 2009. Durante ocho meses estuvo incomunicado en una celda, hasta que por fin pudo recibir visitas de sus familiares. Su juicio se ha pospuesto hasta en tres ocasiones, el 10 de junio, el 28 de junio y el 13 de julio. La nueva convocatoria es este miércoles, 15 de septiembre, en Casablanca.

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