JOXERRAMON ZAPIRAIN LARRAZA Y ANA LASA
GARMENDIA –
Somos dos personas que hemos tomado parte
en las Brigadas de Solidaridad internacionalista que organiza Askapena desde
hace varios años a distintos lugares del mundo, con la intención de recoger in
situ testimonios de la explotación y la injusticia muchas veces silenciada en
los grandes medios. Al mismo tiempo intentamos transmitir la experiencia de
Euskal Herria en su lucha por la autodeterminación y su derecho a la
independencia.
Nuestra estancia estaba programada entre el
1 y el 13 de septiembre en los territorios ocupados por Marruecos en el Sahara.
Las dos brigadas anteriores fueron expulsadas en agosto por las autoridades
marroquíes, lo mismo que otras 58 personas mas de diferentes procedencias.
Nosotros hemos tenido mas suerte y hemos aguantado diez días hasta nuestra
expulsión por lo que hemos tenido tiempo de entrevistarnos con algunas
organizaciones saharauis y algunos activistas por los derechos humanos.
Sahara es un territorio africano, antigua
colonia española, al que en 1975 la comunidad internacional dejó olvidada en el
cajón, España renegó de su responsabilidad como administradora del territorio
para organizar un referémdun de autodeterminación reconocido por la ONU, y
dejaron el paso libre a la invasión militar marroquí entregándoles todas sus
instalaciones militares. Desde entonces Marruecos lleva una política genocida
sobre la población saharaui que tiene prohibido absolutamente todo, desde estudiar
o hablar en su lengua hassaní, mostrar sus signos de identidad, trabajar en los
caladeros de su costa o en las riqueza natural de su desierto, así como la
asistencia médica, la libre reproducción o la organización política,
reprimiendo sistemáticamente las movilizaciones populares y utilizando los
métodos de tortura mas arcaicos en sus comisarías, la desaparición física de
los militantes y las cárceles de exterminio (esta misma semana han asesinado al
preso político Hassana El Wali en la cárcel de Dajla) provocando el exilio de
más de 200.000 personas a los campamentos de refugiados de Tinduf, en
territorio argelino y el éxodo masivo a la emigración vía patera y otros
medios. Este “genocidio silencioso” que no aparece en los periódicos es
ejercido directamente por Marruecos pero la responsabilidad de toda la Unión
Europea y otras potencias es obvia por su colaboración comercial esquilmando
sus riquezas naturales, y militar armando al ejército ocupante.
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