Lamin, saharaui de 21 años, murió tras
recibir una paliza de unos vecinos marroquíes en El Aaiún
LA OPINION DE TENERIFE / D. Millet
12.02.2015 |
La muerte de un joven en la madrugada del
domingo al lunes pasado en la ciudad ocupada de El Aaiún ha vuelto a desatar la
indignación entre los saharauis y a incrementar la tensión con los marroquíes,
con concentraciones de protesta. Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, estudiante de
fontanería en El Aaiún y activista en favor de una nación saharaui, murió,
según el relato que han ofrecido los saharauis, después de recibir una paliza
por parte de "colonos marroquíes", ser desatendido por los médicos y
ser llevado a los calabozos pese a la gravedad de las heridas que sufría.
Su madre, Takbar Hadi, residente en el
barrio de Taco, en el límite entre Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, tuvo que
viajar a El Aaiún nada más conocer la muerte y se encuentra allí devastada por
las circunstancias que rodearon el suceso. Mientras, la Asociación Canaria de
Amistad con el Pueblo Saharaui (ACAPS) ha convocado para hoy, a partir de las
18:00 horas, una concentración ante la Subdelegación del Gobierno en Santa Cruz
de Tenerife para condenar el "asesinato de Mohamed Lamin Haidala a manos
de colonos marroquíes".
ACAPS llamó ayer al movimiento de
solidaridad en la Isla y al resto de los ciudadanos a unirse a este acto de
denuncia ante lo que considera "un nuevo crimen, esta vez por parte de
civiles, que desembocó en una cruel y trágica muerte por la colaboración de las
autoridades de ocupación marroquíes", según un comunicado de prensa. Se
trata, añaden, "de un nuevo episodio del genocidio que viene perpetrando
Marruecos en el Sahara Occidental desde su ocupación en 1975".
El calvario de Mohamed Lamin Haidala
comenzó el sábado 31 de enero, algo más tarde de las 21:00 horas, siempre según
el relato de los movimientos en favor de la autodeterminación del pueblo
saharaui, los únicos que se han pronunicado sobre este hecho. Una familia
marroquí vecina, dueña de una tienda de muebles, que se ubica frente a la casa
de los abuelos del joven donde éste vivía, en el barrio de Casa Piedra de El
Aaiún, comenzó a increparle e insultarle "por el simple hecho de ser saharaui".
Le arrojaron una piedra en el pecho y cayó desvanecido.
Entonces, se abalanzaron sobre él y le
propinaron una severa paliza en la que uno de ellos le clavó una tijera en el
cuello, resultando gravemente herido, denuncia su familia y activistas de derechos
humanos en la zona.
Fue trasladado al hospital de Ben Mahdi
escoltado por la Policía marroquí, donde le cosieron la herida sin anestesia ni
desinfectantes, y después, encerrado en un calabozo de la Comisaría Central de
El Aaiún, donde pasó la noche en el suelo. Tras varias idas y venidas del
hospital al calabozo sin conocimiento de la familia, fue puesto ante un
tribunal el 2 de febrero. El procurador le exigió un certificado médico que
nadie le quiso hacer pero sí se lo hicieron a los colonos agresores cuando no
tenían ninguna herida porque no se trató de una pelea, sino de una agresión.
Después de la vista, fue puesto en libertad
provisional. Y ahí comenzó otro calvario, ya que, ante el empeoramiento de su
situación, su familia lo volvió a llevar al hospital. Finalmente, les dijeron
que tenían que trasladarlo a Agadir, a 660 kilómetros, con la excusa de que el
hospital Hasán II de la capital saharaui no tenía oxígeno. Una vez en Agadir,
le volvieron a negar asistencia, mandándolo de una clínica a otra, hasta que
falleció en la noche del domingo al lunes pasado.
Su familia asegura que hace un año Mohamed
Lamín recibió amenazas de muerte por parte de las fuerzas de ocupación
marroquíes y que su madre, Takbar Hadi, le pidió que se trasladara a la Isla
temiendo por su seguridad. Pero se negó, alegando que estaba en su tierra y ahí
quería continuar.
Represión marroquí
La Asociación Canaria de Amistad con el
Pueblo Saharaui se une al dolor de esta familia saharaui y al de todo el pueblo
vecino y hermano del Sahara Occidental y llama a unirse a la concentración de
condena convocada en Santa Cruz de Tenerife. Son ya muchos años y muchos
muertos, heridos, presos y desaparecidos por el simple hecho de ser lo que son,
saharauis.
Según los activistas en Tenerife, es el
tercer saharaui que mueve desde el pasado mes de diciembre por las violaciones
de los derechos humanos de los marroquíes. Los tres anteriores perdieron la
vida por presuntos malos tratos en cárceles marroquíes.
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