Por Juan Francisco González-Díaz; blog Margullando HELIO AYALA DÍAZ. 10 de julio de 2015. *Fotos de Olaga Cabrera, Lazaro Armas e Ismael Emoiric
En la Sala Casa de la Cultura “Saro
Bolaños”, del Teatro Víctor Jara, localidad de Vecindario, isla de Gran
Canaria, en la noche del pasado viernes 26 de junio de 2015 presentamos la
novela Arena entre los pies, del poeta y narrador Helio Ayala Díaz, con las
palabras que a continuación siguen.
Helio Ayala Díaz, Licenciado en Teología y
Profesor de Enseñanza Secundaria, ha participado en varios talleres de creación
literaria y pertenece al Taller Literario “Espejo de Paciencia”, de Las Palmas
de Gran Canaria.
Helio publica, en el 2013 su primera obra,
Brevedades, libro de relatos y microrrelatos. Junto a sus compañeros del taller
“Espejo de Paciencia” da a conocer algunos de sus versos, en los poemarios
colectivos Hotel Madrid. Poemas, del 2013 y Una isla dentro, del 2014,
publicados por el sello editorial Cuadernos “La Gueldera”, del Centro Canario
Estudios Caribeños –El Atlántico–.
Helio Ayala Díaz, veterano activista de la
lucha del pueblo saharaui y de la Red Canaria de Escuelas Solidarias, ha
visitado en varias ocasiones los campamentos de refugiados de Tinduf, al sur de
Argelia. Y de ahí el asunto de su novela Arena entre los pies.
Arena entre los pies es una historia de
amor, realista e imposible, entre Antonio y Aisha. Él, un joven canario
estudiante de magisterio que visita a los campamentos de Tinduf. Y ella, una
saharaui que a partir del programa “Vacaciones en paz” había vivido y estudiado
en Córdoba, hasta que regresa con su familia natal, dos años antes de
conocerse.
En la novela, Arena entre los pies, un
narrador testigo en primera persona, Antonio Santana, desde los futuribles años
2016-2017, mediante las técnicas literarias del analepsis o flashback, da
constantes saltos y traslados de un tiempo a otro. En el que transcurren las
vidas de estos dos viscerales jóvenes, junto a toda una serie de personajes,
vivos, tangibles, reales, en su decursar por los escenarios de Bruselas,
Tinduf-Argelia, Las Palmas de Gran Canaria, Vecindario-Gran Canaria, El
Aaiún-Sahara ocupado, Córdoba, Bilbao, Oslo, Lanzarote, Nueva York, Gdeim
Izik-El Aaiún ocupado, Madrid, Tifariti-Territorios liberados y el Mundo. Un
mundo donde hace cuarenta años permanece sin solución el injusto conflicto del
Sahara.
Arena entre los pies es una novela de
anticipación política que, con cierto suspenso, nos intriga e incita a su
lectura. En pos de conocer los pormenores de un factible plan de regreso de los
saharauis a su patria, que apoyan todas las instancias relacionadas con la
lucha de ese pueblo.
Plan de regreso al Sahara ideado,
precisamente, por el narrador testigo en primera persona que cuenta casi toda
la historia. El Antonio Santana de un entonces que lo lleva a diputado del
Parlamento Europeo de Bruselas, representando a un hipotético, pero posible,
Frente de Izquierdas Canarias, por el que había sido Consejero de Cooperación
Institucional y Solidaridad del Cabildo de Gran Canaria. Como solían decir las
películas norteamericanas, antes de empezar a exponerse: “Cualquier similar
posible con la realidad es pura coincidencia”.
Todo lo apuntado, hasta aquí, no es más que
un aperitivo, una provocación, para motivarlos a que tengan, lean y hagan suya
la novela Arena entre los pies, que hace visible, mediante la literatura, uno
de los conflictos más ignorados por la comunidad internacional, la triste
realidad del digno y sufrido pueblo saharaui, que lleva esperando cuarenta años
por una solución.
“Bruselas. Abril de 2016. Sonó el teléfono.
Descolgué distraído mientras trataba de seguir leyendo el informe que tenía
delante. -¿Si, dígame? -Salam aleikum, Antonio. Soy Omar Saleck. -¡Omar! ¿Cómo
estás? ¿Va todo bien? “
Esa es la primera página de la novela Arena
entre los pies, que empieza así, directa, en un presente, ahora. Momento del
2016, que es el futuro. Futuro de los principales personajes de la novela,
Antonio y Aisha. Y tal vez, también, el posible, factible, y viable, futuro del
pueblo saharaui. Ojalá que así sea. ¡Inch Allah!
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