Fuente: Diario de Noticias de Navarra, Carlos
Cristóbal. 23 julio, 2017
El 20 de julio de 2017 será recordado por
el pueblo saharaui como un día triste en el que se conocieron las brutales
condenas impuestas tras el juicio farsa contra 23 de los 25 activistas
saharauis perseguidos tras el desmantelamiento violento del Campamento de Gdeim
Izik (campamento de la dignidad) por las fuerzas de ocupación marroquíes.
La sentencia se conoció a las 4 de la
madrugada, como un triste recuerdo de la cobarde e vil intervención de las
fuerzas marroquíes contra el Campamento de Gdeim Izik, el 8 de noviembre de
2010. Ese trágico día -como recuerda AFAPREDESA, la Asociación de Familiares de
Presos y Desaparecidos Saharauis- “20.000 saharauis, la mayoría niños y
mujeres, fueron sacados de su sueño por
el ruido de helicópteros, camiones, coches con sirenas, bombas lacrimógenas,
tiros con armas de fuego y el humo de las jaimas incendiadas. Durante la
intervención criminal del ejército y las fuerzas policiales marroquíes se
perpetraron 4 asesinatos de ciudadanos saharauis, entre ellos un niño de 14
años Nayem El Garhi. Más de 300 personas fueron detenidas y torturadas: algunas
de ellas fueron liberadas después de varias semanas o meses sin juicio, 167
fueron liberadas provisionalmente, mientras que 25 fueron perseguidos por un
tribunal militar.”
Las condenas del actual juicio no por
esperadas pueden dejar de considerarse como durísimas y difieren en muy poco de
las impuestas por el anterior Tribunal Militar de 2013: son una muestra clara
de que los resultados de este juicio ilegal por un tribunal marroquí, parcial y
dependiente, estaban prefijados políticamente como una condena a la lucha
pacífica por su dignidad que el pueblo saharaui llevó a cabo en el campamento
de Gdeim Izik y que aún perdura en el día a día de las calles de las ciudades
saharauis de las zonas ocupadas del Sahara Occidental.
Concretamente hablamos de ocho condenas
perpetuas, tres penas de 30 años, cinco de 25 años, tres de 20 años y la
revisión de otras, en ausencia de los acusados; condenas todas ellas sin
pruebas y basadas únicamente en confesiones obtenidas bajo tortura y malos
tratos, y en falsos testigos, como han puesto de manifiesto organizaciones
internacionales de defensa de los derechos humanos y los observadores
internacionales presentes en las sesiones del juicio.
Heba Morayef, directora de Investigación de
Amnistía Internacional para el Norte de África, ha declarado en relación con el
juicio que acaba de finalizar que “el hecho de que durante más de seis años las
autoridades judiciales no hayan investigado de manera adecuada las denuncias de
tortura en esta causa empaña la sentencia de hoy.”
Y añadido que “en el juicio la mayoría de
los acusados declararon ante el tribunal que los habían torturado para hacerlos
‘confesar’ o autoincriminarse o incriminar a terceros. Si el tribunal realmente
hubiera querido darles un juicio justo, a estas alturas ya habría realizado una
investigación adecuada de las denuncias de tortura o excluido las pruebas
cuestionables en las vistas”, declaró.
En relación con la citada sentencia, como
señala APRASE -la Asociación Profesional de Abogados Saharauis en España- que
ha desplazado observadores a las distintas sesiones del juicio, la misma “no
resuelve cuestiones de fondo como son: nexo causal víctima-acusado pues se
imputan genéricamente las muertes a los presos, la inexistencia de restos de
ADN y huellas que vinculen a los presos, y un largo etcétera de cuestiones
procesales” y es una sentencia carente de argumentos jurídicos, lo que la
convierte en un “digno” colofón de un juicio ilegal en un tribunal ilegal en el
que no se han respetado las más mínimas normas legales, lo que ha llevado a los
presos y a sus defensores a boicotear el juicio por la falta de garantías
legales.
En resumen, una indignante noticia para el
pueblo saharaui y para quienes apoyamos su causa: unas condenas con el solo
objetivo de acallar al pueblo saharaui y abortar sus demandas de libertad e
independencia -algo que no conseguirán- y que son posibles por la impunidad
internacional de la que disfruta Marruecos y por el silencio informativo
general que sufre el Sahara Occidental.
Pero la lucha pacífica por los derechos y
la dignidad del pueblo saharaui continúa y continuará; por lo que corresponde
hacer una petición de libertad inmediata de todos los presos políticos saharauis
y una llamada a la comunidad internacional para que actúe con mayor
contundencia e imponga la aplicación del derecho internacional y el fin de la
represión y persecución de la población saharaui en los territorios ocupados
por Marruecos del Sahara Occidental.
Y seguiremos acompañando la lucha por la
dignidad del pueblo saharaui: ya sabes, no te olvides del Sahara Occidental
ningún día… NUNCA.
La lucha por la dignidad del pueblo
saharaui no se encarcela. Por Carlos Cristóbal (@Sahara_1951)
Publicado en Diario de Noticias de Navarra el
23 de julio de 2017. Pág. 21
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