Fuente: Mundubat. Marzo 2016
Cámara al hombro, Yago Monserrat Berenguel
se subió al todoterreno con la misión de recorrer el desierto del Sáhara de la
mano del pueblo saharaui, el pueblo beduino despojado ayer y hoy de su tierra
por las potencias invasoras. Ahora tenemos el resultado de su largo viaje como
director y guionista: la película documental «Territorio Liberado».
El hilo conductor es la búsqueda de Salek,
quien desde que su amigo Omar murió en sus brazos a causa de la explosión de
una mina vaga por el desierto. Su hermano Mohamed Alí lo busca y mientras va
encontrando pistas de por dónde anda, se le une una maestra saharaui que nunca
ha estado en los Territorios Liberados.
La imagen de un saharaui sentado en medio
del desierto invita al público a arrellanarse en su sillón y ver no solo la
falta de buen carbón y alimentos en los campamentos de refugiados, sino a
adentrarse en el dolor profundo que cruza el alma del pueblo saharaui que
históricamente ha sido mutilada. Únicamente la convicción por la causa les hace
resistir.
El retorno
“La tierra madre abre los brazos”, piensa
la maestra, cuando se adentra en los Territorios Liberados. Aquí se proclamó
hace 40 años, un 27 de febrero, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)
que a cada paso hace gala de la sabiduría de los hombres y las mujeres del
desierto que saben orientarse por el sol y las estrellas para sortear las minas
del enemigo, tanto en el terreno como en el tablero político internacional.
Mariam lleva tres años quitando minas con
su equipo en los Territorios Liberados. “Quiero limpiar mi tierra de lo que
colocó el enemigo”, cuenta a la maestra. “Deseo disfrutarla para el retorno de
nuestro pueblo”.
El retorno es el sueño de toda una
generación de saharauis nacidos en el éxodo, en el refugio, en la ocupación
marroquí. “Me duele mucho ser refugiada. Sólo quiero vivir en mi tierra”, grita
desgarrada la maestra entre las montañas del Sahara…Su espíritu recobra la
serenidad al vislumbrar en los amaneceres mutilados, el saber esperar del
pueblo nómada.
A por las minas
En estos momentos, Yago, de 47 años, hace
las maletas. Viaja durante esta semana al Sáhara. Se unirá, como voluntario, al
equipo que se dedica al desminado. Será su nuevo trabajo aunque en sus ratos
libres siempre tendrá cerca su cámara, su libreta, su bolígrafo,…
Yago recordó que la idea de la película
Territorio Liberado se le ocurrió en 2004, durante una visita al Sáhara. “Me
hice la pregunta de cómo difundir la causa saharaui y pensé en un cuento. Era
una forma más entretenida de hacerlo. Después escribí el guión ficción”, nos
contó vía telefónica.
En 2007 estuvo un mes de nuevo en el
Sáhara. Fue el tiempo de investigar a profundidad, recoger materiales. Y,
finalmente, en 2010, entre abril y mayo, rodó. Su talento y el arte de
improvisar, gracias al conocimiento que tenía del pueblo saharaui, lo salvó de
cada “siroco” que de repente aparecía en medio del desierto al filmar.
Seguramente Yago escribirá (o filmará)
otras películas documentales de excelente calidad que ayudarán a que muy pronto
el pueblo saharaui disfrute de su tierra liberada.
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