*Fuente: Porunsaharalibre, 01 de julio de
2018
PUSL.- Según comunicado de prensa del
Ministerio para los territorios ocupados de la RASD, el joven saharaui Eyub Ali
Buyema, de 18 años, vecino de El Aaiún, estudiante de enseñanza secundaria, al
que Marruecos impone el nombre de Ayub Elghan, participó en las manifestaciones
de “El Aaiún, el 28 de junio de 2018, cuando fue atropellado, por un coche de
policía, marca Toyota, modelo “Prado”, con la matrícula número 147251,
conducido por el agente policial marroquí, Mohsen Essrighni.
Como resultado del atropello, el joven
sufrió heridas graves debido a las cuales tuvo que ser trasladado al hospital
Hassan Ben Mehdi. La negligencia del equipo administrativo y de salud del
hospital empeoró su situación clínica, debido a la fuerte hemorragia interna
que sufrió. El viernes 29 de junio, en el mismo hospital, el joven presentaba
un cuadro clínico complicado. La familia del joven, en las puertas del
hospital, fue impedida de verlo. En cuanto las autoridades de ocupación tomaron
conciencia de la gravedad del caso, impidieron a su familia de visitarlo y,
además, no ofrecieron ninguna información verídica, esperando que el enviado
personal de la ONU dejara el territorio, para no inflamar a la población
saharaui aún más, que seguía manifestándose en diferentes partes del Sáhara
Occidental.
Para ganar tiempo, Marruecos usó los trucos
más inefables e ignominiosos.
Primero, le dijeron a la familia que el
joven estaba en una situación estable y que él sería trasladado en una
ambulancia, a una de las ciudades marroquíes para tratamiento. Más tarde, el
sábado 30 de julio, una vez más, fueron informados de que iban a trasladarse a
la ciudad marroquí de Marrakech en avión, pero poco después la familia fue
notificada de que el avión había sufrido un fallo técnico.
Al mismo tiempo que las autoridades del
hospital impedían que la familia viera al hijo, la policía tuvo acceso al joven
y lo sometió a un interrogatorio grave y premeditado, filmado y posteriormente
divulgado en las redes sociales.
La grabación del vídeo, en violación
abierta de las normas más elementales del decoro, fue hecha cuando el joven
estaba, aparentemente, bajo los efectos de algún sedante que habría sido
suministrado especialmente para la ocasión. Esta filmación no fue interrumpida
cuando el joven, en una súbita necesidad de orinar, pidió un momento de
privacidad y en el video se oye al policía decir al joven: ‘Sigue, sigue. Puede
hacerlo aquí´.
Hasta la fecha, la familia sigue soportando
todo tipo de presiones para renunciar a pedir al Estado marroquí la
responsabilidad por el atropello de su hijo.
De acuerdo con el testimonio, de su propia
tía, las fuerzas marroquíes asediaron a la familia, maltratando a las mujeres,
niños e incluso a los inválidos de la familia que habían llegado al hospital,
interesados en el estado de salud del joven La policía también los persiguió
hasta la casa de la familia, donde fueron ferozmente reprimidos.
Finalmente, en su intento de reducir la
presión de la población, las autoridades marroquíes decidieron trasladar al
joven a Marrakech, a más de 800 kilómetros de El Aaiún. Al lado del joven,
también, viajó a su madre, la Sra. Suadu Belaid Amheit, que fue abandonada en
la puerta del hospital, impedida de ver a su hijo, estando completamente
desorientada, sola y en una ciudad desconocida.
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