El colectivo Equipe Media al que pertenece
Nazha El Khalidi y la plataforma de DDHH Watching Western Sáhara denuncian que
el juicio contra la periodista, acusada de usurpación de la profesión por no
tener el título, forma parte de la estrategia de Marruecos de silenciar y
criminalizar a ciudadanos periodistas que rompen con el bloqueo mediático
En un intento por silenciar y criminalizar
a periodistas saharauis, un tribunal marroquí se dispone a juzgar este 18 de
marzo a la informadora Nazha El Khalidi por grabar y compartir con su teléfono
móvil una manifestación pacífica en las calles de El Aaiún, en el Sáhara
Occidental ocupado por Marruecos. El Khalidi, que colabora con Equipe Media y
RASD-TV, fue detenida el pasado 4 de diciembre mientras retransmitía la
manifestación en directo a través de redes sociales. El vídeo captura el
momento en el que la policía persigue a la periodista, quien posteriormente fue
golpeada y su teléfono confiscado.
Equipe Media, un colectivo de periodistas
que graba y comparte en redes sociales los abusos cometidos por autoridades
marroquíes en el territorio, denuncia que El Khalidi fue llevada a comisaría,
interrogada y maltratada durante cuatro horas sin que se le informara sobre los
cargos. Ese mismo día fue puesta en libertad pero el pasado 4 de marzo la
policía se presentó en su casa para convocarle de nuevo a comisaría. La policía
le interrogó sobre su activismo mediático y ella respondió que se limitaba a
hacer su labor como periodista. Días después, fue notificada sobre las
acusaciones y el juicio.
Equipe Media hizo un llamamiento urgente:
“Pedimos a las organizaciones defensoras de los derechos humanos y de la
libertad de información que insten a Marruecos a que respete la libertad de
prensa y de expresión en el Sáhara Occidental y deje de acosar a los
periodistas saharauis. Pedimos que retiren los cargos contra Nazkha y que
liberen a los periodistas encarcelados por hacer su trabajo.” La Organización
Mundial contra la Tortura, radicada en Francia, ya ha lanzado un comunicado
denunciando la detención arbitraria de Al Khalidi.
El Khalidi se enfrenta a acusaciones de
“reclamar o usurpar un título relacionado con una profesión regulada por la ley
sin cumplir con las condiciones necesarias para llevar este título”. Esta
acusación puede suponerle, según el artículo 381 del Código penal, una condena
de cárcel de tres meses a dos años y una multa de 120 Dh (12 euros) a 5.000 Dh
(500 euros). Es la primera vez que los tribunales marroquíes utilizan estos
cargos contra un periodista saharaui. Los colectivos de periodistas saharauis
no están reconocidos por las autoridades de ocupación marroquíes, por lo que
realizan su trabajo en la clandestinidad.
El Khalidi cubría una manifestación
convocada a raíz de la reanudación de negociaciones en Ginebra entre el Frente
Polisario y el Reino de Marruecos para resolver el conflicto en el Sáhara
Occidental, que ya ha cumplido 43 años.
Seegún El Khalidi “la gente salió a la calle para manifestar su apoyo a
la resolución del conflicto. Yo estaba grabando en la Avenida Smara; no duré
allí ni cuatro minutos cuando me detuvieron, me golpearon y me llevaron a la
fuerza a un coche de policía. Estuve en comisaría horas, sufriendo malos tratos
y bajo interrogación”.
El Khalidi sabe lo arriesgado de su
trabajo: “Intentamos visibilizar las violaciones de derechos humanos en el
Sáhara Occidental, y eso supone mucho riesgo para nuestra seguridad. Sufrimos
detenciones, torturas. Nuestras familias son amenazadas, presionadas. El único
delito que cometí fue grabar las cargas policiales contra saharauis, y eso me
puede costar meses o años de cárcel. Pero lo tenemos que hacer para romper el
bloqueo que impone Marruecos.”
El Khalidi también fue detenida el 21 de
agosto de 2016 cuando cubría una manifestación de mujeres. La policía marroquí
le confiscó la cámara. Pasó una noche en el cuartel de gendarmería bajo
interrogatorio y torturas, también sin cargos.
En los últimos años ha aumentado el número
de saharauis que quiere enseñar al mundo lo que está pasando en su territorio,
y Marruecos ha reaccionado con detenciones arbitrarias, condenas, agresiones
físicas y represalias contra estos informadores. Equipe Media recibió el XII
Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado por ser “a menudo la
única fuente de información sobre los problemas que vive la población saharaui,
con un gran riesgo para su seguridad y su integridad física”.
Recientemente la organización irlandesa
Front Line Defenders denunció a Marruecos por “el acoso sistemático” al que
somete a defensores de DDHH, periodistas y videoactivistas saharauis. En 2016
Reporteros sin fronteras pidió a Marruecos que acabara con las restricciones
impuestas contra periodistas saharauis e internacionales que intentan informar
desde el territorio, pero desde entonces la represión contra los colectivos de
medios saharauis y las expulsiones de periodistas internacionales han
incrementado. El Grupo de trabajo de detenciones arbitrarias de la ONU pidió a
Marruecos la puesta en libertad del periodista saharaui Mohamed al-Banbari,
condenado a seis años de prisión por informar sobre manifestaciones en la ciudad
ocupada de Dajla.
Reporteros sin Fronteras se hace eco del
caso de la periodista saharaui Nazha El Khalidi. Sólo falta decir que quien la
juzga es el régimen ocupante del Sahara Occidental, Marruecos. El periodista
Alfonso Armada es presidente de Reporteros sin Fronteras-España.
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