Agencia EFE; 20 de diciembre de 2019 (Fotos Video de EFE; Video Telediario de la 1)
Tifariti (Sahara Occidental), 19 dic
(EFE).- El XV Congreso del Frente Polisario arrancó hoy en la “región liberada”
de Tifariti con el objetivo de adoptar una vía que obligue a Naciones Unidas a
realizar ya el referéndum acordado en 1991 para el Sahara y entre sonoros
llamamientos de los congresistas a retomar las armas.
Fuentes del Congreso, al que también
asisten una veintena de delegaciones de diferentes países, explicaron a Efe que
una de las medidas que están sobre la mesa es “establecer un ultimátum antes de
avanzar hacia una acción más beligerante”.
“Es un Congreso que llega en un momento muy
decisivo para el pueblo saharaui,(...) y entendemos los saharauis que la
paciencia ha llegado a su fin”, explicó a Efe Jadiyetu El Mojtar, funcionaria
del Ministerio saharaui de Exteriores.
“Naciones Unidas tiene que aplicar
realmente las resoluciones internacionales y el derecho a la autodeterminación,
porque si no, los saharauis tendrán que utilizar todos los medios de
resistencia y de lucha para recuperar la parte de su territorio ocupada”,
afirmó.
REGRESO A LAS ARMAS
"Todos los medios", lo que según Jadiyetu
incluye también el retorno a la lucha armada, interrumpida desde el acuerdo de
paz firmado con Marruecos en 1991 y en el que se estableció la consulta como
solución alternativa.
“Todos los medios e incluso la vuelta a las
armas. En este congreso está habiendo debates en los que la población está
exigiendo realmente que el Frente Polisario vuelva a las armas. El Polisario ha
cumplido, pero el problema es Marruecos y la incapacidad de la ONU de aplicar
sus propias resoluciones, y esto es ya inadmisible”, subrayó.
A la puerta de la carpa en la que se
celebra el congreso, en la fila junto a algunos de los 2.500 congresistas,
Najwa, de 28 años y profesora en los campamentos de refugiados de Tinduf,
comparte el sentimiento.
Según Najwa, es Marruecos el que debe temer
de nuevo la ira de los saharauis y su determinación.
“Nuestros soldados conocen el desierto
mejor que los marroquíes y por eso, pese al gran Ejército que tenían, no
pudieron derrotarnos e incluso liberamos esta tierra en la que estamos, en
Tifariti”, asegura a Efe.
“Ahora conocemos mucho mejor el desierto,
estamos mejor entrenados y tenemos muchas y mejores armas. Claro que no me
gusta la guerra, pero si no hay otra opción, deberemos luchar para recuperar lo
que por derecho nos pertenece”, recalca.
UNA NUEVA GENERACIÓN MEJOR FORMADA PIDE
PASO
“¿Es que la comunidad internacional quiere
que, teniendo razón, sigamos viviendo de la ayuda humanitaria más de 45 años en
un desierto inhóspito?”, se pregunta a su lado de nuevo Jadiyetu al Mujtar.
“Hoy hay miles y miles de jóvenes formados,
que tienen las armas para defender este territorio. Ahora que Naciones Unidas
ha demostrado su incapacidad, el pueblo saharaui sí puede decir 'basta ya', y
estamos exigiendo a nuestras autoridades que tomen una decisión firme en este
sentido”, concluye.
La decisión de celebrar el congreso en la
alejada e inhóspita localidad de Tifariti, principal cuartel del Ejército de
Liberación Saharaui, es en sí misma una declaración de intenciones del
Polisario, que afronta la presión de una nueva generación, cansada de esperar
pero también de sus métodos, que consideran anclados en el tiempo.
Una generación de jóvenes, la mayoría
nacidos ya en los campamentos, que creen que el camino emprendido en la ONU
está agotado y que exigen al mismo tiempo a “una dirección de otra época” vías
más modernas para visibilizar e internacionalizar de forma más efectiva un
conflicto que consideran fruto del colonialismo del siglo XX.
“El Polisario debe renovarse y debe renovar
sus métodos, porque por este camino no llegaremos a nada. El mundo de hoy es
otro y debemos adaptarnos a ese mundo si de verdad queremos llegar a la
independencia”, asegura a Efe Salah, un congresista nacido en la
"daira" (localidad) de Bojador, una de las más cercanas a la ciudad
argelina de Tinduf.
UN CONFLICTO DEL SIGLO XX
El conflicto en la antigua colonia española
del Sahara Occidental arrancó el otoño de 1975, cuando las tropas marroquíes al
mando del rey Hassan II aprovecharon la debilidad de la exangüe dictadura
franquista y penetraron en la provincia desértica, rica en fosfatos.
Meses después se firmaron los “Acuerdos de
Madrid”, por los que España renunció a sus obligaciones como administrador
colonial y cedió el territorio a Marruecos y Mauritania, que se repartieron su
explotación.
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