El Ministro de Asuntos
Exteriores, de gira por Oriente Próximo, ha vuelto a dejar de entrever sus pretensiones
con el vecino del sur en referencia al Conflicto del Sahara.
Margallo ha dicho que la
propuesta de EEUU de ampliar las competencias de la ONU en el Sahara para que
proteja los derechos humanos, que se debate en el Consejo de Seguridad, carece
de consenso y espera una nueva iniciativa que favorezca a ambas partes, es
decir Marruecos y Polisario.
Esta posición han encendido la
mecha de la indignación dentro de las asociaciones solidarias con el Sahara, estas
congregan a cientos de miles de miembros en todo el país, y han denunciado que
la consideración de “inviable” de Margallo sobre la protección de los Derechos
Humanos en el Sahara no hace más que alejar a España de la responsabilidad
histórica sobre la antigua colonia, todavía en proceso de descolonización y
bajo control militar de Marruecos desde el abandono en el año 1975.
Las asociaciones pro saharauis
acusaron al ministro de cómplice. “Cada vez que se produzca una tortura, una
detención, una violación o un juicio ilegal, consideramos que este personaje se
hará cómplice y corresponsable de ello”, cita un comunicado de CEAS-Sahara.
Margallo no es el primer
ministro que no apoya una iniciativa rechazada por Marruecos, Moratinos y
Jiménez también dejaron vislumbrar sus fines sobre el conflicto.
Y es que las relaciones
bilaterales entre España y Marruecos han hecho de nuestro país un socio firme
en sus interese con el Sahara, apiñados con Francia. Además, este es uno de los
puntos de consenso entre PSOE y PP ya que el nuevo ejecutivo de Rajoy ha
aplicado la política de buena vecindad con Marruecos originada por Zapatero.