Me subestimó mi enemigo y lo
pagó caro, vio en mi a un ignorante beduino y me quiso comprar con dinero,
olvidó que mi honor y dignidad están sobre el oro del mundo entero; me hizo la
guerra esperando cobardía y se encontró con mi coraje y gallardía; dejó las
armas de lado creyendo mi olvido del pasado, pero mi Intifada pacifista
contrarrestó sus ansias expansionistas.
Vi mi pueblo en el exilio y el
dolor de la muerte violenta, vi las heridas de la guerra, la peor de las
heridas era invisible, la peor herida es enterrar a un hijo recién nacido por
mal nutrición, enterrar a tu mujer con él por anemia severa, enterrar a tu
primogénito por el impacto de una bala o los resto de una metralla... que te
llegue un comunicado urgente, el campamento de refugiados de UM DREIGA fue
bombardeado con fósforo blanco, han muerto casi todos los niños, mujeres y
ancianos, y en tu memoria sólo viene tu promesa a tus hijos de que volverás a
recogerles...
Ahora en tu senectud, en una
jaima refugiada oteas el horizonte y sólo ves la nada, te cuestionas el precio
de la libertad polisaria y buscas respuestas para tu alma revolucionaria...tus
hijas e hijos, tus hermanos y hermanas, tu madre y tu padre...todo lo que
amaste lo arrasó la maldita guerra y tú en vida y con inoperancia, asiste a la
perpetuidad de la tiranía genocida en tu tierra, en la tierra de tus abuelos.
Cierro los ojos y me despido
de la esperanza.
Veo a mi pueblo prisionero
tras un muro vergonzoso, veo a mi pueblo secuestrado por un asesino caprichoso,
veo sangre, veo dolor, veo llantos, mujeres violadas ante la mirada
aterrorizada de sus hijos, veo desaparecidos, veo cuerpos del cielo caídos, veo
odio y rencor, veo un inmenso pesar, veo el inicio de la revolución de los
pueblos árabes, veo muchos y cuando abro los ojos NO VEO NADA...
¿Qué hago aquí?, ¿dónde de
están mi mujer y mis hijos? Vuelvo a despertar de la misma pesadilla 22 años
después, sigo rememorando mi cautiverio, aún recuerdo la noche de mi secuestro,
miro atrás y veo mi pasado con oscuras manchas de sangre amada, ¿por qué no
habré huido a la Hamada?
Con dolor y un gran tesón, me
levanto y resurjo de mis cenizas, con la cabeza en alza y con dignidad
saharaui, miro a mis hermanos y no necesito explicarme, todos banderas en mano,
el barrio de Maatalla se pone en pié y a gritos de "saharaui, saharauiya,
eidi feidak lal hurria" y "nuestras madres y hermanas son nuestro
ejemplo de resistencia"... comenzamos nuestra intifada, nuestra segunda
revolución polisaria, el enemigo se estremeció de miedo creyendo ver el fin de
su sueño anexionista y reaccionó golpeando y aniquilando cualquier sangre
saharaui.
Seguimos nuestra lucha
pacifista y por caprichos del destino, nuestro otoño revolucionario se
convirtió en primavera árabe, tras la violencia marroquí arrasando nuestro
campamento de la dignidad, GDEIM IZIK, la ciudad de El Aaiun ardió una semana,
los saharauis fueron secuestrados, torturados, asesinados, violados, allanados
en sus domicilios, expulsados, enjuiciados injustamente... pero ninguno perdió
su sonrisa, al fin nos sentimos dueños de nuestro destino, le mostramos al
mundo que no hay miedo a la muerte, y que la VIOLENCIA SÓLO ES EJERCIDA POR
QUIÉN NO TIENE ARGUMENTOS PARA HABLAR, nos sentimos al fin dignos de ser
saharauis.
Cuando la esperanza escapaba
con mis últimos suspiros de vida en estos campos exiliados, mi moral se vio
reforzada, al fin vi a mis hermanos de la zona ocupada levantar la voz al
opresor, al fin vi a saharauis tras el muro, al fin recordé el porqué de tanto
sufrimiento.
Cuarenta años de revolución
polisaria,
Cuarenta años de dignidad
inquebrantable,
Cuarenta años de lealtad a una
bandera,
Cuarenta años de lucha
independentista,
Cuarenta años de injusticia
intencionada,
Cuarenta años de juventud
revolucionaria.
Feliz aniversario Frente
Polisario,
Feliz aniversario Pueblo
Saharaui.
La independencia está cerca.
Sidi Moh. Talebbuia