[Por Alfonso Lafarga] El
embajador argelino en España, Mohammed Haneche, aclaró al general de División (r) Jesús Argumosa en
el CESEDEN, y ante un auditorio de militares de la máxima graduación,
que el Sahara Occidental no es “un problema” entre Marruecos y
Argelia, pero sí “según la ONU, un
problema de descolonización”.
Ocurrió el martes 7 de mayo,
ante la sorpresa del director del CESEDEN, teniente general del Ejército de Tierra Alfonso de la Rosa
Morena, que no sabía que el embajador se encontraba en la sala del Centro de Estudios de la
Defensa Nacional donde se celebraba el I Foro de debate ATENEA-ADALEDE,
dedicado a “El impacto de las revueltas árabes en el Magreb” y que había inaugurado
el teniente general del Aire Juan Antonio Carrasco, Jefe de Estado Mayor
Conjunto de la Defensa (JEMACON).
El debate transcurría sin
controversia alguna y la complacencia de los intervinientes, hasta el punto de
que la frase “ya poco puedo añadir a lo que han dicho mis predecesores, con los
que estoy de acuerdo” era, por lo general, la repetida forma de iniciar su
alocución los ponentes: el general de Brigada Miguel Ángel Ballesteros,
director del Instituto Español de Estudios Estratégicos; Ignacio Rupérez,
embajador de España; Rafael Calduch, catedrático de Relaciones Internacionales,
y el periodista Enrique Montánchez.
En la presentación del acto el
director del CESEDEN, además de las habituales palabras protocolarias y
agradecimientos, saludó al embajador de Marruecos, Ahmed Ould Souilem, el
saharaui que después de militar desde 1975 en el Frente Polisario, con cargos
de responsabilidad, se pasó a Marruecos
en julio de 2009 y a los nueve meses ya fue nombrado embajador por Mohamed
VI. También señaló la presencia de la embajadora de Mauritania,
una mujer vestida con un traje típico de su país (en la página web de la
embajada aparece como embajador Mohamed Mahmoud Ould Abdallahi Ould Boye), sin mención alguna al embajador de Argelia.
El general Argumosa, director
de Foros del Grupo ATENEA y moderador del debate, dijo en la introducción que
las “revueltas” árabes se iniciaron en Túnez y aludió de pasada al conflicto
del Sahara, para acto seguido matizar: “conflicto, entre comillas, entre
Marruecos y Argelia”.
Los ponentes coincidieron en
situar el origen de la Primavera Árabe en Túnez, y hablaron de Egipto, de
Libia, de Mali, de Mauritania… algo de Marruecos y la habilidad de su rey
(general Ballesteros), de que el Sahara Occidental puede ser otro punto de desestabilización
(embajador Rupérez), de los peligros que desde el Sahel amenazan a Europa y que Marruecos es la contención y el
Sahara Occidental quien sabe lo que seria.
El debate se centró entonces
en si era posible revitalizar la Unión del Magreb Árabe (UMA), integrada por
Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez, que no se reúne desde 1994, y la
situación en el Sahara Occidental.
En este punto el profesor
Calduch se refirió a la peligrosa evolución del problema del Sahara “que hace
necesaria la colaboración y el
entendimiento de Marruecos y Argelia, que con la excusa saharaui se han
hecho daño mutuamente” y aseveró que Al Qaeda ya está reclutando personal entre
los saharauis.
El general Ballesteros reseñó
que no hay presión suficiente para que Marruecos cumpla la resolución de la ONU
sobre el Sahara Occidental y que el problema del Magreb es si el yihadismo
entra en el Sahara Occidental, a la vez que criticó que Marruecos no aceptase
la propuesta de Estados Unidos de que la MINURSO vigilara los DDHH en la
excolonia española, si como dice allí no pasa nada.
Faltaba ya poco para que
finalizase el acto, que clausuraba el secretario general de Política de
Defensa, Alejandro Enrique Alvargonzález, cuando llego el turno de preguntas del público,
pidiendo el moderador la identificación de los intervinientes. Y así lo hizo el
hombre de aspecto árabe al que acababa de dar la palabra, sentado en la primera
fila, justo a la izquierda del embajador marroquí. “Soy el embajador de
Argelia”, dijo en español, ante la sorpresa del director del CESEDEN, de los
miembros de la mesa y de la sala.
Mohammed Haneche, de 59 años,
embajador en España desde noviembre de 2005, expresó detenidamente sus
discrepancias con mucho de lo allí expuesto. Cuando ya parecía que iba a terminar
pidió unos minutos más al moderador, al que se dirigió para aclararle que su
entrecomillado sobre el Sahara Occidental no respondía a la realidad. “Según la
ONU -dijo-, el Sahara Occidental es un problema de descolonización, que tiene
que hallar una solución justa en el marco de Naciones Unidas”.
Y mirando al resto de los
ponentes, continuó: “Vincular el terrorismo con los saharauis es una locura, es
un falso pretexto para descalificar el deseo del pueblo saharaui de ser libre,
dejados de la mano de dios por quien sabe”, expresión esta última que provocó
la sonrisa de la audiencia, seguida de
un general y sonoro aplauso. Las felicitaciones personales y saludos siguieron
después fuera de la sala de conferencias, entre ellos el del director del CESEDEN,
quien previamente había pedido disculpas públicas al embajador.