La lengua española ha sido una realidad
en los territorios saharauis desde el lejano siglo XV, presencia que se
incrementó durante la época colonial.
El olvido que en la actualidad sufre
esta población por parte de la comunidad internacional, y sobre todo por España,
es aún más lacerante en lo que concierne a la cultura, ya que incluso el
Instituto Cervantes se lava las manos a la hora de implicarse activamente en la
promoción y mantenimiento del español en el Sahara, único país hispanoparlante
en África.
CAMBIO 16. JADIYETU EL MOHTAR; Representante
de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis y miembro de la Delegación Saharaui
en España
La llegada de los niños saharauis cada
año a España, a través del Programa
“Vacaciones en Paz” , gracias a esa mezcla de solidaridad y compromiso
político de las familias en España y del esfuerzo que tienen que hacer para
comunicarse con los niños y niñas saharauis, especialmente los niños y niñas españoles, hace que se llame la
atención, un año más, sobre el papel que debe desarrollar España como país en
la difusión del idioma español y especialmente en lo que concierne a los y las
saharauis que hacen una labor encomiable para mantener una seña de
identidad y una cultura común que el que
más puede ( España) no lo hace.
Y no es esto ninguna elucubración que
alguien se invente. Lo hemos dicho por activa y por pasiva: España, a través
del Instituto Cervantes debe apoyar a los saharauis y no lo hace.
El Sahara, único país árabe
hispanoparlante en África, tiene en su Constitución al español considerado
como segundo idioma y lengua de trabajo.
Gran parte de la documentación oficial se escribe en árabe y español. También
es la lengua de la cooperación en los campamentos. La cooperación del pueblo
español es intensa: proyectos relacionados con temas como la salud, enseñanza y
educación, justicia, información, construcción, equipamiento, transportes,
cultura y deportes, son llevados a cabo por instituciones oficiales, partidos
políticos, sindicatos, ongs, organizaciones profesionales y asociaciones de
amigos del pueblo saharaui en español, en todas sus fases, y la contraparte
saharaui es y debe estar preparada para su desarrollo y seguimiento en español.
Los saharauis queremos mantener el
español porque forma parte de nuestra
cultura y una seña de identidad. El español desempeña también el papel de una lengua de resistencia frente
a la imposición francófona de la región, en especial a la que impone Marruecos,
con la estrategia de diluir a los saharauis en una sociedad arabofrancófona, borrando
las huellas y vestigios coloniales de
una historia que el Sahara y España tienen en común y a la que los saharauis
nos aferramos mientras España se desentiende y hace oídos sordos a nuestro
llamamiento.
Muchos refugiados adultos que hoy viven
en los campamentos estudiaron en su día dentro del sistema educativo español.
Los maestros y maestras saharauis de español han estudiado en Cuba, y algunos en
España. La Escuela de Mujeres, 27 de febrero, en los campamentos de refugiados,
ha formado y sigue formando cada año a
cientos de maestros y maestras de
español, pero la falta de materiales de enseñanza ha sido siempre uno de los
mayores problemas.
Para muchos saharauis, los que crecieron
y se formaron en Cuba y España, el español es su primera lengua (Cuba ha sido y
es el mayor apoyo de los saharauis en la preservación del español), dos
generaciones literarias, la Generación del Exilio y la Generación de la
Amistad, formadas por jóvenes poetas y escritores saharauis son un ejemplo de
hasta qué punto, los saharauis la sienten como una lengua propia y han
contribuido a su extensión y enriquecimiento y consideran también que El Quijote es Patrimonio del pueblo
saharaui.
La presencia del español en el Sáhara se
remonta al siglo XV, cuando se firman acuerdos entre las tribus de los
territorios del Sáhara Occidental y los Reyes Católicos, que culminan con la
colonización definitiva de la zona en el siglo XIX.
Hoy hay en torno a 25.800 estudiantes de
español en los campamentos, según datos recogidos por el Instituto Cervantes.
En los territorios ocupados del Sahara por parte de Marruecos la situación es
casi similar. La posibilidad de aprender español en el Sáhara occidental ocupado es más que precaria. Pequeñas
academias privadas, asociaciones y grupos de jóvenes, además del colegio
español de el Aaiún, son los únicos medios para estudiar y mantener el español.
Por ello, cada vez que nuestros pequeños
embajadores ( niños saharauis que
disfrutan del programa “Vacaciones en Paz”) llegan a España ,nos recuerdan que
debemos seguir reclamando el apoyo para seguir manteniendo y usando un idioma
que según la Constitución Española de 1978, en su artículo 3.1; el castellano
es la lengua española oficial del estado. Todos los españoles tienen el deber
de conocerla y el derecho de usarla (sin que tengamos que recordar también que
los saharauis a día de hoy siguen siendo españoles y España la potencia
administradora según ONU).
El Instituto Cervantes tiene esa misión
y los saharauis, espacialmente las
mujeres que son el 90% del profesorado en los campamentos de refugiados
saharaui ,reclamamos más que nunca del Cervantes ,cumplir con los saharauis sus dos objetivos principales
: la promoción y enseñanza de la lengua española, y la difusión de su cultura ,
que es parte de la nuestra también.
No podemos entender porque no existe una
Sede del Instituto Cervantes en los campamentos de refugiados saharauis , cuando las hay en Rabat, Fez, Tetúan,
Casablanca, Tánger, Dakar, Amman, Damasco, Beirut, Argel, Oran, Túnez y el
Cairo (por citar sólo países árabes).
Esto nos hace hacer un reconocimiento
especial a la labor de las universidades
españolas por los proyectos de promoción
del castellano en los campamentos de refugiados,
A las familias de acogida y a sus
miembros más pequeños, que son los que realmente hacen una gran labor en la
promoción y enseñanza de su lengua y su cultura en favor de estos pequeños, que
están privados hasta de su derecho a aprender en la lengua de sus padres y
abuelos.
A las asociaciones y otros organismos
que han apoyado proyectos como el que
lleva a cabo la Coordinadora Provincial de Asociaciones Gaditanas de amistad con el pueblo saharaui, que ha puesto en marcha programas de
alfabetización de mujeres en los campamentos de refugiados saharauis en 2003, a petición de la Unión Nacional
de Mujeres Saharauis, el programa incluye también formación de monitoras para
impartir clases, la formación de profesorado , proporcionar el material
necesario y el mantenimiento de los centros.
Otro de los proyectos de promoción y enseñanza de la lengua española
es el Bubisher
El Bubisher es un bibliobús situado en
los campos de refugiados del Sahara. Entra en las escuelas y se abre en los
barrios para que todas y todos los saharauis lean y disfruten de la lectura.
Cuenta con personal saharaui y voluntarios del estado español.
El proyecto Bubisher (www.bubisher.com)
no es un proyecto español con ayuda saharaui sino al revés: un proyecto
saharaui con colaboración española, y por eso ya han viajado escritores,
animadores, editores, maestros, cuentacuentos, bibliotecarios, artistas y
personas de cualquier profesión, con el deseo de apoyar la lectura y la escritura.
Así que después de esta reflexión se
pueden hacer la pregunta…yo, sinceramente, creo que quien más difunde el
español es Bubisher.
Jadiyetu El Mohtar; Representante de la Unión Nacional de
Mujeres Saharauis y miembro de la Delegación Saharaui en España.