El abogado Manuel Ollé con Abubekeren Ben-Nani Abdalame, a su derecha, también víctimas de los bombardeos marroquíes. / Gabriela Sánchez. |
Balla sufrió los bombardeos de fósforo blanco y napalm lanzados por Marruecos en 1976, en los que vio morir a uno de sus hijo en el acto. / Gabriela Sánchez. |
Sadyama Adjeteu también fue víctima de los bombardeos de fósforo blanco y napalm de febrero de 1976, cuando era una niña. / Gabriela Sánchez. |
Los
denunciantes en la causa del genocidio saharaui han anunciado su intención de
incluir los testimonios de las víctimas de los bombardeos de fósforo blanco y
napalm lanzados por Marruecos en 1976
El
abogado Manuel Ollé pretende personar a víctimas como Balla, que vio morir a su
hijo de 11 años: "La bomba cayó sobre sus piernas, se las destrozó y
falleció frente a mí"
La
Audiencia Nacional ha imputado a once altos cargos y militares marroquíes por
un posible delito de genocidio sobre la población saharahui
EL
DIARIO.ES Gabriela Sánchez - Campamentos de refugiados de Dajla
(Argelia). 01/05/2015
Sus
muñecas le recuerdan por qué está donde está. "Mis hijos estaban jugando
cuando empezaron los bombardeos... Les llamé para que viniesen conmigo, pero
cuando corrían hacia mí, nos tocó a nosotros", relata Balla. Le tocó
observar la muerte de su hijo en el acto, ver a su bebé fallecer meses después,
huir hasta el campamento de refugiados más alejado del muro para no escuchar
ese estruendo jamás. Es una de las víctimas del bombardeo de fósforo blanco y napalm
cuyo testimonio podría formar parte de la ampliación de la causa que, por el
momento, ha procesado a 11 altos altos cargos y militares marroquíes por
posible genocidio en el Sáhara Occidental.
El
equipo jurídico liderado por Manuel Ollé ha anunciado su intención de extender
la causa del genocidio saharaui para incluir la investigación concreta de los
bombardeos de fósforo blanco y napalm lanzados por Marruecos el 19 de febrero
de 1976. Cayeron del cielo sobre el campamento de Um draiga, una zona del Sáhara
Occidental situada en los actuales territorios ocupados. El abogado se ha
encontrado con las víctimas para transmitirles la importancia de su testimonio
en el proceso judicial abierto en la Audiencia Nacional.
"Es
imprescindible vuestra personación de las víctimas" y también les informa
de que "hay 11 culpables con nombres y apellidos que van a tener que
responder", ha afirmado el abogado. Aunque el auto del magistrado Pablo
Ruz incluye estos bombardeos, no cuenta con los testimonios de sus víctimas. El
equipo de Manuel Ollé pretende personarlas, una actuación que sí se ha
materializado en el caso de los familiares de los desaparecidos cuyos restos
fueron localizados en las dos fosas comunes halladas en los territorios
liberados. Estas son algunas de las historias con nombres y apellidos que están
siendo recopiladas con el objetivo de integrarlas en el caso "en un futuro
próximo".
Las
víctimas recuerdan un primer acercamiento de algunos aviones que iluminaron la
zona alrededor de las 4 de la madrugada. Se fueron, pero cerca de las 10 de la
mañana regresaron. "De repente se lanzaron las bombas. Había carne y
huesos por todas partes", relata Abubekeren Ben-Nani Abdalame, de 70 años,
quien estuvo presente en el ataque que también, asegura, dejó paralítica a su
madre. Los bombardeos acabaron con la vida de 60 personas, según el recuento
confirmado de la Asociación Familiares de Presos Desaparecidos Saharauis
(Afrapredesa).
Uno
de los hijos mayores de Balla, de 11 años, murió en el acto. "La bomba
cayó sobre sus piernas, se las destrozó y falleció frente a mí", describe
la mujer en su jaima, la casa de tela y adobe en la que vive. "Tuvimos que
dejar sus restos allí...". Huyó junto a sus otros cuatro hijos y la abuela
de estos. Uno de ellos muy herido, narra la saharaui. En los brazos de la más
pequeña (de 10 meses) aparecían manchas provocadas por los productos lanzados
desde los aviones marroquíes. El bebé acabó muriendo meses después cuando ya
estaban instalados en los campamentos de refugiados.
"A
mí me cayeron aquí, aquí, aquí". Mientras Balla habla muestra las marcas
del ataque marroquí. Muñecas, muslo, espalda, cuello. "Un saharaui me sacó
de allí", recuerda. "Después, me desperté en el hospital de Tindouf.
Uno de mis hijos, el que recordaba que estaba más grave, no estaba conmigo, y
no sabía donde estaba. Preguntaba si estaba muerto y nadie sabía". Días
después, cuando fue capaz de levantarse, comenzó a caminar por el hospital.
Preguntaba, pero nadie le daba la respuesta esperada. "Una mujer, de
repente, me tendió su mano. Se la agarré y me llevó hasta él. Estaba vivo,
estaba bien", relata Balla.
El
sonido del horror
Las
víctimas describen los momentos de horror y desesperación vividos durante los
bombardeos. "Las bombas cayeron también sobre el dispensario del
campamento (centro de salud)". Varias víctimas aseguran que una de las
enfermeras estaba embarazada. "La bomba le partió en dos y el feto salió
disparado", describe Ben-Nani Abdalame.
Cerca
de ella trabajaba Hurilla Horia, enfermera catalana y superviviente del ataque.
Su entonces marido, el médico Bala Mhamad Ahmed, murió junto a ella, describe
Chibla, su sobrina política. Ha escuchado la historia demasiadas veces y la
cuenta como quien estuvo presente, aunque nació una década más tarde.
"Ella no paraba de gritar: 'Ay mi madre, ay mi madre", dice junto a
su madre. Saben bien los detalles del día que marcó el lugar donde montarían su
nueva vida temporal, su estancia de adobe.
Prácticamente
todas las víctimas de los bombardeos de fósforo y napalm viven Dajla, uno de
los cinco campamento de refugiados situados en un espacio desértico cedido por
Argelia, enemigo histórico de Marruecos, tras el inicio de la invasión
marroquí. El resto de los campamentos se sitúan muy cerca de la ciudad de
Tindouf, donde hay un aeropuerto militar. "Los bombardeos dejaron familias
enteras exterminadas. Los supervivientes se quedaron aterrorizados. Cuando
[días y semanas después] escuchaban los aviones pasar, se escondían debajo de
los árboles. Les daba mucho miedo".
Balla,
que durante "cerca de tres meses" estuvo ingresada en el hospital de
Tindouf, también lo destaca. "Se escuchaban todo el tiempo y me asustaba
mucho, por eso [las autoridades marroquíes] decidieron alejarnos. Por eso
estamos aquí", dice, 40 años después, tumbada sobre las alfombras que
cubren el suelo de su jaima.
Las
víctimas, dispuestas a declarar
Afirma
estar dispuesta a hablar ante un juez si se lo requiriesen. Desde Afrapredesa
confirman que su testimonio formará parte de un informe coordinado por el
abogado Carlos Beriestain, uno de los artífices de la investigación que, junto
con Francisco Echeberria, culminó con el descubrimiento de dos fosas comunes en
los territorios liberados del Sáhara Occidental. La identificación de los
restos hallados, víctimas de asesinatos perpetrados por militares marroquíes,
fue clave para determinar el procesamiento de los 11 altos cargos y militares
marroquíes.
La
causa, que fue abierta por el juez Baltasar Garzón en 2007 en virtud de una
querella presentada por la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos
Saharauis (Afapradesa), investiga asesinatos, bombardeos de campamentos y
torturas cometidos por las fuerzas marroquíes en el Sáhara desde el 6 de
noviembre de 1975 al 7 de octubre de 1992 imputables a los procesados o sin
autor conocido.
Entre
los hechos descritos en el último auto del juez Pablo Ruz se encuentran
amputaciones de miembros a prisioneros, incluido un recién nacido, la quema de
personas vivas o la aplicación de descargas eléctricas a refugiados que vivían
en las localidades saharauis de El Aaiún, Smara, Amgala. El magistrado imputó a
responsables militares marroquíes que siguen en ejercicio.
"No
hemos sido víctimas de un único país. Hemos sido víctimas de los estados que
actuaron directamente, pero también de la potencia que tiene la responsabilidad
sobre nosotros, España. Nos abandonó, y nunca pensamos que iba a hacerlo de
esta manera", reflexiona el saharaui Ben-Nani Abdalame junto al abogado
que pretende incluirle en la querella que ha marcado un antes y un después en
la investigación de los crímenes perpetrados por Marruecos en el Sáhara
Occidental.
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Nota: Esta cobertura se realiza en el
marco de la celebración del Festival de Cine Internacional FiSahara. Los gastos
del viaje corren a cargo de la organización del festival.
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