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El clima político de la República Árabe
Saharaui Democrática comienza el 2017 con los mismos fueros independentistas
con que transcurrió el recién finalizado año
El clima político de la República Árabe
Saharaui Democrática (RASD) comienza el 2017 con los mismos fueros
independentistas con que transcurrió el recién finalizado año, pero ahora de
cara a la próxima celebración del aniversario 41 de su fundación.
El gobierno y la población de la última
colonia africana, víctima de la ocupación de Marruecos desde 1975, mantienen su
demanda esencial de soberanía, pero, ante la posible postergación de esta,
reiteraron su disposición a regresar a las armas que abandonaron en 1991
mediante un armisticio de la ONU.
Liderados por su brazo político y armado, el
Frente Popular de Liberación de Saguia, el Hamra y Río de Oro (F. Polisario),
los saharauis emprendieron el nuevo año con la reactivación de su actividad
diplomática en el organismo mundial y en otros como la Unión Africana (UA),
bloque que este enero prevé una cumbre sobre el tema.
Ambos entes representativos de la RASD
defienden desde hace tiempo en dichos escenarios su exigencia respecto a la
convocatoria de un referendo de autodeterminación, compromiso asumido por la
ONU en 1991, luego de lograr esta un cese del fuego en la guerra de seis años
entre los patriotas y el ocupante marroquí.
Los pobladores del Sahara Occidental enfrentan
también sistemáticos actos de represión por parte de los cuerpos castrenses
invasores, siempre en condiciones de desigualdad por el poderío militar de
Rabat y su presencia impuesta en la región.
ESTRATEGIAS SAHARAUIES FRENTE AL OCUPANTE
La RASD, liderada por su gobierno y su
partido, emplea actualmente en su lucha contra la ocupación distintas
estrategias que acompañan la citada ofensiva diplomática y comprenden desde
manifestaciones pacíficas y huelgas de hambre de sus presos políticos en
prisiones marroquíes, hasta advertencias sobre el retorno a la lucha armada.
Recientemente tres independentistas presos en
la llamada Cárcel Negra, Ali Saadouni, Nouradin Elargoibi y Khaliehna Elfak,
anunciaron un nuevo ayuno por el sistemático incumplimiento de la ONU respecto
al referendo, y contra el irrespeto de sus derechos básicos.
La decisión de los patriotas presos siguió a
una información divulgada a fines de año por la Oficina de Inteligencia e
Investigación del Departamento de Estado en la que Washington ignora la
soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, reconoce que no existe
«ningún poder administrativo sobre ese territorio» y recuerda que ese estatus
está aún «por determinar».
El anuncio estadounidense, contenido en una
lista oficial sobre enclaves coloniales en el mundo, aunque sin subrayar una
posición clara sobre el derecho saharaui a la independencia, refuerza la
tendencia mundial contra las falsas reivindicaciones de Marruecos sobre las
zonas ocupadas.
BLOQUE AFRICANO DEVIENE ESCENARIO VITAL
La cumbre este enero de la Comisión de la UA
iniciará una etapa de debate saharaui en ese foro en dos sentidos, el primero
mediante una suerte de fortalecimiento de su presencia política en ese ente,
prevista por los líderes de la RASD, y el segundo por el debate que se avecina
frente a la pretensión marroquí de retornar al organismo.
Comoquiera que Rabat abandonó el bloque por
voluntad propia en 1984 en represalia por el ingreso saharaui en 1982, el
regreso a su asiento al organismo, propuesto mediante una carta durante la
cumbre de julio último en Ruanda fuera del contexto protocolar, generará un
litigio inevitable entre ambas partes.
Ya desde entonces se dibujó el diferendo
diplomático bilateral, a causa del viejo proyecto marroquí de expulsar a la
RASD de la Unión, que esta vez Rabat respaldó con un fuerte lobby en Kigali,
junto a varios países aliados de Marruecos por su protagonismo financiero
regional.
Pero ahora la organización africana tendrá la
obligación de tomar cartas en el asunto y dirimir esas cuestiones, aunque se
descarta cualquier resistencia de los países miembros para que Marruecos vuelva
a ser el Estado 55 de la UA.
La manzana de la discordia deberá ser, según
analistas políticos y medios de prensa, qué posición asumirá el organismo sobre
el tema del referendo, defendido por la RASD y objetado por Marruecos, cuyos gobernantes
no cesan en sus intentos tras la llamada «marroquinidad» del Sahara Occidental.
Para los estudiosos, el contencioso
diplomático se agrava ante la inminencia de que la vigencia de la Misión de la
ONU para el Referendo (Minurso) caducará el próximo 30 de abril y se desconoce
qué hará la entidad internacional sobre su presunta renovación, lo cual
trascenderá de modo directo en la UA.
Algunos hasta afirman que «el futuro del
Sahara Occidental dependerá de esa organización», mientras otros especulan que
el «2017 será un año clave para este conflicto».
Marruecos expulsó en marzo pasado a 73
miembros civiles de ese mecanismo de la ONU y luego los readmitió, pero el
hecho causó un acento de duelo diplomático en el seno del organismo mundial y
empeoró la crisis entre ambos contendientes.
ANTECEDENTES DEL RECRUDECIMIENTO DEL CONFLICTO
El clima político-militar llegó a su peor
momento en 15 años en la RASD con la declaración de máxima alerta para sus
tropas nacionales, solo pocos días después de celebrar sus 40 años de
existencia el pasado 27 de febrero.
Fuentes diplomáticas coincidieron en que esa
reacción preventiva anunciada el 21 de marzo fue la más drástica asumida por
sus líderes desde la guerra independentista recesada en 1991 junto a la promesa
de la ONU sobre el referendo, mecanismo boicoteado desde entonces por Rabat con
la anuencia de potencias como Francia.
Los dirigentes de la RASD respaldaron desde
entonces, por vías diplomáticas, la lucha armada emprendida por sus
combatientes, encabezados por el F. Polisario desde su fundación en 1973.
Durante aquellos días de febrero-marzo fue
creciente la escalada de declaraciones saharauies contra Marruecos, que
intervino en el Sahara Occidental inmediatamente después de la retirada en 1975
de España, la anterior metrópolis europea (desde 1884).
El Ejército de Liberación Popular Saharaui
(ELPS) decretó una emergencia militar, coherente con sucesivas declaraciones de
la dirigencia saharaui con motivo de su aniversario 40, que ratificaron
posiciones de años atrás de optar por la fuerza si persiste la presencia
marroquí.
«La paciencia del pueblo fue hasta ahora
grande, pero está a punto de agotarse», declaró en La Habana a Prensa Latina
Omar Mansur, ministro de la RASD para Latinoamérica y el Caribe.
La actual crisis entre ambas partes estalló en
aquellos días por la postura intransigente de Marruecos, esta vez contra la
actitud favorable al referendo por parte del entonces secretario general de la
ONU, Ban Ki-moon, luego de recorrer la región para rendir ante el organismo su
informe anual sobre el tema.
Bastó con que el líder internacional
pronunciara ante la prensa la palabra «ocupación» en referencia al territorio
saharaui para que Rabat respondiera con la de «inaceptable», cancelara su
contribución a la Misión para el referendo y ordenara la retirada de los 84
integrantes internacionales civiles de esa instancia.
Ban reconoció entonces el sufrimiento y la
desesperanza causados por la dominación extranjera y la falta de progresos
hacia una salida política. (PL)
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