Sabíamos que iba a ser una presentación
emotiva pero no pensábamos que iba a hacernos reflexionar y recordar tanto.
Desde que Mariem Hassan se marchó en agosto de 2015 se han sucedido
recordatorios y lamentos en todo el mundo pero era hora de plasmar el enorme
legado que la legendaria cantante ha dejado en la historia del pueblo saharaui
y la música de raíz. Porque Mariem ya es patrimonio de todos, no sólo de su gente.
Los acontecimientos más relevantes en la
vida suelen producirse por casualidad. Zazie Schubert-Wurr y Manuel Domínguez
de Nubenegra han vivido dieciocho intensos años al lado de una figura colosal,
como fue la cantante de Smara, y al lado del pueblo saharaui ejerciendo el
activismo cultural y musical a favor de una causa justa que cumple ya cuatro
décadas. Tantas vivencias no podían caer en saco roto y ambos han encontrado
una vía de escape a sus incontables recuerdos con la publicación de un libro.
“Mariem Hassan. La voz indómita”, el resultado de varios meses de ingente
trabajo, por fin ha visto la luz y el sábado 18 de marzo un grupo de seguidores
de la cantante nos reuníamos en la nueva sede de la librería Sin Tarima para
celebrar a Mariem y la historia vital y musical de una mujer que no se ha
amedrentado , no se ha rendido bajo ningún concepto, que ha cantado a la
justicia con empeño y afán, y que ha convertido la tristeza en arte y en sonrisa,
la de quien sabe que tiene la razón.
Manuel Domínguez nos avisaba al inicio de
la presentación: “Quiero pediros que uséis los ojos para mirar el libro pero lo
sintáis con el corazón. Es un libro con las emociones a flor de piel, con
licencia para llorar”. Y hubo lágrimas y por mi parte muchos recuerdos, porque
la música de Mariem me ha acompañado todos estos años de militancia en la
causa, ha sido mi banda sonora; su música forma parte de mis primeros pasos,
cuando viajé a los campamentos en abril de 2000 con motivo del ‘II Festival
Sahara en el corazón’ en el que ella participaba. “Mariem Hassan. La voz
indómita” es un libro escrito a dos manos y dos corazones, los de Zazie y
Manuel “jefes” y finalmente familia de esta indomable mujer nacida en 1958 en
Smara. Está narrado en primera persona y de forma cronológica, desde que en
1997 Manuel avisara a Zazie de que se iban a los campamentos saharauis a
participar en un festival de música. “¿Y quiénes son los saharauis?”, fue la
reacción de Zazie; no imaginaba entonces el giro que iban a dar sus vidas. El
libro se acompaña de un CD con canciones inéditas, colaboraciones de la
cantante saharaui con otros artistas, alguna en directo, y de un DVD en el que
se recogen entre otras piezas una grabación con Mariem y su familia en Mheiriz,
realizada hacia 2014 por el director Javier Corcuera. En un momento de la
grabación, Mariem, tan lúcida como siempre, afirma: “El mensaje artístico da a
conocer la situación de este pueblo que nadie conoce”.
Durante la presentación se habló de diferentes
aspectos artísticos de la carrera de Mariem, como la colaboración con poetas
saharauis de la talla de Zaim Alal o Beibuh, sus dificultades para encontrar un
guitarrista saharaui tras el fallecimiento de su amigo Baba Salama, o la
impresión que dejaba Mariem en todos los músicos que la conocieron, como los integrantes
de Yemen Blues, Ravid Kahalani y Shanir Blumenkranz, quienes viajaron desde Tel
Aviv y Nueva York para grabar una única sesión con la cantante saharaui. “Son
muestras de la universalidad de Mariem como saharaui y como músico”. O su paso
por el WOMAD, su exitosa gira en Australia y Nueva Zelanda en 2010 y sus
incontables éxitos en las listas de música étnica.
Manuel siguió recordando los momentos
vividos con Mariem, los 18 años juntos que se recogen en el libro. En enero de
1998 viajaron a los campamentos a grabar lo que sería la mítica caja
“Saharauis”, compuesta por tres discos, un trabajo del que se desentendió
finalmente la entonces AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional). Fueron
un equipo de cuatro personas a grabar a los campamentos en unas condiciones
bastante complicadas un trabajo en el que se recogen temas de la propia Mariem,
además de Nayim Alal, Mahfud Aliyen, Hadhum Abeid, Mohamed Salek o Aziza Brahim
entre otros. Unos meses después la caja se ponía a la venta, se celebraba el I
Festival Sahara en el corazón, numerosos músicos saharauis realizaban
conciertos en Europa y Manuel y Zazie comenzaban lo que sería una apasionante
historia de conocimiento de la música y cultura saharaui de la mano de Mariem. “Aún
la estoy descubriendo, tras casi veinte años de trabajo y amistad aún estoy en
ese proceso”. La idea de escribir el libro partió de ella, empeñada en
traducirlo además de al inglés, al alemán, “los alemanes deben saber quién es
Mariem Hassan”. Zazie destacó que quiere un trabajo muy bien hecho, el pueblo
saharaui “un pueblo vivo, alegre y activo”, lo merece.
A pesar de la intención de celebrarla con esa
sonrisa que siempre estaba presente en el rostro de Mariem, hubo momentos
amargos cuando se recordó cómo se apagó la artista, fue en agosto de 2015,
Manuel y Zazie explican que no quisieron estar presentes en aquellos últimos
días, para dejar a la familia con su intimidad, “aunque ellos son maravillosos
y se vuelcan con nosotros cuando vamos”. En la presentación se encontraban
algunos miembros de la familia, como su hija Agaila, quien agradeció el
homenaje y las muestras de cariño hacia su madre y destacó “la suerte de
tenerla en discos y en libros” a pesar de no acostumbrarse a su ausencia. Sidi
Mohamed Talebbuia, sobrino de Mariem, recordó a su tía como “una mujer
hiperactiva y alegre, siempre con una sonrisa”. Su madre y Mariem más que
hermanas “eran uña y carne, las dos han sido nuestras madres”. Sidi Mohamed se
refirió a la naturalidad con la que la artistas se tomaba la vida y la muerte,
“una característica de todas las mujeres de su generación, que pasaron tanto”,
perdieron en la guerra hermanos (Mariem perdió a tres), padres, tíos, hijos o
esposos. “Vivir o morir no tiene tanta importancia; lo importante es el legado,
no dejar mal recuerdo ni tristeza, la vida continúa”, afirmó.
Jira Bulahi, representante del gobierno
saharaui para España y amiga personal de Mariem Hassan, agradeció este trabajo
porque Mariem “es patrimonio de los saharauis; su voz, su mensaje, su paz, su
causa, su arte, es una representante de las mujeres saharauis, que a pesar de
todo lo que han pasado se mantienen en pie”. Una afectada Jira, “somos humanos
y nos puede la emoción”, destacó que la vivencia de Mariem es la de todo el
pueblo saharaui, “era el soporte de su familia y un símbolo para todos los
saharauis, transmisora de tantos sentimientos”. La representante saharaui hizo
referencia a una frase de Mariem “que Marruecos se lleve todo lo que ha dejado,
a los saharauis nos bastan las acacias”, destacando que el mensaje de Mariem
“es un arma poderosísima que llega a todo el mundo, es patrimonio del Sahara y
de toda la humanidad”.
La escritora Fanny Rubio, presente en Sin
tarima, visitó los campamentos de refugiados saharauis en el recordado viaje en
1981 de los intelectuales españoles (José Agustín Goytisolo José Caballero
Bonald, Javier Reverte, Emilio Sola, Agustín Millares, Javier Villán, entre
otros). Intervino para destacar la fuerza de los saharauis que sintieron en
aquel viaje, realizado en momentos muy duros. Sobre Mariem Hassan afirmó que
“lo que queda es la voz, la mirada, la utopía, el sueño, el arte. Mariem fue
una mujer valiente, utópica, madura, soñadora, coherente, sin frustración,
siempre constructiva. Su voz es lo que va a permanecer generación tras
generación”.
Mirando el libro con el corazón, como decía
Manuel, se me agolpan los recuerdos de tantos momentos en que he vibrado con el
directo incendiario y elegante de Mariem Hassan: en la wilaya de Smara bajo el
manto de estrellas de los campamentos; junto a Enrique Morente en Guadalajara,
en una abarrotada Plaza de Callao; tantos conciertos en la Suristán, Clamores o
en Galileo Galiei; la última vez en que la disfrutamos, octubre de 2012,
presentando su último disco “El Aaiún Egdat”; las clausuras a cargo de Mariem
de varias de las Jornadas por el Sahara Occidental de las Universidades
Públicas Madrileñas, inolvidable la del año que presentó ‘Shouka’ con una
Mariem envuelta en la bandera saharaui poniendo en pie a la gente que
abarrotaba la sala del Círculo de Bellas Artes donde se celebraban las
jornadas…. Interminable. “Canta Mariem, canta que tengo el corazón ausente y la
voz quebrada” rezan los versos que le dedicó Ebnu en 2007 en Frigiliana.
Síguenos cantando Mariem, tu voz nunca se apagará.
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