En la 34ª sesión de derechos humanos de la ONU en Ginebra,
Joaquim Chissano enviado especial de la Unión Africana (UA) para el Sahara
Occidental, advirtió sobre la alarmante situación en la que es encuentra el
pueblo saharaui, en un discurso de más de media hora.
Joaquim Chissano dio la bienvenida a la creación del G-14,
Grupo de Apoyo de Ginebra para el Sahara Occidental, que espera jugar un papel
importante para que el pueblo saharaui pueda lograr su autodeterminación e
independencia. Este grupo está formado por Argelia, Angola, Bolivia, Cuba,
Ecuador, Mozambique, Namibia, Nicaragua, Nigeria, Sudáfrica, Tanzania, Timor
Oriental, Venezuela y Zimbabwe, se constituyó el pasado 28 de febrero con el
objetivo de apoyar dentro de y fuera de la ONU la rápida concretización de la
autodeterminación e independencia del pueblo saharaui.
Como enviado especial de la UA, Chissano, expuso la posición
de esta organización con respeto al conflicto en el Sahara Occidental, un
conflicto que afirma debe resolverse urgentemente y que requiere una acción
inmediata por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para programar
una fecha específica para realización del referéndum de autodeterminación, que
fue la base del acuerdo de alto el fuego entre Marruecos y el frente Polisario.
En cuanto a los derechos humanos en los territorios ocupados,
Chissano destacó el hecho de que la MINURSO (Misión de la ONU para el Sahara
Occidental) es la única misión de este tipo que “curiosamente” no ha incluido
en su mandato de vigilar los derechos humanos. De acuerdo con el enviado
especial, es esencial que en la reunión de abril de este año, el CS atribuya e
incluiya en el mandato de la MINURSO la monotorización de los derechos humanos
y la protección de la población saharaui hasta la realización del referendum,
debido a la gravedad de las violaciónes cometidos por las autoridades marroquíes
en el territorio con la represión violenta de todas las formas de protesta
pacífica, detenciones arbitrarias, secuestros, expulsión de periodistas y
defensores de los derechos humanos y la discriminación en las escuelas y acceso
al empleo. No hay libertad de expresión, de movimiento y la persecución
política es evidente. Todas las manifestaciones a favor de la autodeterminación
y la protección de los recursos naturales y los activistas que participan en
ellas son objeto de persecución.
“La situación vivida en los territorios ocupados del Sahara
Occidental sólo se puede comparar con la situación vivida en Timor Oriental
durante la ocupación indonesia,” dijo.
Recordó todo el proceso del Sahara Occidental desde la
solicitud de las Naciones Unidas a España para la realización del referéndum y
el inicio de la descolonización, pasando la invasión de Marruecos, la guerra,
el alto el fuego, y los más recientes acontecimientos tales como la violación
del alto el fuego por parte de Marruecos cuando cruzó el muro y se posicionó en
El Guergarat.
Chissano fue crítico en relación a falta de acción del CS
contra esta violación, así como la división en el seno del Consejo sobre las
medidas que deben tomarse ante la negativa de Marruecos de permitir el regreso
de 84 funcionarios de la MINURSO que fueron expulsados por el Reino alauí en el
primer trimestre 2016 y hasta la fecha sólo 25 regresaron. El Consejo de
Seguridad había dado un plazo de 90 días para la devolución de todo el personal
que no fue respetado por Marruecos. La delegación de observación de la UA junto
con la MINURSO también fue expulsada por Marruecos y no se facilitó el regreso.
La UA tiene un papel importante y valioso en este proceso,
aunque Marruecos no lo reconozca, habiendo sido la Organización de la Unidad
Africana junto con la ONU participes en el plan de paz aceptado por las partes.
No se puede hablar de derechos humanos sin hablar del derecho
inalienable del pueblo saharaui a la libre determinación y la independencia,
dijo Chissano, un derecho que se les niega desde hace más de 4 décadas.
No ha habido avances en el proceso de paz y la situación
actual es una de las principales causas de preocupación de la UA que desean que
este conflicto se resuelva dentro del marco de las resoluciones de la ONU y los
principios de la UA. El nombramiento de un enviado especial de la UA para este
conflicto es una prueba de esta preocupación.
En cuanto a Marruecos y la Unión Africana, Chissano explicó
que Marruecos abandonó por su propia voluntad la organización cuando fue
reconida y admitida la RASD, ahora ha sido admitido en la UA pero sólo porque
aceptó la solicitud sin imponer las condiciones que habían exigido previamente,
es decir, la expulsión RASD para entrar Marruecos. La UA acepto a Marruecos con
las fronteras legales definidas, en el sur hasta la entrada del Sahara
Occidental. Fue este Marruecos el que fue admitido y no otro.
Por otra parte, en los campos de refugiados en el sur de
Argelia, en Tinduf, la crisis humanitaria se agrava, los campos existen desde
hace 41 años y han sufrido sucesivas reducciones de las ayudas, además de ser
golpeados por las inclemncias del clima que destruyeron en gran parte en 2015,
según Chissano es urgente reforzar el apoyo y ayuda que se envía.
Otro motivo de preocupación para el representante de la UA
fue el espolio ilegal de los recursos naturales saharauis por parte de
Marruecos, un tema que fue discutido y condenado por la UA y que tuvo una
importante sentencia del Tribunal de Justicia Europeo en diciembre de 2016, la
cual hizo evidente que los acuerdos, firmado en 2012, de liberalización de los
productos agrícolas y pesqueros entre la UE y Marruecos no son de aplicación en
el Sahara occidental.
Concluyó diciendo que el Consejo de Seguridad debe asumir su
responsabilidad y programar la fecha del referéndum y en la reunión de abril
incluir en el mandato de la MINURSO la vigilancia y protección de los derechos
humanos de forma independiente en el Sahara Occidental y también se debe dar al
alto Comisionado de derechos Humanos de las Naciones Unidas mecanismos para
actuar en el territorio.
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