El diario El País publicó el 6 de febrero
un mapa con el Sáhara Occidental -territorio no autónomo pendiente de
descolonización- formando parte de Marruecos, donde días después fueron
retirados 25 libros del Salón Internacional del Libro de Casablanca por incluir
un mapa del territorio saharaui diferenciado de Marruecos.
Con motivo del Día internacional de
tolerancia cero con la mutilación genital femenina, El País incluyó un
reportaje con un mapa de África en el que aparecen en azul los países en los
que esta práctica está prohibida por ley y en gris los demás.
El mapa correspondiente a Marruecos, país
que no figura entre los que tienen prohibida por ley la mutilación femenina,
abarca también el Sáhara Occidental, invadido a finales de 1975, anexión que no
ha sido reconocida por ningún país y que se encuentra entre los 17 territorios
no autónomos de la ONU.
Días después de la información de El País,
el 14 de febrero, la Agencia EFE distribuyó una información fechada en Rabat
relacionada con el mapa de Marruecos y el Sáhara Occidental, que recogieron
periódico de PRISA y otros medios: El Departamento del Libro del Ministerio
marroquí de Comunicación y Cultura retiró 25 libros del Salón Internacional del
Libro de Casablanca, la mayoría por incluir el mapa del Sáhara Occidental
separado de Marruecos, un mapa “cortado” según el director de este
departamento, Hasán Uazani.
El tratamiento que El País da habitualmente
al Sáhara Occidental es causa desde hace tiempo de rechazo e indignación en
medios saharauis y del movimiento solidario, que ven como sus cartas de queja
al director no son publicadas, tal y como ocurrió con la que en 2014 remitió la
Asociación profesional de abogados saharauis en España (Aprase) referente a una
información sobre la tramitación de la nacionalidad española para ciudadanos
saharauis.
Tampoco se publicó la enviada por el
profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad del País Vaso Juan Soroeta, que el 12 de agosto de 2016
criticó que en el suplemento “El viajero” se dijese “ciudad marroquí de
Dakhla”, lo que opinó era una
“afirmación desgraciadamente coherente con la línea editorial que El País
mantiene desde hace años, cuando se trata de una ciudad saharaui, ocupada
ilegalmente por Marruecos desde 1975”.
Ciudades “marroquíes” que son saharauis
El considerar marroquíes las ciudades
saharauis no era nuevo. El País insertó el 7 de junio de 2010 un
cuadernillo de publicidad sobre Marruecos, en el que se incluyeron como marroquíes
las ciudades del Sáhara ocupado Bojador, El Aaiún, Dajla, Smara y Cabo Juby a
las que se llamó “el Marruecos Sahariano”. Esto causo duras críticas y desde
Espacios Europeos, se afirmó que el
reportaje publicitario no cumplía las normas de estilo del diario, ya que la
tipografía era la misma que la del resto del periódico.
Igual que al profesor Soroeta le ocurrió en
repetidas ocasiones al exprofesor de Estructura Económica Internacional de la
Universidad Autónoma de Madrid Luis Portillo, quien el 1 de marzo de 2017
escribió sobre el editorial “Crisis en el Sáhara”: “Remitir y endosar a la ONU
y a la comunidad internacional la resolución del problema del Sáhara
Occidental, como hace el editorial de El País, es, por supuesto, muy cómodo,
pero también muy hipócrita y parcial”.
De este mismo editorial el colaborador de
Público David Bollero dijo que El País ya no era un referente de la prensa
española, “al menos de esa en la que uno miraba un ejemplo de buen periodismo”;
para el periodista, la autoría del editorial solo se explicaba de dos modos: “o
quien lo ha escrito no está en modo alguno capacitad@ (su desconocimiento en la
material es insultante) o, precisamente todo lo contrario, y entonces
estaríamos hablando de un discurso interesado, de otra prueba de un diario
convertido en perro de su amo. Personalmente, me inclino más por esta segunda
opción”.
Un reportaje que trajo mucha polémica fue
“Los 10 mayores campos de refugiados del mundo”, publicado el 20 de junio de
2017, en el que no se incluyeron los campamentos saharauis de Tinduf
(Argelia), lo que motivó “decenas y
decenas de cartas de particulares y de asociaciones de solidaridad o ayuda al
pueblo saharaui”, como reconoció la
Defensora del lector.
La explicación de El País fue que la
selección se hizo según el número de personas a las que dan cobijo los
campamentos y que no había datos de que
algunos de los cinco campos de Tinduf sumase
“más de 55.000 refugiados, que es aproximadamente el número de personas
que alberga Yida, en Sudán del Sur, el último de la clasificación”.
Desde Poemario por un Sahara Libre se
calificó de “alucinante” la respuesta al
contar por separado a las wilayas (El Aaiún, Dajla, Bojador, Auserd y Smara) en
que se dividen administrativamente los campamentos saharauis.
La justificación de El País entró en
contradicción con su propia clasificación: en segundo lugar pusieron el de
Dollo Ado (Etiopía), con unas 212.023 personas,
“un macrocomplejo integrado por cinco campamentos”, los mismos que en
Tinduf, en los que ACNUR sitúa 165.000 refugiados.
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