Se trata de una protesta que se repite cada
año en noviembre para denunciar los ilegales acuerdos tripartitos de Madrid
Como cada mes de noviembre, en conmemoración
de los ilegales acuerdos tripartitos de Madrid, los saharauis salen a las
calles en Madrid para exigir el fin del exilio en los campamentos de refugiados
saharauis en Argelia y la ocupación de Marruecos de los territorios del Sáhara
Occidental y reclamar el derecho a la autodeterminación, enquistado y
torpedeado desde hace más de cuatro décadas.
Las banderas saharauis, de color negro,
rojo, blanco y verde, dibujaban el horizonte del recorrido que partió desde
Atocha hasta la Plaza Mayor de Madrid, y que congregó a miles de personas
llegadas de distintos puntos de la geografía española para sumarse a la
protesta convocada por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con
el Sáhara (CEAS).
En la pancarta de cabecera se podía leer,
“No a la acuerdo comercial y pesquero ilegal entre la Unión Europea y
Marruecos. Que incluya el territorio del Sáhara Occidental”, refiriéndose
al pacto entre Bruselas y Rabat que, se
prevé, permite faenar a buques españoles en aguas marroquíes, pero también en caladeros
saharauis bajo ocupación. Una práctica que vuelve a situar a Mohamed VI como
socio preferente de la UE y que, son muchas las voces que, apuntan a una
violación del derecho internacional.
“Que viva la lucha del pueblo saharaui” o
el clásico cántico en hassanía (el dialecto del árabe que hablan los saharauis)
de “resistir, resistir hasta la autodeterminación”, han sido algunas de las
consignas más coreadas que salían de las gargantas de los asistentes,
especialmente los y las jóvenes saharauis, llegados de distintos puntos del
Estado español, pero también de los territorios ocupados o de los campamentos
de Tindouf.
“Estoy aquí porque también hay que
visibilizar a ese gran muro de vergüenza que levantó Marruecos y que está tan
olvidado, pero que está regado por siete millones de minas antipersona para
separar al pueblo saharaui”, dice Maty Fadel, integrante del colectivo Gritos
Contra el Muro. “España es responsable de su construcción, porque sigue siendo
potencia administrativa del Sáhara Occidental, pero además lo ignora y no lo
denuncia internacionalmente, como tampoco lo hace con las violaciones
sistemáticas de los derechos humanos que sufrimos los saharauis por parte de
Marruecos”, se queja.
Ragui Chej Ibrahim tiene 24 años y se ha
desplazado desde Girona para secundar la protesta. Forma parte de Amnaf Zawra,
un colectivo de jóvenes mujeres saharauis, que “lucha por la libertad del
Sáhara Occidental y la libertad de la mujer saharaui, en los territorios
ocupados y en cualquier lugar; para que la mujer saharaui sea como le dé la
gana de ser”, explica la joven.
Hayat Rguibi va ataviada con una melfah
blanca, la tradicional vestimenta de las mujeres saharauis. No es casual el
color, lo ha elegido concienzudamente: “el blanco significa la paz, nosotros
los saharauis no queremos la guerra, pero queremos nuestra tierra”, dice esta
chica que cuando tenía 19 años fue encarcelada durante seis meses, por su
activismo en la ciudad ocupada de El Aiún.
Cómo cada año, los saharauis han contado
con la presencia de algunas personalidades de la política española. En esta
ocasión, han estado presentes, Fernando Maura de Ciudadanos, el portavoz de
Exteriores y diputado de Podemos por Madrid, Pablo Bustinduy, el eurodiputado
de Podemos, Miguel Urbán o el diputado de Izquierda Unida, Miguel Ángel
Bustamante.
También ha estado muy presente la crítica
ante lo ocurrido el pasado jueves en el Congreso de los Diputados cuando, el Intergrupo Parlamentario por el Sahara Occidental, sacó a la Puerta
de los Leones el acto que propuso Unidos Podemos sobre el Sáhara y que la Mesa
del Congreso, con los votos del Partido Popular y PSOE, les prohibió celebrar
dentro. Un bloqueo que se ha justificado ante el temor afectar a las relaciones
con Marruecos.
Para finalizar, desde la organización de la
manifestación, se ha leído un manifiesto que, entre otras cosas, ha recordado
que, “Mientras el Pueblo Saharaui no pueda decidir libremente su futuro, España
seguirá siendo responsable moral y jurídicamente del sufrimiento y de la
violación permanente de los derechos humanos en el Sahara Occidental”. También han tenido palabras de apoyo a los
presos políticos saharauis en cárceles marroquís y han puesto en valor a los
defensores de derechos humanos, especialmente a las mujeres saharauis que viven
bajo ocupación.
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