*Fuente: 20 minutos. Por CÉSAR-JAVIER
PALACIOS, 20 de noviembre de 2018
Ciudades imposibles en medio del desierto,
levantadas de la nada y para nada a mayor gloria de un imaginario imperio
franquista colonial, racista, acomplejado y miserable.
Ciudades imposibles conquistadas a sangre y
fuego para nada y por nada, a mayor gloria de un reino invasor colonial,
opresor, discriminador, expoliador.
Las ciudades imposibles (2018) es el último
trabajo audiovisual del creador leonés Chus Domínguez, producido por el Museo
de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), en el que te tenido la
inmensa suerte de participar como facilitador y documentalista.
Una experiencia dura, pues fue necesario
rodar a cámara y micrófonos ocultos en los territorios ocupados del Sáhara
Occidental, precauciones que no evitaron que sufriéramos varios arrestos,
multas y el borrado de parte del material grabado.
Después de haber formado parte de la
exposición del MUSAC ‘Cómo vivir con la memoria’, el trabajo se ha presentado
en L’Alternativa, Festival de Cinema Independent de Barcelona, sección
Panorama, y en Alcine, Festival de cine de Alcalá de Henares, sección
Divergencias, así como en Cine por venir, Fundación La Posta, en Valencia.
Lo más interesante es que durante una
semana, del 21 al 30 de noviembre, podrá verse gratis on line dentro de la
Selección Oficial del Festival Márgenes. Este festival es un certamen
expresamente dedicado a las nuevas tendencias de la creación cinematográfica
contemporánea en Iberoamérica, al margen de la industria y el circuito
comercial. Travelling vergonzante
El trabajo de Chus Domínguez se aleja de lo
que podría entenderse por un documental típico. Como ya he contado en otro
artículo, presenta un hipnotizante travelling visual y sonoro por las calles de
las ciudades saharianas que el franquismo soñó como delirio imperial en medio
de las arenas del desierto, pero abandonó a su (mala) suerte al final de la
dictadura.
Las muestra ahora, tal y como son en la
actualidad, olvidadas de los españoles y ocupadas manu militari por los
marroquíes, persiguiendo la entelequia de unas viejas postales en blanco y
negro realizadas entre 1940 y 1950 en unos espacios que entonces eran fantasmas
urbanísticos y hoy ya no existen. “En sus imágenes aparecen ciudades nuevas
como escenarios de películas de ciencia ficción, rodeadas del desierto y
semivacías, preparadas para acoger al nuevo hombre que el régimen diseñaba”,
resalta Domínguez en su página web.
Las postales de Bonifacio Hernández, un
fotógrafo de Las Palmas de Gran Canaria prácticamente desconocido, son la línea
argumental del recorrido que hace la cámara por esas ciudades africanas recién
fundadas y que resultaron eficacísima herramienta de propaganda, pues eran
remitidas por sus habitantes (muchos de ellos pobres reclutas de reemplazo)
como prueba de la supuesta calidad de vida que en ellas existía.
Destrozo cultural y ecológico
Esas postales, resalta igualmente
Domínguez, “fijaron una vida nómada que convirtieron en sedentaria pues se
consideraba un deber el civilizarlos”.
A este destrozo cultural se debe añadir el
terrorífico impacto ambiental que tal decisión ha provocado en un ecosistema
tan frágil como es el desértico.
Acompañan a las imágenes los textos
salvajes, racistas, incluso sanguinarios, publicados por los más aplaudidos
militares africanistas del momento, traducidos y leídos en la lengua nativa
propia de cada una de esas ciudades a las que esos personajes hacen terrorífica
referencia. Escuchar sus relatos grandilocuentes e injustos mientras observas
en lo que se han convertido esas ciudades coloniales provoca un impacto
terrible, inimaginable, al espectador.
Lo dicho. Si te interesa el tema, no te
pierdas su exhibición gratuita del 21 al 30 de noviembre en la web del Festival
Márgenes.
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