Cuando oímos hablar del Sáhara Occidental,
nos viene a la cabeza un paisaje desértico, monótono, donde no ocurre gran
cosa. Sin embargo, hoy en día es el lugar con uno de los conflictos más largos
y menos reconocidos.
Actualmente, el territorio del Sáhara
Occidental se encuentra dividido en tres partes diferenciadas: Los territorios
ocupados, en teoría bajo mandato internacional (pero bajo ocupación ilegal
marroquí), los territorios liberados (situados al este del muro construido por
Marruecos, y en su mayor parte desérticos) y los campamentos de refugiados
próximos a la ciudad argelina de Tinduf, en los cuales los saharauis exiliados
ven limitadas sus posibilidades, prácticamente, a las actividades económicas de
subsistencia.
El Sáhara Occidental, en el ámbito
internacional, se considera un territorio no autónomo pendiente de
descolonización por la potencia administradora del territorio: España. Sin
embargo, sus zonas más ricas se encuentran subordinadas tanto económica como
políticamente a Marruecos, el cual ejerce una violenta represión hacia el
pueblo saharaui, llegando a violar los Derechos Humanos del mismo: represión,
presos políticos, abusos de poder y extorsión. Que son la realidad cotidiana en
las zonas ocupadas.
A causa de los motivos anteriormente
mencionados, en la actualidad los saharauis libran una heroica lucha por su
autodeterminación como pueblo y por reunificar a su pueblo, de menos de un
millón de personas, que permanece disperso: una parte en las zonas ocupadas,
otra en Mauritania, otra en los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia),
otra más en el Sáhara liberado y otros tantos en Europa, en particular en
España y Francia.
A pesar de esto, gracias a asociaciones y
entidades que colaboran con la causa desde diferentes perspectivas, como, en
nuestro entorno próximo, Dar al Karama, los saharauis de AISOA o la Asociación
de Ayuda al Sahara Occidental, algunos de cuyos miembros se hallan aquí
presentes (y a los cuales agradecemos su colaboración y aportaciones), los
refugiados saharauis pueden ver sus condiciones de vida cuantiosamente
mejoradas.
En segundo lugar, haremos referencia a que
ningún país del mundo ni la ONU han reconocido la anexión marroquí del Sáhara
Occidental; sin embargo, Marruecos es apoyado por EEUU, Francia y España debido
al beneficio que estos países occidentales pueden extraer de su asociación,
tales como las materias primas, como el fosfato, del que los saharauis no se
benefician; dicho esto, cabe hacer referencia a que el gobierno marroquí oculta
sus datos económicos y fomenta la desigualdad económica (entre saharauis y
marroquíes); ejemplo de ello son la desigualdad de salarios, empleo, etcétera.
En última instancia, los niveles de vida saharauis sobre todo en los
campamentos son menores en comparación con los marroquíes. Por añadidura, cabe
destacar la escasas infraestructuras (como los teléfonos, radios, televisión o
la precariedad de hospitales y escuelas, a pesar de que el Polisario dotó a la
población refugiada con sistemas de electricidad e incluso conexión Wi-Fi). A
pesar de todas la condiciones adversas en las que viven, los saharauis han
podido poner en pie en los campamentos un sistema educativo y un sistema
médico; un ejemplo de ello, serían las elevadas tasas en la alfabetización. A
su vez, cabe destacar que en la sociedad saharaui la mujer tiene una condición
igualitaria, ya que no existe una distinción en cuanto a derechos laborales o
de otro tipo.
La declaración expuesta en la Carta de
Proclamación de la Independencia de la República Árabe Saharaui Democrática de
1976 establece que:
El Pueblo Árabe Saharaui proclama
solemnemente ante el mundo entero, en base a la libre voluntad popular basada
sobre los principios y alternativas democráticas: La constitución de un Estado
libre, independiente y soberano, regido por un sistema nacional democrático,
árabe de tendencia unionista, de confesionalidad islámica progresista, que
adquiere como forma de régimen el de la República Árabe Saharaui Democrática.
Sin embargo, este deseo de independencia
nunca se llevó a cabo. Es por ello que debemos poner de manifiesto las
difíciles condiciones en que el pueblo saharaui vive, entre las cuales se
cuentan la violación de sus derechos en las zonas ocupadas, el abuso de
Marruecos mediante la fuerza militar, el expolio de los recursos o la represión
política y social que sufren, además de la violación de su derecho a
autodeterminarse como nación. Por otro lado, cabe hacer referencia a la
intervención de la comunidad internacional en este conflicto, en algunas
ocasiones nula, y en otras de manera abusiva, como la firma de acuerdos
pesqueros entre Marruecos y la UE para explotar los recursos del Sáhara. En
última instancia, debemos referirnos a la mínima incidencia en el problema por
parte de los medios de comunicación, que crean una pantalla que mantiene a la
población occidental en la ignorancia y no le permite conocer el problema.
Hoy, desde el Centro de Congresos de Elche,
tenemos la intención de dar a conocer la precaria situación en el Sáhara
ocupado.
Nos dirigimos ante todos ustedes, aquí y
ahora, porque sabemos que si queremos llegar a un público más amplio y que
nuestras demandas se escuchen, debemos unirnos todos bajo una misma causa, la
de la liberación del pueblo saharaui y el reconocimiento de sus derechos, ya
que todos unidos podemos modificar la situación, una situación que está siendo
ignorada por muchos países y por la propia ONU.
Pues sabemos que dirigiéndonos a ustedes
mantenemos la esperanza; si no, echemos un vistazo al transcurso de la historia
y observaremos que las grandes transformaciones no se han logrado a través de
los gobiernos o de cualquier otro tipo de instituciones sino por la fuerza y
voluntad del pueblo. Es por ello que exigimos:
El respeto a la legalidad internacional por
parte de Marruecos y las potencias que lo respaldan.
Mayor intervención de las fuerzas
occidentales en favor de los intereses saharauis.
Reconocimiento al pueblo saharaui del
derecho a determinar su forma de gobierno (y acabar así el proceso de
descolonización) mediante el tan esperado Referéndum.
Abrir una línea de negociación entre el
Frente Polisario y el régimen de Mohammed VI, amparada en las leyes
internacionales.
Que los medios de comunicación proporcionen
conocimiento del conflicto a los ciudadanos (con el fin de que estos presionen
a sus gobiernos para actuar).
En
Elx, a 12 de abril de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario