ARTICULO
DE OPINIÓN
Bachir Ahmed Aomar, escritor, poeta e intelectual
oriundo del Sahara Occidental
El XX aniversario de la subida al trono de
Mohamed VI parece ser la noticia de la semana en España. Toda la prensa
española se ha hecho eco de las maravillas que muestra ese país desde que
Hassan II se fue a mejor vida.
Sabemos de la capacidad del régimen marroquí
en crear lobbys en todo el mundo, pero lo leído este lunes en el diario EL
País, nos ha creado cierta sorpresa y estupor, sobre todo, cuando quien firma
el “artículo – opinión” se llama José Luis Rodríguez Zapatero y fue presidente
del gobierno de España entre 2004 y 2011. En ese artículo el ex presidente pone
a Marruecos por las nubes. Considera las relaciones hispano marroquíes como
esenciales para el desarrollo del norte de África, pero lo que más sorprende,
es que basa el desarrollo de la política exterior de la España democrática en
su relación con el país vecino, afirmando que eso significa estabilidad,
seguridad y progreso.
Todos los datos aportados por el ex presidente
respecto a las relaciones España – Marruecos, son excelentes. El desarrollo
económico, la educación, la cultura, los derechos y las libertades. También se
acuerda del papel de Marruecos en el freno de la emigración irregular y el terrorismo.
Alguien que no conozca el país, pensaría que se está hablando del país más
demócrata de África y uno de los mejores del planeta. Para el señor Zapatero,
la llegada de Mohamed VI al trono ha sido lo mejor que ha ocurrido en Marruecos
en estos últimos 20 años.
En una cosa si estoy totalmente de acuerdo con
el señor Zapatero cuando afirma que a las buenas relaciones entre los dos
países “ha contribuido de manera decisiva el entendimiento entre el rey Mohamed VI y el rey Juan Carlos I, y después con Felipe VI”. No
olvidemos que “El rey emérito” se jacta de ser hermanos de Hassan II.
Siento contradecir al Señor Zapatero, pero
personalmente tengo una visión bastante diferente del Marruecos al que se
refiere el ese artículo.
La llegada de Mohamed VI al trono el 30 de
julio de 1999, abrió cierta esperanza para el pueblo marroquí, y como es
lógico, para los países de la región, incluida España. No olvidemos que Hassan
II había gobernado el país con mano de hierro: torturas, asesinatos,
desapariciones. Su hijo aparecía como el salvador, el rey que haría olvidar
tantos años de sufrimiento. Un joven educado en Europa, con una aparente
mentalidad nueva. Hasta le confeccionaron un nombre, “El rey de los pobres”.
Veinte años después, la realidad lo ha colocado en el sitio que le corresponde.
Seguramente el señor Zapatero, lo mismo que
Pedro Sánchez, Felipe González, Moratinos, Trinidad Jiménez, Susana Díaz y
algunos socialistas más, conocerán a fondo las relaciones económicas entre
España y Marruecos. Posiblemente les tocará un trozo del pastel, no lo sé
porque no tengo datos, pero desde luego, tanta defensa de lo indefendible
tendrá algún significado.
El Marruecos que no ve Rodríguez Zapatero es
otro bien diferente. El Marruecos real es un país con un rey déspota,
prepotente, arcaico y con un ansia de riqueza irrefrenable. El “rey de los
pobres” no existe, si existiera, no se compraría un yate de 90 millones de
euros ni tampoco regalaría un avión de 55 millones a su hijo, mientras el
pueblo marroquí se muere de hambre.
En el Marruecos que no ve el señor Zapatero,
el 70% de la juventud desea emigrar por falta de futuro. En el Rif, existe un
problema social de una gravedad inusitada. En una población de 36 millones, diez
millones de marroquíes son analfabetos. La sanidad, la vivienda y los servicios
básicos son inexistentes, para los pobres, por supuesto. Por este camino, las
tensiones sociales son inminentes.
El gran motor económico de Marruecos, al que
no alude el ex presidente son, la droga, el control de la emigración irregular
y el miedo al terrorismo. El rey y sus consejeros más próximos, saben mover los
hilos, para que España en particular y Europa en general se sientan prisioneros
de la política que emana de palacio.
Quiero recordarle al señor Zapatero que a
nivel de política exterior, Marruecos solo tiene un problema, se llama Sahara Occidental. Un tema tan
importante, y que casualidad, se olvida de mencionarlo. Marruecos ocupa el
Sahara Occidental desde 1975. Lo ocupa gracias a la colaboración española,
Acuerdo Tripartito de Madrid, se acuerda señor Zapatero?
Ya que fue presidente del gobierno entre 2004
y 2011, el señor Zapatero, aunque no quiere acordarse, seguramente sabrá quién
es Aminetu Haidar y su huelga de hambre en Lanzarote en 2009. También recordará
el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik a sangre y fuego por la
policía marroquí en 2010.
Habrá que recordarle que existen presos
políticos saharauis en cárceles marroquíes cuyas penas van de 20 años a cadena
perpetua. No han cometido ningún delito, solo se oponen a la ocupación y a las
barbaridades cometidas por Marruecos en el Sahara Occidental, muchos de ellos
tienen la nacionalidad española.
En el Sahara Occidental Ocupado, cada día se
tortura, se encarcela y se asesina. Marruecos no quiere testigos, por eso
expulsa a periodistas, a políticos y a organizaciones de derechos humanos.
Desde luego el señor Zapatero no vio nada de eso cuando visitó, por dos veces,
la ciudad ocupada de Dajla.
Marruecos junto a España, su valedora en
Europa, expolia las riquezas naturales del Sahara Occidental. España defiende a
Marruecos para que la Unión Europea firme acuerdos que van contra la legalidad
internacional, Acuerdo de Pesca, Acuerdo Agrícola, Turismo, Transporte, Aéreo,
etc. El señor Zapatero no se da por enterado.
Los 20 años de Mohamed VI en el trono ha sido
un verdadero desastre tanto para el pueblo marroquí, como para los saharauis en
el Sahara Occidental Ocupado, aunque el señor Zapatero no quiera, o no tenga la
capacidad de verlo.
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