Relata en su autobiografía que Marruecos
respondió con una crisis migratoria a la retención del monarca una hora en El
Estrecho cuando conducía una moto acuática
*Fuente: eldiario.es Pedro Águeda. 22/10/2019
La afirmación de que Marruecos utiliza a
los migrantes que intentan llegar a España como elemento de presión, chantaje o
venganza en su relación con España es verbalizada por primera vez en público
por Jorge Fernández Díaz en su autobiografía Cada día tiene su afán
(Península). El exministro del Interior relata un incidente con Mohamed VI,
"retenido" en aguas territoriales españolas por la Guardia Civil, y
cómo dos días después comenzó a llegar a las costas "una oleada" de
migrantes que se prolongó durante tres días.
Fernández Díaz explica cómo un día de
agosto de 2014, Mohamed VI salió a El Estrecho con una moto de agua seguido a
cierta distancia por una embarcación de recreo. La práctica del tráfico de
hachís en este tipo de embarcaciones era frecuente y la comandancia de la
Guardia Civil en Ceuta, al detectar la moto de agua, avisó a una de sus
embarcaciones, que dio el alto al piloto. Cuando el rey de Marruecos se quitó
las gafas de sol, cuenta Jorge Fernández, el brigada se percató de quién era,
"se cuadró y se puso a sus órdenes".
El problema llegó porque, siempre según la
versión del exministro, el brigada dijo al rey alauí que debía informar a sus
superiores. El jefe de la comandancia se empeñó en trasladarle sus disculpas en
persona y Mohamed VI estuvo esperando una hora su llegada, "a los efectos,
retenido".
(…)
Jorge Fernández relata este episodio en el
capítulo dedicado a "La España de Rajoy", que abarca su etapa como ministro
del Interior. "Dos días después del hecho, pasamos tres jornadas de
continuas oleadas de pateras a través de las aguas del Estrecho. Fueron miles
los inmigrantes irregulares procedentes del norte y de la fachada atlántica de
Marruecos que llegaron a España, lo cual era muestra de hasta qué punto la
cooperación marroquí es enormemente importante y valiosa en ese ámbito",
añade Fernández Díaz, que explica cómo multiplicó sus contactos con las
autoridades marroquíes para amortiguar aquel golpe a la relación bilateral,
incluido un viaje oficial a Rabat a los pocos días.
(…)
En apenas tres días, unos 1.300 migrantes
lograron echarse a la mar en un centenar de embarcaciones rudimentarias, una
cifra récord. Los testimonios recabados entonces hablaban de una total inacción
de la Gendarmería marroquí, encargada del control de las fronteras y de la
represión de los migrantes.
(…)
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