*Fuente: Catalunya Press. Pablo-Ignacio de
Dalmases | Miércoles, 25 de septiembre de 2019
La solidaridad con el pueblo saharaui es un
movimiento generalizado en la sociedad española y en las administraciones
periféricas -que no en el gobierno central- y ello ha dado lugar desde hace
años a que se desarrollen numerosas actuaciones en favor de los campos de
refugiados en Tinduf: caravanas con libros, medicamentos y suministros de todo
tipo, organización de campañas de verano para niños saharauis, acciones en los
propios campamentos (construcciones, perforaciones en busca de agua, campañas
de formación, etc.). Sería imposible cuantificar los miles de personas que han
intervenido y siguen interviniendo en esta magnífica corriente de apoyo al
Sáhara Occidental. Pero cuando el ejército español lo abandonó vergonzantemente
y Madrid permitió la invasión de Marruecos y Mauritania, con los saharauis que
huyeron en desbandada hubo muy pocos españoles. Por decirlo claramente, solo
unas españolas movidas por la relación sentimental que habían establecido con
compañeros de estudios o trabajo saharauis y que decidieron unir sus destinos a
los de éstos.
Una de tales intrépidas mujeres fue la
catalana Montserrat Aizcorbe. Recién titulada en enfermería en el Hospital de
San Pablo, aceptó un empleo en el Hospital de Tenerife y allí coincidió con los
saharauis que estaban estudiando en la Universidad La Laguna y se enamoró de
uno de ellos, Buel-la Enhamed, que a su vez se acababa de graduar también de
Enfermería. Cuando se produjo la deserción de España y los jóvenes saharauis
abandonaron sus estudios para sumarse a la guerra contra Marruecos y Mauritania
encuadrados en el Frente Polisario, Montse siguió a su pareja que se vio
convertido, por mor de las circunstancias, en el primer ministro de Sanidad de
la naciente República Saharaui en armas. A Montse le pilló el cruel bombardeo
marroquí de Um Draiga en el que resultó seriamente herida y, mientras
convalecía, su compañero, ya convertido en su marido, fallecía repentinamente
de un infarto.
Montse, joven viuda, convertida en Horría,
se sumó desde su oficio a la lucha del pueblo saharaui y desde entonces se
convirtió en una verdadera leyenda de la resistencia saharaui. Una historia no
exenta en absoluto de aventura que Jorge Molinero ha descrito con suma
habilidad en la novela 'La enfermera del desierto. Vida y recuerdos de Horría,
que significa libertad' (Ediciones Carena) en la que explica cómo fue posible
la transformación de Montse/Horría, pero también la de otras valientes mujeres
españolas como Ana Gaspar o Gurutze Irizar que decidieron compartir -y
arriesgar- sus vidas por dignidad, por solidaridad y por qué no decirlo, sobre
todo por algo tan hermoso como el amor.
Autor/es: Jorge Molinero Huguet
SKU: 978-84-17852-38-2 Categorías: CARENA,
NARRATIVA, Destacado
Descripción
«La enfermera del desierto», secuela de
«Toda la muerte para dormir», también ambientada en la antígua colonia y
provincia española del Sáhara.
En el capítulo 30 de la primera novela de
Jorge Molinero, «Toda la muerte para dormir», el autor recrea el bombardeo de Um
Draiga, en el que aviones del ejército marroquí masacraron a miles de civiles
indefensos. En una de las escenas, una joven enfermera española llora
desconsolada sobre el cadáver de su marido, un médico saharaui que había
decidido unirse a la revolución iniciada por el Frente Polisario. Un año
después de haber escrito aquel pasaje, el autor presentaba su novela en
Barcelona y, al terminar el acto, observó a una señora de edad provecta que
avanzaba hacia él apoyada en un bastón. Era ella, la enfermera del desierto. Y
así comienza la introducción de la presente novela, donde el autor nos describe
cómo conoció a la persona que él había convertido en personaje.
«Las grandes novelas nacen cuando vértigo y
corazón se unen. Y se han unido en este relato, tan real y tan fantástico. Los
saharauis revivirán con dolor y nostalgia los momentos más importantes de su
historia reciente, y con emoción este fragmento vital, el punto tangencial
entre «un saharaui que quería ser médico para curarlo todo» y una catalana que
quiso ser saharauía. Los españoles vivirán la intensidad de los
acontecimientos, sí, pero sobre todo sentirán latiendo en su pecho el corazón
de Montse, la enfermera que se convirtió en Horría. Que nada interrumpa la sed
de tus ojos hasta desembocar en el epílogo, uno de los más bellos que he
leído.»
Gonzalo Moure
«Esta es una novela histórica y es, al
mismo tiempo, la crónica de dos enamorados comprometidos con sus ideales. Es
una novela sobre la lucha del pueblo saharaui y la traición española. Jorge
Molinero sabe que la escritura es un ejercicio ético y estético y, a partir de
los testimonios de los protagonistas y de un profundo conocimiento del tema,
opta por estrategias de la ficción para establecer una tensión entre lo
verificable y lo imaginario, entre el rescate de la memoria íntima –heroica y
romántica– y la historia española de la infamia. Una novela que reconcilia el
activismo con la ternura y que pone en conflicto la memoria personal con la
historia oficial. Conmovedora e incómoda.»
Juan Pablo Villalobos
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