He recibido con gran tristeza y dolor la
sorprendente marcha definitiva de nuestro hermano y compañero de lucha, que sea
alabado por la misericordia, el perdón y la recompensa del Todopoderoso, Suleiman
Tieb, embajador de la República Saharaui en Nicaragua. Con su triste partida se
cierra una de las páginas de entrega más brillante en la lucha de nuestra
diplomacia. Un diplomático que supo encarar a
los enemigos en varias capitales y en ámbitos bilaterales y
multilaterales en los que nunca se doblegó.
Suleiman ingresó a la lucha diplomática
saharaui en 1978, como voluntario en una misión exploratoria como representante
del Frente Polisario en Viena, Austria. Yo entonces desempeñaba el encargado de
responsable del Departamento de Europa.
Esta fue la primera vez que trabajamos
juntos en Austria. Suleiman no hablaba
el alemán, que es idioma del país, y no disponía de medios materiales. Pero en
menos de un año, de su mano el Frente Polisario se convirtió en un destacado
invitado de las conferencias y actividades del partido gobernante, y los
líderes del Frente Polisario fueron recibidos por el canciller austriaco Bruno
Kreisky. Después de un corto período, Suleiman Tieb pudo llevar proyectos de
apoyo a los campamentos de refugiados saharauis; el más destacado de estos proyectos
fue la construcción de escuelas primarias en todas las wilayas y construcción
de guarderías; además de conseguir programas de suministro de tiendas de campaña.
Sin dejar de contar con el apoyo político.
En América Latina fue el diplomático más
prominente del pueblo saharaui presente en todos los foros y batallas en ese
continente, que es geográficamente remoto y a la vez cercano a través de su
apoyo político. Como diplomático estuvo a la altura en las sesiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas durante las cuales demostró un gran
talento e inteligencia en hacer y entablar relaciones públicas.
Su marcha es una pérdida real, a nivel
público y a nivel personal. Hemos tenido una relación especial y muy estrecha.
Pero su consuelo y el nuestro es que permaneceremos fieles a su aporte y a los sacrificios
de los mártires de la causa que siguen iluminando el camino ante nosotros y las
generaciones futuras.
Mi pésame a su familia, la familia diplomática
saharaui y el pueblo saharaui en general.
Mhamed Jadad
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