*Fuente: El Confidencial. Ignacio Cembrero,
25 de febrero de 2020
Las autoridades argelinas suspendieron este
lunes la primera visita a Argel, prevista para el miércoles, de la ministra de
Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya. Alegaron razones de agenda
de su homólogo argelino, Sabri Boukadoum, pero el ministro no tiene, por ahora,
prevista ninguna actividad oficial ese día. Hoy martes sí atenderá al emir de
Qatar, jeque Tamin ben Hamad Al Thani, que pasará solo unas horas en la capital
argelina.
Con el aplazamiento, hasta el 4 de marzo,
del viaje de la jefa de la diplomacia española, Argel demuestra su descontento
ante la política exterior de España de cara al Sáhara Occidental y su abnegado
apoyo a Marruecos que controla esa antigua colonia española, según fuentes
conocedoras del frustrado desplazamiento ministerial.
El último gesto de González Laya fue la
publicación, el domingo por la noche, de un par de tuits en los que
desautorizaba a Íñigo Alvárez, secretario de Estado de Derechos Sociales y
hombre de confianza del vicepresidente Pablo Iglesias en el Gobierno de
coalición.
Alvárez recibió el viernes en su ministerio
a Souilma Birouk, ministra saharaui de Asuntos Sociales. Tras la reunión puso
un par de tuits expresando su “solidaridad con el pueblo saharaui”. El ministro
de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, llamó el domingo a su colega española
para protestar y esta se apresuró en recordar en las redes sociales que España
no reconocía a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y en el Sáhara
apoyaba a la ONU.
La diplomacia española respalda, en
realidad, con discreción a Marruecos. Prueba de ello es, por ejemplo, que
abogados del Estado español hacen causa común con los que defienden los
intereses marroquíes en los procedimientos judiciales en curso en el Tribunal
de Justicia de la Unión Europea. Los jueces que lo integran deberán
pronunciarse sobre la inclusión del Sáhara Occidental y de sus aguas en los
tratados de asociación y pesca en vigor entre la UE y Marruecos.
“Los argelinos han querido transmitir ahora
un mensaje (…)” aplazando la visita ministerial, explica Emhamed Jadad,
coordinador de las relaciones entre el Frente Polisario y la Minurso, el
contingente de la ONU desplegado en la antigua colonia española. “Ya nada es
como antes”, añade aludiendo a la toma de posesión, en diciembre, del nuevo presidente,
Abdelmajid Teboune. “El Sáhara Occidental es un termómetro de la relación y lo
sucedido con Costa de Marfil lo demuestra”, concluye.
A finales de la semana pasada Argel llamó a
consultas a su embajador en Costa de Marfil, un país con el que mantiene
estrechas relaciones, después de que Yamusukro hubiese anunciado la apertura de
un consulado en El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental.
Teboune, el nuevo presidente argelino, está
siendo aún más beligerante que su predecesor, Abdelaziz Bouteflika, con
Marruecos y sus aliados. En la cumbre de la Unión Africana, celebrada en Adis
Abeba el 9 de febrero, dedicó gran parte de su discurso al Sáhara Occidental.
Habló de “la justa causa saharaui” y de la necesidad de “rematar el proceso de
descolonización” aún pendiente en África.
Un artículo anónimo, del que se sabe que
está escrito por un diplomático argelino de peso, publicado el 17 de febrero por
el diario digital TSA, pone de relieve el hartazgo de las autoridades argelinas
con la política exterior de Pedro Sánchez. El autor denuncia la “sumisión”
española ante Marruecos puesta de nuevo de relieve durante la visita a Rabat, a
finales de enero, de Arancha González Laya. Recuerda indignado Sánchez ya
defendió, en septiembre en Naciones Unidas, “una solución política a la
cuestión saharaui”. “Al hacerlo, se convirtió en el primer jefe de Gobierno
español en eliminar los términos "referéndum" y "autodeterminación"
de su léxico”, se lamenta.
González Laya tenía previsto viajar de
Rabat a Argel en los últimos días de enero, pero en el último momento canceló
su desplazamiento y puso rumbo a Las Palmas de Gran Canaria. Allí se entrevistó
con presidente canario, el socialista Ángel Víctor Torres, al que informó con
detalle de las consecuencias para el archipiélago de la reciente aprobación por
el Parlamento Marruecos de dos leyes que ampliaban sus aguas territoriales y su
Zona Económica Exclusiva hasta solaparse con las de Canarias. Nasser Bourita,
que impulsó la adopción de las leyes, actuó sin consultar a España.
Ese cambio de última hora en la agenda de
la ministra disgustó a las autoridades argelinas.
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