El delegado saharaui en España, Abdulah
Arabi, considera que la reacción de Exteriores tras la reunión de Asuntos
Sociales con Suilma Hay Emhamed Salem responde a un «nuevo intento de agradar»
al reino alauí
Fuente: ABC. Enrique Delgado Sanz 24/02/2020
El Frente Polisario no comprende por qué la
ministra de Exteriores, Arancha González Laya, se ha apresurado a desautorizar
al secretario de Estado de Asuntos Sociales, Nacho Álvarez, que el pasado
viernes se reunió con la ministra de Asuntos Sociales de la República Árabe
Saharaui Democrática (RASD), Suilma Hay Emhamed Salem. «Esto no se suele hacer
así», lamenta en una conversación con ABC el delgado del Frente Polisario en
España, Abdulah Arabi.
El representante saharaui en España deja
entrever que este movimiento de la ministra González Laya no es precisamente
ilusionante, al menos para los intereses del RASD. «No es habitual. Una cosa es
que dos ministros se llamen por teléfono y otra, que salga la titular de
Exteriores a dar explicaciones públicamente», desarrolla Arabi, quien lamenta
que el Gobierno haya perdido la iniciativa en la relación bilateral con el
reino alauí: «Está metido en una estrategia de intentar agradar constantemente
y no quiere molestar a Marruecos».
«La reunión entra dentro de las relaciones
que unen al Frente Polisario con los distintos gobiernos españoles a lo largo
de estos años», expone Arabi para contextualizar la polémica, extrañado de ver
cómo la ministra de Exteriores ha intentado calmar los ánimos de su homólogo
marroquí, Nasser Bourita, con una manifestación a través de su cuenta de
Twitter. «No entendemos que un ministro de Marruecos tenga que decirle al
Gobierno de España con quién se tiene que reunir y que el Gobierno, después,
responda públicamente», considera Arabi, que insiste: «Esto no se suele hacer
así, salvo que el movimiento responda al sometimiento a la política de chantaje
y manipulación de Marruecos sobre España».
«Somos conocedores de que Marruecos siempre
va a utilizar cualquier posicionamiento positivo por parte del Gobierno de
España en relación al Sáhara», indica Arabi, quien identifica en aspectos como
«la inmigración, el problema del tráfico de drogas o la estabilidad de Ceuta y
Melilla los »elementos de presión« que Marruecos puede emplear para mediatizar
la política de Exteriores española.
Dos polémicas en dos meses
En apenas dos meses de legislatura, el
Gobierno ha tenido que «sofocar» dos problemas relacionados con las relaciones
diplomáticas entre España y el reino alauí. La ministra de Exteriores acudió,
en su primer viaje bilateral a Rabat para tratar con el propio Bourita la
pretensión marroquí de ampliar sus límites marítimos. Y ahora, la propia
González Laya ha desvelado que Marruecos le pidió explicaciones por una reunión
de un alto cargo, perteneciente a Podemos, del Ministerio de Asuntos Sociales.
Arabi, que avanza que se han puesto en
contacto con Exteriores a raíz de este episodio, otorga el beneficio de la duda
al nuevo Ejecutivo en relación a las reclamaciones saharauis. «Damos nuestra
confianza a cualquier Gobierno que llegue y también tenemos la esperanza de que
habrá algunos políticos que puedan enmendar los problemas del Sáhara
Occidental», subraya el representante del Frente Polisario en España.
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