Los tres abogados saharauis, mas conocidos con su defensa a la población saharaui que vive bajo ocupación marroquí, reunidos con el alcalde de San Sebástian Juan Karlos Izaguirre, Pais Vasco |
El alcalde de Donostia, Juan Karlos
Izagirre, ha dado cuenta este viernes de la visita que durante cinco días ha
llevado a cabo al Sahara Occidental, donde ha comprobado in situ la situación
de los territorios ocupados por Marruecos y se ha entrevistado con activistas
saharauis en ámbitos diversos como los derechos humanos, la cultura, la mujer,
la infancia, los recursos naturales o el derecho.
NAIZ|DONOSTIA|06/02/2015
El alcalde también estuvo reunido con la
familia de Hassanna Aalia, a quien el Gobierno español ha denegado el asilo.
Izagirre, quien antes de ser primer edil ya había viajado a los campamentos
saharauis como médico cooperante, ha subrayado que «la causa saharaui tiene un
origen político, y aunque la solidaridad es necesaria, es el momento de
avanzar y trabajar también desde el ámbito político, ya que la resolución del
conflicto vendrá por esa vía».
En ese sentido, ha destacado la importancia
de la presencia de delegaciones internacionales en la zona: «Tenemos que acabar
con el bloqueo informativo, entrar en la zona y ser testigos directos de lo que
ocurre allí, para luego difundir lo que hemos visto y escuchado en El Aaiun».
El alcalde ha subrayado que los saharauis
«lo tienen todo absolutamente prohibido: sus símbolos, banderas y jaimas, las
reuniones y manifestaciones, la libertad de expresión y asociación, e incluso
preguntar dónde se encuentra el hijo que ha desaparecido».
No obstante, ha destacado que «a pesar de
40 años de ocupación y represión el pueblo saharaui sigue siendo un ejemplo de
dignidad».
Ha denunciado que la policía marroquí ha
seguido sus pasos en todo momento: «Desde el momento en que entramos en El
Aaiún, la policía nos ha seguido a todas partes. Estaban en el hotel, en la
calle, en las casas de los y las saharauis, en las tabernas... Es evidente que
las fuerzas de ocupación no quieren que haya testigos y observadores
internacionales».
*Fuente: Donostia.org
En Sahara Occidental están prohibidos los
símbolos, banderas y jaimas del pueblo saharaui. Prohibido está cualquier
reunión de más de cinco personas, así como manifestarse, asociarse o preguntar
por un hijo desaparecido. Se prohíbe la libertad de expresión. El alcalde Juan
Karlos Izagirre está conociendo esa cruda realidad más de cerca durante estos
días, escuchando testimonios de una serie de saharauis. En sus palabras, en
todas las casas hay un preso, un desaparecido, un deportado, un represaliado o
refugiado: “Estamos recogiendo decenas de testimonios, y nos damos cuenta de
que a pesar de 40 años de ocupación y represión, el saharaui es un pueblo con
dignidad y principios”.
Aminatou Haidar, activista por los Derechos
Humanos, ha organizado múltiples citas para el alcalde. Tal y como dice la
activista, para tratarse de un pueblo tan pequeño, la lista de injusticias es
muy larga. Desde la ocupación de 1975, hay 500 saharauis desaparecidos. Haidar
es miembro de la asociación CODESA, que trabaja para preservar la memoria
colectiva: “Nuestros ejes son ayudar a las víctimas, documentar las
infracciones y promover la lucha sin violencia”. Ella es una de las 374
personas liberadas por Marruecos en el alto al fuego de 1991. En esa época,
fueron 56 los y las saharauis que murieron en las cárceles.
Y es que la lista de injusticias desde la
ocupación de 1975 es larga. Las hermanas de Said Dambar lo saben bien. Su
hermano salió de casa de noche hace cinco años y no ha vuelto desde entonces,
tal y como han contado Fatimetu y Leila a Juan Karlos Izagirre: “Lo mataron de
un tiro, estuvo 3 días en el hospital y 17 meses en la morgue, y nunca nos
dejaron verlo; aún hoy seguimos sin saber si está enterrado, y mientras tanto,
la policía intenta comprar nuestro silencio”.
Los dos hermanos de Nhabouha Lakhifir llevan
ya diez años desaparecidos, desde la Intifada de 2005, en la que desaparecieron
él y otros trece saharauis: “Están en cárceles secretas, y hemos sabido, a
través de un contacto, que dos de ellos murieron, pero no tenemos forma de
saber quiénes están vivos y quiénes muertos”. La asociacion CODAPSO ha
denunciado duramente acontecimientos como ese. El activista Hmad Hamad cuenta
que hay quienes han permanecido 10 o 12 años en cárceles secretas. En los
últimos años, Marruecos ha compensando económicamente a 7.000 de estos
saharauis.
Taki el Machdoufi también ha conocido las
infracciones de Derechos Humanos en primera persona. Estuvo preso durante dos
años sin haber sido juzgado. Es uno de los presos de Agdaim Izik. Tras deshacer
el campamento, detuvieron a centenares de saharauis, de los cuales 25 tuvieron
un juicio militar, imponiendo la cadena perpetua a nueve de ellos. Hassanna
Aalia es uno de ellos. Abdelai Toubali ha explicado a Izagirre que su hermano
fue condenado a 25 años de cárcel: “Están en la cárcel de Saleh, a 1.200
kilómetros, lo que resulta un castigo también para los familiares, ya que se
alimentan de la comida que les llevamos, y para ello, estamos obligados a
alquilar una casa en Rabat”.
Mohamed Fadel Uld Lili tiene claro que el juicio
de Gdeim Izik fue una parodia. El es uno de los pocos abogados que ejercen en el Sahara Occidental, junto con Mohamed Bulchaled y Mohamed Lehbib. “El juicio
duró nueve días, y fue puro teatro, ya que habían sentenciado antes de que
comenzara el proceso. Quedó claro, una vez más, que aquí no hay ni garantías ni justicia”. A día de hoy, existen, por lo que han explicado al alcalde de
Donostia, entre 50 y 60 presos políticos, que fueron detenidos sin pruebas,
sufren torturas, permanecen incomunicados durante semanas completas, y que
están dispersos: “Ser abogado en Sahara Occidental es muy difícil;
somos víctimas de la represión y solemos recibir amenazas”.
Izagirre ha informado a los saharauis sobre
la situación del conflicto político de Euskal Herria, y compartido con ellos
varias reflexiones. Hoy se reunirá con jóvenes, mujeres y desempleados saharauis, entre
otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario