Por Gaici Nah, Equipo Coordinador de la
Campaña Internacional contra el Muro de la Ocupación Marroquí; 8 de noviembre
de 2015
En estos días se celebra el aniversario de la
caída del Muro de Berlín, que tuvo lugar en la noche del 9 al 10 de noviembre
de 1989. Se trataba de uno de los insignias más célebres de la Guerra Fría e
indudablemente de una de la batallas mediáticas, deliberadas y premeditadas más
grandes entre los extintos bloques.
Con su caída se dio paso a una nueva
perspectiva de las relaciones internacionales. Desde su creación en 1961 y
hasta 1989, fue portada de la mayoría de los grandes periódicos del mundo. Su
desplome no solo estuvo determinado por el fin de un modelo político sino
también por las constantes y repetidas condenas de la opinión pública mundial.
Era, como dijo Eduardo Galeano, un muro altisonante, a diferencias de otros
muros mudos como es el Muro de la Vergüenza que Marruecos construyó.
Cada año, vemos manifestaciones relacionadas
con el aniversario de su caída, pues supuso un nuevo inicio en el desarrollo de
un país, así como una etapa nueva para Europa. En dichos actos, muchos
presidentes y personalidades políticas festejan el hecho, como si fuera el
triunfo de la libertad y la desaparición total de los muros como medida de
opresión.
Pero la realidad es otra, siguen existiendo
muros, desgraciadamente silenciados por los propios políticos que festejan
hipócritamente la caída del muro de Berlín.
El mencionado Muro de la Vergüenza, erguido por
la fuerza por Marruecos desde 1980, ha dividido al Sáhara Occidental y a su
pueblo en dos. Ha separado a todo un Pueblo, condenándolo a permanecer en una
de las cárceles más duras del planeta, puesto que la barrera de 2720 kms, está
sembrada de punta a punta con el más sofisticado armamento, obstáculos y
soldados, las tan prohibidas minas antipersonales y antitanques. Todo ello se
refuerza día a día ante los ojos de una impotente MINURSO, cuyo cometido debía
ser otro muy distinto del que llevan a cabo. Es más, quizás debieran observar
lo que sucede a su alrededor, y como misión por el mantenimiento de la paz,
velar por los más elementales Derechos Humanos. Pero mirar hacia otro lado, es
lo fácil, y eso hacen.
Se puede afirmar, que desde el punto de vista
militar, los Saharauis han demostrado que no es más que una imitación de otras
murallas que hoy en día son parte de la historia. Sus objetivos militares no se
han cumplido gracias a la audacia y combatividad y resistencia pacífica de los
de los saharauis. El doctor Moisés Ponce apuntó: el Sahara Occidental, está
ocupada, pero no conquistada.
Marruecos quiso, vanamente, inmovilizar a los
guerrilleros saharauis que luchaban por liberar su tierra y para ello se
embarcó en la construcción de esta obra, considerada hoy como un crimen de lesa
humanidad, que le lleva a un coste insostenible económicamente, que en lugar de
ir dirigidas a su población, son empleadas en la compra de armamento y en el
mantenimiento del mismo.
Los impactaos negativos del muro se reflejan
en la vida cotidiana de los saharauis, en los aspectos sociales, políticos y
medioambientales, incluyendo la muerte de inocentes víctimas entre otros. Y más
allá de los objetivos abiertos para los que el muro fue levantado, ha sido
también la cortina que ha encubierto todas las actividades ilegales que se
cometen en la parte ocupada. Es, sin lugar a dudas, una vergüenza y un atentado
contra la humanidad.
No solo el despotismo del gobierno marroquí
pasa por la construcción del muro. En estos días, celebra el aniversario de la
“Marcha verde” negra para los Saharauis y para quienes defienden las justicias.
El 6 de noviembre tuvo lugar la invasión y ocupación ilegal, desencadenante de
muro desconocido. Mientras los amurallados claman la libertad, el rey en su
discurso de ayer, blinda la ocupación, endurece y consolida el hecho consumado.
A pesar de todo, el muro se mantiene gracias
a las ayudas que Marruecos recibe, Hay que decir, que la compra de armamento es
una aberración más, pues hay países que con el fin de beneficiarse
económicamente venden armas sin control, y lo peor de todo, es que la mayoría
son firmantes de numerosos tratados de paz. Aunque peor aún, son las típicas
donaciones de armamento o entrega del mismo con un precio simbólico, que
también suelen hacer muchos países. ¿Hasta cuándo estos negocios?
Europa, ya que ayudó en la idea y
financiación del muro, también debería ser parte de la solución, denunciando y
reivindicando el la desmantelamiento del mismo.
Francia, como gran aliado del gobierno
Marroquí, presume de ser un país defensor de los Derechos Humanos y la dignidad
de la mujer, incluso prohíbe el burka ya que lo entiende como atentado contra
las mujeres. Sin embargo, implanta el peor de los burkas, o el más tupido de
los velos cuando se trata del Sáhara Occidental, mostrándose ciego ante los
atentados que Marruecos acomete cada día, además de ser cómplice por su
silencio. Su rol va muy en contra de la “Grandeuse de la France”
Por otro lado, el expresidente español
Zapatero llegó a comparar la caída del Muro de Berlín con la muerte de Franco,
argumentando cuando se produjeron los acontecimientos del 9 de noviembre, que
para los españoles unos años antes “Fue un muro pesado, una losa muy dura para
nuestra historia y por tanto sabíamos lo que significaba la libertad, lo
teníamos muy vivo en la carne, en nuestra experiencia”
Cierto es que durante la etapa dictatorial de
Franco, España contaba con ese muro “virtual” que paralizaba a la población en
muchos ámbitos. Pero también es cierto que todos los gobiernos demócratas
españoles son cómplices y corresponsables de un muro “físico” que separa al
pueblo Saharaui desde hace más de 34 años, sin que – los demócratas- ni si
quiera se hayan pronunciado.
Del mismo modo, el “ídolo” del socialismo
español, Felipe González, que, en la película “Los hijos de las nubes” entre
otras cosas, aboga por la apertura de las fronteras entre Marruecos y Argelia,
y compara las fronteras de esos dos países, con la de las Coreas, se olvida del
muro más largo y peligroso del mudo, superado en la historia solo por la
muralla de china y que perturba las fronteras y flujo de actividades de 4
países del norte de África, y además, tampoco se acuerda que, sin su actuación
y la del Ex rey Juan Carlos, podían haber hecho que el muro no se hubiese
completado, o tal vez, ni siquiera se hubiese iniciado. ¡No son más que
contradicciones!
Esteban González Pons, ex vicesecretario
general del PP y eurodiputado, considera que la votación en la que están
participando en Catalunya “miles de personas” supone la construcción de un
nuevo Muro de Berlín, que “separa familias, aísla personas y rompe proyectos
vitales. Es otro dato más del pensamiento de dureza que se tiene sobre los
muros. ¿Y porque no se entiende así el Muro de Marruecos en el Sáhara
Occidental?
Si el muro de Berlín cayó gracias a la
propaganda, el muro marroquí subsiste gracias al bloqueo informativo que ponen
esos medios sobre el mismo. Ya quisiéramos contar algún día con la propaganda
tan fuerte como para hacer desaparecer esta lacra.
A pesar de todos los pesares, a pesar del
sufrimiento continuo, los saharauis son pacientes y son generosos, inclusive en
lo político, pero no son tontos, y poseen una buena y sensible memoria, y
aunque son un pueblo pacífico, saben cuál es la tasación de cada cual, como
personas y países, en la memoria colectiva saharaui, y en la historia.
Pero aun así, y como militarmente el muro no
fue un impedimento para ser alcanzado, tampoco su existencia fue un óbice, para
que los Saharauis, siguen marcando sus trayectoria en un ya mítica resistencia,
en uno de los más inhóspitos desiertos, en el que las mujeres y hombres
Saharauis han sido capaces de forjar los pilares básicos de un país, con
algunas estadísticas mucho mejor que países ya independientes. Estos también,
son un plus, y son razones dignas de ser reconocidas por la comunidad internacional.
España, por mucho que dicen sus dirigentes,
por mucho que quiera ocultar la realidad sigue siendo la potencia
administradora del Sáhara Occidental de facto, y es cómplice y corresponsable
de lo que pasa en el territorio.
¿Dónde ha estado la legislación española, los
jueces, los abogados y aquellos que deben hacer cumplir la legalidad?
¿Ha olvidado España los Artículos de la Carta
Magna? ¿Acaso no son suficientes los 40 años de dejadez?
¿No considera, como gobierno, que el Sáhara
Occidental es un problema de descolonización al que hay que encontrarle su
solución justa?
Aunque el gobierno calla y no quiere mostrar
la realidad, el pueblo español, siente de cerca la causa saharaui, muestra su
apoyo y su lucha, incluso se de sus dirigentes. ¿Escuchará algún día el
gobierno español a su pueblo?
¡Que el Muro caiga y que se haga justicia!
¡Qué celebremos algún día la caída de esta cruel construcción y sintamos la
misma alegría que sintieron muchos cuando desapareció por siempre el muro de
Berlín!
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