Fuente: EFE, 21 MAR 2016
La ONU advirtió hoy que la
expulsión por parte de Marruecos del personal de su misión en el Sáhara
Occidental (Minurso) puede poner en peligro el alto el fuego y reabrir un
conflicto violento.
"Es una preocupación que
hemos estado expresando al Consejo de Seguridad", señaló en una
conferencia de prensa Farhan Haq, portavoz del secretario general de Naciones
Unidas, Ban Ki-moon.
Haq confirmó que se ha
completado la salida de todo el personal civil internacional de la Minurso que
había sido solicitada por Marruecos e insistió en que, sin ellos, la misión no
puede llevar a cabo todas sus tareas.
Además, anunció que la misión ha
recibido una solicitud de Rabat para que "en los próximos días"
cierre una oficina de enlace militar que tiene en la ciudad de Dajla (antigua
Villa Cisneros), en el sur del Sáhara Occidental.
Se trata, según destacó, de la
primera petición "dirigida al componente militar" de la Minurso.
El portavoz dijo que para la ONU
supone una "clara preocupación" el hecho de que, con la operación de
paz restringida en sus funciones, existe "un verdadero riesgo de volver a
tensiones elevadas y posiblemente incluso al conflicto".
Haq señaló que los observadores
militares de la Minurso seguirán vigilando el alto el fuego, pero destacó que
no disponen del apoyo necesario por la salida del personal civil y que tendrán,
por ejemplo, dificultades para el suministro de agua y alimentos.
En medio de una fuerte polémica
con Ban, Marruecos exigió la semana pasada la salida de 84 empleados de la
misión, un retiro que según confirmó hoy la ONU se completó este domingo, con
la excepción de una persona que continúa en El Aaiún por motivos médicos.
En total se retiran 73
individuos, pues 11 de los funcionarios señalados por Rabat en su lista ya no
trabajaban para la misión o no estaban sobre el terreno.
Se trata de 55 miembros del
personal civil internacional de la Minurso, 7 voluntarios, 6 miembros del
programa contra minas antipersona y dos contratistas internacionales, a los que
se suman tres empleados de la Unión Africana, detalló Haq.
De los trabajadores de la
Minurso, 33 se encuentran en Las Palmas (Islas Canarias, España), mientras que
el resto está de permiso en sus países de origen.
Sobre el terreno quedan
únicamente 27 funcionarios civiles, que dan apoyo a la representante especial
de la ONU, Kim Bolduc, y al componente militar de la misión.
"Como resultado, la misión
solo puede desarrollar una pequeña parte de sus funciones", aseguró el
portavoz, que insistió en que la retirada se ha hecho "bajo coacción"
y subrayó que Naciones Unidas no comparte en absoluto las razones dadas por
Marruecos.
Así, Ban pedirá hoy al Consejo
de Seguridad que reaccione ante Rabat durante el almuerzo mensual que mantiene
con los representantes de los quince miembros.
"Hemos dejado claro al
Consejo que esto no puede permitirse", dijo Haq, que aseguró que con sus
medidas Marruecos viola el acuerdo para el establecimiento de la Minurso y
obstaculiza sus operaciones.
Además, defendió, las medidas
marroquíes tienen "implicaciones" para el resto de las operaciones de
paz de Naciones Unidas.
"Si la Minurso puede
hacerse ineficaz e inoperante por la obstinación de un Estado miembro y la
población de la región puede verse amenazada por una posible vuelta a las
hostilidades porque un Gobierno se ofendió por una sola palabra, ¿cómo podemos
garantizar la estabilidad de cualquier otra misión de paz", dijo Haq.
Esa palabra a la que se refería
el portavoz es el término "ocupación", que Ban utilizó durante su
reciente visita a la región del Sáhara Occidental y que indignó a las
autoridades marroquíes, que respondieron con dureza.
El portavoz del secretario
general dijo que la ONU se mantiene en contacto con Rabat para tratar de
encontrar una solución "mutuamente aceptable" y también con varios
"intermediarios".
En ese sentido, confió en que
Marruecos entienda que "este tipo de comportamiento no puede
tolerarse".
Los embajadores de los quince
miembros del Consejo analizaron hoy la cuestión en un encuentro informal a
puerta cerrada, unas horas antes de volver a abordar el asunto con el propio
Ban.
El Consejo examinó la crisis por
primera vez la pasada semana y evitó dar un respaldo explícito a Ban, que
lamentó la falta de claridad del órgano que precisamente encargó la creación de
la Minurso.
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