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MADRID (Sputnik) 10.10.2016— El Festival
Internacional de Cine del Sáhara, más conocido como FiSahara, vuelve a los
campamentos de refugiados saharauis de Dajla "con el objetivo de
visibilizar el conflicto que lleva cuatro décadas sin resolución".
"Este año volvemos al Sáhara para
visibilizar la lucha y resistencia de los saharauis desde que Marruecos invadió
el Sáhara Occidental en 1975; este festival lucha con ellos, por recuperar su
tierra y su libertad y para que se haga justicia", aseguró a Sputnik José
Taboada, presidente de la Coordinadora Estatal De Asociaciones Solidarias Con
El Sáhara (CEAS) y director del FiSáhara.
Este año, el festival, el único que se
celebra en un campamento de refugiados en el desierto, se dedicará a los
"Pueblos Ocupados: Memoria y Resistencia".
Con este título, el FiSahara acogerá a
representantes de distintos pueblos "que sufren las consecuencias de la
ocupación en todo el planeta y que son un ejemplo de resistencia para el mundo:
desde Papua Occidental, hasta la Amazonía ecuatoriana, Palestina, el Kurdistán
y las tierras indígenas de Norte América", señala la organización.
Durante esta semana, cineastas, activistas
y artistas celebrarán un encuentro con el pueblo saharaui para compartir sus
historias y métodos de lucha.
Los organizadores destacan que este año es
"una edición especial del festival", porque "es el año que ha
muerto el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática y Secretario
General del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, al que se le rendirá un
homenaje.
"Abdelaziz apoyó desde el principio el
FiSahara, creemos que con el nuevo presidente seguiremos ese camino",
asegura Taboada.
Durante los cinco días que durará el
festival, además de proyección de películas, habrá talleres, conciertos y,
especialmente, mesas redondas en las que se debatirá sobre la situación
política.
Entre los invitados de este año destaca el
conocido grupo indie español Vetusta Morla y la actriz Clara Lago.
"El pueblo saharaui es un
referente, para nosotros es un orgullo poder estar", aseguró uno de los
componentes de Vetusta Morla durante la presentación en rueda de prensa del
festival.
En las conferencias participarán varios
dirigentes de la República Árabe Saharaui Democrática y del Frente Polisario,
además de los activistas y cineastas invitados.
Entre los más destacados se encuentra Benny
Wenda, un líder de la lucha por la independencia de West Papua; Jennifer
Robinson, abogada internacional defensora de los Derechos Humanos, defensora
del movimiento por la independencia de West Papua y abogada de Julian Assange;
Riham Ghazali, cineasta y fotógrafa palestina de Gaza o Mohamed Dadach, considerado
prisionero de conciencia por AmnistíaInternacional y preso político de los
Territorios Ocupados del Sáhara Occidental, entre muchos otros.
El delegado del Frente Polisario en Madrid,
Abdulah Arabi, considera que este conflicto "va a tener un final
feliz".
"Los saharauis nunca hemos perdido
la esperanza, la solución es mediante la vía pacífica", señaló.
No obstante, Arabi destaca que la actual
situación política es de "tensión".
"Marruecos está intentando provocar
la paciencia del pueblo saharaui, romper el statu quo, mientras la ONU actúa
con mucha pasividad, incluso complicidad con Marruecos", denuncia el
delegado del Frente Polisario.
Sin embargo, la organización afronta el
festival con mucho optimismo "son cinco días de cultura y resistencia
junto al pueblo saharaui, compartiendo sus costumbres, conviviendo con la
población refugiada, intercambiando experiencias y conocimientos", apuntan.
Esta es la XIII edición del FiSahara,
"durante estos 13 años, más de 200 directores, actores y actrices pasaron
por el festival y se hicieron eco de la ocupación y resistencia en el Sáhara
Occidental. Seguiremos haciéndolo hasta conseguir justicia y libertad",
insiste Taboada.
David Bollero, Posos de anarquía, Público. 11/10/2016
Hoy arranca la XIII edición del FiSahara
(Festival Internacional de Cine del Sáhara). Se prolongará hasta el próximo
domingo 16 y, durante esta semana, volverá a poner el foco en la lucha del
pueblo saharaui, absolutamente olvidado por el Gobierno español. Bajo el lema
“Pueblos Ocupados: Memoria y Resistencia”, la edición de este año pasa por ser
una de las más importantes de los últimos tiempos, porque los tambores de
guerra suenan con más fuerza que nunca. De hecho, y aunque las noticias no
lleguen interesadamente a los medios de comunicación masiva, el presidente de
la república árabe saharaui democrática (RASD), Brahim Ghali, ha autorizado a
sus tropas atacar sin restricciones al ejército marroquí.
El motivo es la tensión provocada por
Marruecos desde el pasado mes de agosto, cuando incumplió el Acuerdo Militar
firmado en 1991 por Marruecos y el Frente Polisario en virtud del cual ninguno
de los dos bandos puede sobrepasar el muro de división. La invasión tuvo lugar
en La Güera (región de El Guerguerat), la localidad saharaui más sureña en la
frontera con Mauritania. En agosto, Mohamed VI llegó, incluso, a cerrar la
frontera, según sus argumentos, para impedir que entren por ella tropas
saharauis.
Ahora, el Ejército de Liberación Popular
Saharaui se ha hecho con el control total de El Guerguerat y tiene orden de
disparar si el ejército marroquí vuelve a invadir. Especialmente acertado es el
análisis que realiza de la situación el experto en la materia Carlos Ruiz
Miguel, en el que se denuncia la ineptitud de la ONU y la MINURSO gestionando
el incidente o, lo que es peor, su complicidad con Marruecos.
Y en España, nadie sabe nada, a pesar de
que los saharauis fueron compatriotas, ahora que ese palabra está en boca de
muchos… Por eso FiSahara y el puñado de locos y locas, que casi sin medios, de
manera altruista y con mucho esfuerzo e ilusión lo organizan, son tan
importantes. El Festival, reconvertido desde hace unos años en un auténtico
referente en el circuito de los Derechos Humanos (DDHH), es un grito que rompe
el silencio mediático sobre cuanto acontece a los que un día constituyeron la
provincia 53 de España.
Y es necesario, creánme, no sólo porque
Marruecos esté forzando romper el alto el fuego aprovechando la reciente muerte
del presidente del RASD, Mohamad Abdelaziz, y la impaciencia -aunque son 40
años viviendo en campamentos de refugiados- de los saharauis más jóvenes, sino
por el cúmulo de desgracias que vive este pueblo en el desierto: Hace cinco
días que un niña saharaui de cuatro años murió víctima de una de las minas
antipersona con que Marruecos tiene sembrado el territorio. No sólo eso,
Argelia ya ha advertido sobre los temporales de lluvia que se avecinan y que,
como sucedió el año pasado, destrozaron algunos de los campamentos de
refugiados. Entonces, muchos saharauis tuvieron que escapar de las inundaciones
hacia Mauritania, a través de fronteras como la que Marruecos había cerrado con
sus soldados.
Así que más FiSahara, por favor, más
activistas por la libertad y los DDHH como los que levantan este festival que
vuelve a sacar los colores a España, Francia, EEUU y la ONU que, de estallar
finalmente la guerra, serán en realidad los que hayan apretado el gatillo.
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